Adentrarse en esta novela es volver al pasado, a esas historias de hace tiempo, a los aristócratas, los bailes, las presentaciones en sociedad de las jóvenes y a los libertinos perseguidos por quienes deseaban un buen partido.
El marqués de Rolagh quiere venganza y no solo se conforma con arruinar económicamente a su enemigo, también quiere hacerlo moralmente. Pero ya se sabe que, en este tipo de aventuras, el amor puede más que el odio y lo que comienza como desapego hacia la hija de ese hombre que cercenó su vida, acaba en pasión.
Javo, el protagonista, se nos muestra al principio como un hombre duro, seco, capaz de las mayores fechorías con tal de llevar a cabo su venganza. Sin embargo, se nos va convirtiendo en un ser tan distinto que a veces asombra. El amor por su esposa, Ailena, que va creciendo en él página a página, acaba por entregarnos a un marido completamente enamorado, que renuncia a todo por salvar su matrimonio. Acabas subyugada por este hombre viendo lo que sufre y todo lo que hace para conseguir que Ailena sea feliz, sabiendo como sabe que él ha causado su desgracia.
Ailena, que parece una muchacha tranquila, es todo lo contrario. Ni nos imaginamos, cuando empezamos a leer, hasta dónde puede llegar su desesperación cuando conoce los verdaderos motivos de su marido para casarse con ella. Es un personaje asombroso y no quiero descubrir nada de ella, hay que conocerlo.
Hay secundarios, por supuesto, porque de alguna manera hay que llamarlos. Pero no son tan secundarios y van a formar parte de las siguientes entregas. Por la parte femenina: Alexia y Mara, las hermanas de Ailena, cada una con un carácter distinto pero maravillosas ambas; Elora, la dama de compañía, que a mí me ha conquistado, por otro; Dina, la hermana del marqués, que aparece poco y casi al final, pero que creo va a dar mucho juego. Por el lado masculino, los amigos de Javo que son los componentes del Club de los Seductores: Demian, Darius, Nashford y Rodrian -que no sale, pero al que nombran-. Por mi parte ya he hecho cálculos imaginando el modo en que la autora va a emparejarlos. Espero que lo haga, porque creo que pueden resultar historias estupendas.
Hay bastantes escenas “calientes” contadas con bastante detalle, pero bien narradas, aunque algunas son fuertes, fuertes de verdad.
También trata la autora el problema del alcoholismo, haciéndonos conocer el proceso hasta la recuperación. Puede que esta parte le resulta a más de una un tanto larga, pero yo creo que ha querido explayarse para concienciar al lector.
La Amistad, con mayúsculas, es uno de los ingredientes fuertes de la novela. No he podido por menos que enamorarme de ese quinteto de libertinos.
Me ha chocado, eso sí, encontrar algunas expresiones que -a mi modo de ver- no se utilizaban en la época en la que se recrea la historia.
Espero poder tener pronto la segunda entrega de esta saga. ¿Puede ser la historia de Darius? Me encantaría.
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