Memorias de Africa es un libro de memorias de Isak Dinesen, el seudónimo literario utilizado por la escritora y baronesa danesa Karen von Blixen-Finecke. El libro, que fue publicado en 1937, relata eventos relacionados con el período de diecisiete años que Blixen pasó en su hogar en Kenia, entonces parte de África Oriental Británica. El libro es una reflexión lírica de la vida de Blixen en su plantación de café, como así mismo un tributo a ciertas personas que causaron una impresión durante su vida en aquellas latitudes. El libro es también una vívida fotografía de la vida colonial en África durante las postrimerías del Imperio británico. Blixen escribió el libro en inglés y luego lo tradujo al danés.
Empezaré a hablar de esta novela con una frase que me pone la piel de gallina cada vez que la escucho:
"Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong..."
Desde que pisa por primera vez África, Karen se enamora de ese territorio y ese amor perdurará durante toda su vida, aunque acabó regresando a su país natal.
Karen llega a África para casarse con el barón Bror von Blixen-Finecke y se instala en lo que es ahora Kenia. Compran una granja y aunque en un principio la idea es criar ganado, al final lo convierten en una plantación de café. La mano de obra corre a cargo de los llamados squatters (como llamaba a las personas de la tribu de los Kikuyu, hombres, mujeres y niños que trabajaban para los blancos a cambio de poca compensación monetaria y poder cultivar la tierra que les perteneció antes de llegar los británicos.
El matrimonio parece estar bien avenido; pasean, van a fiestas y hacen safaris juntos. Pero la unión fracasa al cabo de un tiempo. Bror es incapaz de ser fiel a su esposa y acaban divorciándose. Desde ese momento, es ella la que se hace cargo de la plantación. Y en su vida aparece otro hombre: Denys George Finch Hatton, con el que mantiene un idilio precioso.
Con esta novela pasa como con otras muchas, que es imposible desligar el libro de la película tan magistralmente interpretada por Robert Redford y Meryl Streep. Seguramente habrá más personas que han visto el film que las que han leído el libro.
Dentro de las páginas de esta novela nos vamos a encontrar con una protagonista con mayúsculas. Es una mujer independiente (que viaja sola a miles de kilómetros de su país), sobria (y lo demuestra cuando se divorcia de su marido), tenaz (saca adelante la granja sin ayuda), audaz, resuelta y hasta temeraria. Una dama afectuosa con los más necesitados a quien poco o nada importa las normas sociales si ellas conllevan la humillación. Que respeta el entorno en que vive. Una mujer que ama África y a sus habitantes por encima de todo.
Los personajes masculinos no tienen tanta relevancia como el de la protagonista. Porque giran a su alrededor, viven para alimentar la elegancia, la bondad y la bravura de esta mujer. En la película, por descontado, se nos regala un hombre duro pero encantador, atrevido, con arrestos, que consigue enamorar a Karen y termina siendo el verdadero amor de su vida. Pero incluso así, el centro de la historia es ella y sólo ella. Por otro lado, en la realidad, Denys no parece haber sido este caballero de armadura a los que estamos tan acostumbradas en las novelas románticas. Incluso hay quien dice que podía ser bisexual.
Sean quienes fueran los personajes y sus circunstancias, votemos o no por la historia que nos muestra la película, creamos o no que lo que cuenta la autora es totalmente verídico, es una novela de obligada lectura si alguna vez habéis soñado con África, con sus paisajes, sus ríos y lagos, su tierra candente y agrietada, sus mágicos amaneceres y sus prodigiosos atardeceres, con el susurro del viento o el rugir de las bestias, tenéis que leer este libro. Y ver la película, por supuesto. Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y aunque muchas de nosotras, porque amamos la lectura, no estamos del todo de acuerdo, aquí es cierto.
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