Este blog respeta los derechos de autor.

Todos los libros de los que aquí hablamos han sido comprados y leídos en papel o ebook en español o en inglés. Este NO es un blog de descarga de libros. Las críticas y/o reseñas que aquí se pueden leer son opiniones personales, nada más, y no pretenden ser otra cosa. Reseñamos principalmente novelas románticas, pero también, de vez en cuando, damos nuestra opinión sobre novelas pertenecientes a otros géneros.



domingo, 19 de abril de 2009

Aurora boreal de Nora Roberts


Dejando atrás un pasado que lo ha empujado al borde de un abismo del que no es capaz de recuperarse, Nate Burke se traslada a Lunacy, en Alaska, como el nuevo jefe de policía de dicha población. Habituado al bullicio de una ciudad como Baltimore, Lunacy, con poco más de 500 habitantes, es demasiado tranquilo, demasiado silencioso y, sobre todo, demasiado frío para un hombre de ciudad como él.
Allá donde mire solo ve nieve, pero puesto que tan helado como el clima está su corazón, a Nate no le preocupa especialmente ese hecho.

Tras un amargo divorcio y la muerte de su compañero y amigo, Nate cayó en una depresión de la que aún no ha logrado salir. Tal vez un cambio de aires, una nueva ciudad y gente diferente le ayude a reconducir su vida, piensa. O tal vez solo busque aislamiento. En Lunacy lo encuentra.
Pero son también otras cosas con las que no cuenta las que descubre, tales como la belleza de un paraje nevado que le deja sin aliento (y no solo de frío), un trabajo mucho más tranquilo y menos peligroso que el anterior… y una mujer que desde el principio logra ver la tristeza que empaña los ojos grises de Burke: Meg Galloway.

Meg es una pilota un tanto frívola, directa y sin pelos en la lengua. Una mujer que aunque atractiva, no es una belleza espectacular, pero que desde el primer momento impacta a Nate de un modo que no logra explicar.
Enseguida se siente atraído por ella, pero tiene demasiadas heridas en su corazón como para plantearse una relación seria. De hecho, a veces incluso le cuesta levantarse de la cama y encarar un nuevo día.
Su nuevo trabajo no reviste complicaciones: borracheras, trifulcas callejeras, robos de poca monta… con lo que su labor se centra en resolver papeleo y poco más.

No obstante dos hechos cambian su vida: conocer a Meg, que despierta su interés masculino, y el descubrimiento de un cadáver que despierta su instinto de policía.
El hombre asesinado no es otro que Pat Galloway, el padre de Meg, desaparecido dieciséis años atrás. Siempre se dio por hecho que, dado su carácter irresponsable y filosofía de vida, incapaz de adaptarse a la vida de padre y esposo, simplemente se marchó abandonando a Meg y su madre.
Pero la realidad es que los indicios señalan que no regresó porque fue asesinado y su cuerpo abandonado en las montañas.

Poco después de hallar el cadáver, tiene lugar otra muerte en Lunacy, la de un hombre que se suicida dejando una nota donde confiesa que fue él quien mató a Pat. La culpa no lo dejaba vivir y decidió terminar con su vida… o eso parece.
Pese a ello, su instinto le dice a Nate que hay algo más tras lo evidente y, pese a que no le compete directamente, y no cuenta con demasiados aliados, no ceja en su empeño de resolver el crimen y posterior suicidio de uno de sus vecinos de Lunacy.

La investigación insufla a su vida de un aliciente nuevo y despierta algo dormido en él: luchar por la verdad y la justicia, algo en lo que ya no creía tras la muerte de su amigo en Baltimore.
Poco a poco, casi sin percatarse, así como el frío invierno de Alaska va dando paso a la primavera, su helado corazón va despertando a la vida. La presencia de Meg y la relación que inicia con ella es un aliciente, así como su labor como jefe de policía de Lunacy. Sabe que es su deber proteger a aquella gente, aunque muchos no le vean con buenos ojos por tratarse de un forastero, pero en su interior, es lo que desea, es la razón por la que se hizo policía.
Dejando a un lado sus sentimientos de culpabilidad, se enfrasca en la investigación del asesinato de Pat Galloway, cuyas consecuencias son imprevisibles, casi tanto como su relación con Meg.

Aurora boreal es una novela cuyas páginas tienen el sello inconfundible de Nora Roberts. Creo que es una escritora que logra ambientar y describir la trama como pocas. Puedes sentir, oler y casi tocar las montañas nevadas, el frío que hiela hasta los huesos… y ver la tristeza de Nate, sentir su desesperanza y soledad.
Es innegable que el peso de la trama recae mucho más sobre la investigación policial que sobre la relación romántica entre Nate y Meg.
En realidad no es que quede en un segundo plano, están muy interrelacionadas, ya que a medida que avanza las pesquisas policiales y se descubre más sobre Pat, su pasado, sus amigos, conocidos y familia, se descubre más de Meg, su infancia y cómo se convirtió en la mujer hermética y dura que es.
No obstante, la cantidad de páginas dedicadas al suspense es mayor que las dedicadas a la relación entre Nate y Meg, pero me ha enganchado de principio a fin.

La verdad al inicio de la novela Meg me pareció demasiado fría, casi tanto como el clima de Alaska. La frivolidad con que encara su relación con Nate, su concepción tan poco romántica sobre el amor y su modo de abordar las relaciones sexuales no me gustaron, sinceramente. Me resultó difícil simpatizar con ella, pero Nora Roberts es una autora que crea unos personajes que, te gusten o no, entiendas o no, me atrapan de tal modo que necesito seguir leyendo. Así que lo hice.
El suspense y descubrir al asesinato también jugaron un papel muy importante, no voy a negarlo.

Pero a medida que la relación con Nate se afianza, a medida que éste enfrenta su pasado y se recupera poco a poco de su depresión, a medida que crece la confianza en sí mismo, me sentí más cautiva por la relación entre él y Meg, y por descubrir la identidad del asesino, también es cierto.
Roberts nos presenta a un protagonista masculino mucho más vulnerable que a la protagonista, en mi opinión: él es un policía herido, un hombre abandonado y atormentado por la culpa, al contrario que la heroína que es fría, parece casi insensible.
Pero según avanza la trama y se rasca más en la fachada, vemos retazos de otra Meg y se entiende más por qué es como es.

Como secundarios contamos con un buen plantel: los vecinos de Lunacy, empezando por Charlene, la madre de Meg, una especie de devorahombres incapaz de asumir que envejece, pero en el fondo es una mujer herida que no ha logrado superar el abandono de su marido; la alcaldesa Hopp, los camorristas hermanos Mackie, Mike el grandullón, Ken el médico, Peter y Otto los ayudantes de Nate, Ed el teniente de alcalde, Max el periodista, Bing, Rose, David… y tantos otros.
En todo momento puedes “ver” las calles de Lunacy, ser testigo de cómo la vida transcurre para sus habitantes, ver el paso de los meses.
Eso es algo que me ha impactado, haciéndome sentir parte de Lunacy.

La verdad es que descubrir la identidad del asesino, algo que me ha mantenido en vilo, haciendo cábalas y suposiciones, es una de las razones por las que me ha encantado esta novela, pese a que como digo anteriormente, prioriza ese aspecto sobre la relación romántica.
Y aunque al principio Meg no me cayó demasiado bien, no por nada en especial, sino que me resultaba demasiado fría y difícil de simpatizar, acabé sintiendo la complicidad entre ella y Nate.
Insisto en que creo que la historia de amor queda supeditada al suspense, pero Aurora boreal es una novela impresionante.
Impresionante porque me he sentido transportada a Alaska, he sentido cómo el invierno daba paso a la primavera, cómo Nate iba superando su depresión, cómo avanzaba la investigación policial y, mientras tanto, iba familiarizándome con los habitantes de Lunacy, viendo sus calles, adaptándome a sus peculiaridades.

Pienso que Nora Roberts es una escritora que describe la psicología de sus personajes, principales y secundarios, de un modo magistral. De modo que, aunque no los entiendas o aprecies, te resulta lógico comprender sus planteamientos y acciones. Otro aspecto que me ha gustado es como entrelaza la vida de los diferentes habitantes de Lunacy, las desavenencias y complicidades entre ellos, cómo aborda otro tipo de lazos, como la compleja relación entre Meg y Charlene, por ejemplo. Creo que todo contribuye a hacerlas más humanas y cercanas.

Aunque, como aspectos negativos señalaría dos cosas: por un lado el hecho de que la historia de amor queda tan supeditada a la trama policial, aunque me ha encantado la novela, pienso que con mayor peso romántico habría sido aún mejor y por otro lado, que tras casi quinientas páginas, conociendo a Pat Galloway a través de su diario, de los ojos de sus familiares, amigos y enemigos… me faltó algo al final que me diera mayores indicios para entender las razones del asesinato.
Creo que queda bastante claro, pero como apasionada que soy de las novelas policíacas y de suspense, puesto que Aurora boreal se basa ante todo en el asesinato de Pat Galloway, noté en falta la reconstrucción del crimen.
Pero, con todo, repito que es una novela que me ha encantado, que releeré muchas veces y que se ha convertido en una de mis preferidas de Nora Roberts.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.