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miércoles, 15 de abril de 2009

Dos mejor que uno, de Opal Carew


Sinopsis:

La noche es mágica. Hay champán, música de orquesta... Jenna lleva el vestido que compró especialmente para la boda de su amiga, aquel vestido tan sexy al que Ryan, su novio, no podrá resistirse... o sí, porque un problema de última hora le impide venir. Éste es el último de una ristra de planes rotos. Llevaba meses esperando la oportunidad de bailar con Ryan… antes de pasar toda la noche en la cama juntos. Cuando Jenna está a punto de romper su relación, Ryan se presenta de repente haciendo ver que no la conoce, y hace realidad su fantasía de mantener relaciones sexuales con un extraño.
Al descubrir que está embarazada, Jenna decide casarse con Ryan. Durante el ensayo de la boda, él le presenta a su hermano gemelo. Al ver la mirada traviesa de su futuro cuñado, Jenna se da cuenta de que no es la primera vez que se encuentra con "ese extraño".
Al darse cuenta de que se han enamorado de la misma mujer, la vieja rivalidad entre los gemelos vuelve con más fuerza que nunca. Todos los trucos sirven en el amor y en la guerra... para alegría de Jenna.


Opinión:

Si al leer la sinopsis estás convencida de que esta novela promete, de que te lo vas a pasar en grande, que va a ser entretenida y que además, como es erótica te va a dar un subidón... ya puedes ir quitándotelo de la cabeza. La novela es mala con ganas.

Jenna lleva un tiempo con su novio, Ryan, y en la boda de su amiga se encuentra sola porque el chico, por motivos de trabajo, no ha podido acudir al festejo. Por pitos o por flautas, hace tiempo que no se ven y la última vez, ella le confesó una de sus fantasías eróticas: le encantaría hacerlo con un desconocido.

Mira tú por donde que Ryan tiene un gemelo, Jake, del que nunca habló a su novia y es clavadito (y debe ser en todo, a tenor de lo que acontece después) a él.

Estando en la fiesta, Jenna decide que su relación no puede seguir así y que va a cortar con él. De repente, levanta los ojos y se encuentra con su adorado novio que al final sí que ha podido acudir a la boda. Él se presenta como Jake y ella que piensa que su maravilloso novio quiere hacer realidad su fantasía, le dice que es Aurora. No le permite hablar más y se lo lleva al huerto. ¿Para qué va Jake a sacarla del error? ¡Venga, alegría y que sea lo que Dios quiera! Y Dios, las hormonas y la luna, quieren que se quede embarazada.

Con estos ingredientes, un par de malentendidos más, un novio que la quiere tanto que aun estando embarazada de su hermano decide casarse con ella, el otro gemelo que también se ha enamorado de Jenna (o de cómo se lo monta la chica), unas hormonas revueltas y poquito más, esta autora ha hecho un libro.

Ryan empieza siendo de una manera y al final parece otro. La autora lo moldea en beneficio de la historia.

Jake es el único personaje que más o menos es igual de principio a fin. En realidad es el único personaje al que la autora le hace un regalito inesperado, ¡para qué se va a quejar y va a cambiar de personalidad con lo bien que le va su papel!.

¿Y Jenna? Jenna es tonta de remate. No he visto jamás en mi vida una protagonista femenina con menos cerebro. Eso sí, la criatura lo compensa con creces con el número de orgasmos que tiene y que provoca. No se cansa nunca la tía. Jolín con la modosita.

Vale que es una novela erótica, que tiene que haber sexo, que puede haber mucho sexo, que el sexo puede ser muy pero que muy explícito, pero... ¿de verdad es necesario que la protagonista de pase toda la novela con el chupa-chups el la boca?. Y no con uno, sino con dos. Esta chica no tiene problemas, le da lo mismo ocho que ochenta y ocho. Tiene las hormonas tan revueltas, el cuerpo (por aquello del embarazo) lo tiene tan descontrolado, que le da igual la mañana, la tarde, la noche o la madrugada. Le da lo mismo la cama, la mesa de la cocina, el sofá, la bañera, la piscina o el trampolín. Le vale con el gemelo que se le ponga a tiro. Que espera uno y llega el otro, oye ¿pues para qué va a andarse con chiquitas? pues este que está a mano. Al final se lo hace con los dos. Por arriba, por abajo, por un lado y por el otro. "Traga" con todo lo que le echen y los dos la besan con pasión independientemente de quien la hubiera "rociado" antes. Ay, es que la chica es irresistible y da igual donde haya puesto antes su linda boquita... total, si los chicos son hermanos, están metidos en faena, la quieren tanto, está desenfrenada y embarazada, ¿para qué le van a dar un mal rato a la chica haciendo un parón porque les da asquito? ¡venga hombre, qué tontería, si todo queda en familia, hoy por ti y mañana por mí!.

Me ha faltado decir que la chica también tiene un consolador (digo yo que por si agota a los gemelos, no vaya a ser que le dé un pampurrio a la pobre por no poder tener algo entre las piernas), solo que la chica es tan tierna y precisa tanto amor (ja, ja y otra vez ja) que ella solita no le ve la gracia al aparatito. Un aparatito por cierto, muy sencillito de usar, tanto, que hasta un insignificante gatito es capaz de ponerlo en marcha.

El final es de traca, claro ¿qué final iba a poner la autora si la chica está enamorada de ambos y ambos la adoran?

Si queréis leer porno narrado... esta es sin duda vuestra novela.



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