sábado, 13 de abril de 2013

Jugar con fuego de Silvia García


La noche en la que muere su abuela las tres herederas de Withler se ven obligadas a huir de su hogar para escapar de su avaricioso y retorcido tío. Siendo apenas una niña, Alexandra tiene que esconder a sus hermanas y aprender a subsistir en las oscuras calles de Londres hasta encontrar la manera de reclamar lo que le pertenece sin que ella o sus hermanas corran peligro alguno.
Lord Damian, apodado Lord Dragón por la sociedad, es un noble con muy mal humor y poca paciencia ante las necedades de la sociedad, tiene a cargo a un irresponsable y joven hermano que no deja de meterlo en líos y como cualquier noble que se precie, es ostentosamente rico y está tremendamente aburrido.
Pero todo en su vida cambia cuando en un baile conoce a una maravillosa mujer que osa desafiarlo, robándole la bolsa. Desde ese momento la furia de Lord Dragón se despierta y jura encontrarla y hacerla suya.
Alexandra por su parte sólo piensa en sobrevivir escondida de todos, pero tal vez mientras espera se divierta jugando con un irascible Dragón. Después de todo, a ella siempre le gustó jugar con fuego.
Una novela romántica narra la historia de un amor con final feliz. En ocasiones buscaremos obras en las que primen los sentimientos, en otras, será la intriga, la desbordante imaginación de su autora para introducirnos en otros mundos o las fogosas relaciones sexuales de sus protagonistas las que colmarán nuestro deseo de evasión. En cualquier caso, hay un tipo de novela que consigue llegar a un amplio grupo de lectoras ya que tienen la capacidad de alegrarnos la vida. Y Jugar con fuego es una de ellas.
Sencilla, de fácil lectura, con unos protagonistas con carácter y alguna escena para el recuerdo, Jugar con fuego nos procura una lectura amena y divertida, sin que por ello su autora se haya olvidado de introducir algún detalle que nos sacuda, mostrándonos la cara amarga de la vida.
La fuerza de esta novela radica en su pareja protagonista. La relación entre ellos contiene esa tensión sutil, adictiva y con su pellizco de humor, que nos atrapa y divierte en igual medida.
El protagonista masculino encarna una vez más a ese hombre poderoso, de mal carácter y con una latente sensualidad, hastiado de su aburrida vida. Lord Dragón es una de esas altas torres que tanta satisfacción nos da ver caer. Su arrogancia y modales bruscos son patentes, pero tras ellos encontraremos Lord Damian. El hombre que quiere profundamente a su díscolo hermano y que, cuando ama, no atiende a más razones que las que le dicta su corazón.
Alexandra le provoca, enciende y divierte. Bella, inteligente, pícara, decidida, misteriosa..., la joven constituye un reto al que se ve incapaz de eludir. Las escenas hot tienen ese punto de arrebato pasional que a muchas lectoras les gusta tanto y que, sin perder su fuerza, ha de tornar en ternura al enfrentarse al reconocimiento que les ha unido: el amor.
Al no ser una novela extensa, Jugar con fuego no da margen a desarrollar y recrearse con algunos de los secundarios que nos ofrece. Lástima, porque me hubiera gustado saber más de ellos y su intervención me ha sabido a poco.
Jugar con fuego es una de esas obras para disfrutar del placer de sumergirnos en una historia sencilla, divertida y con un puntito de pasión. Es una novela con los ingredientes necesarios para conseguir evadirnos y sonreír, un buen punto de partida para darle una oportunidad este atractivo y noble dragón... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.