Adan Brenton, vizconde de Teriwood, es asesinado cuando intenta desenmascarar una traición, haciéndose correr el rumor de que se ha suicidado.
En Nueva York, su hermana Kimberley, recibe la noticia y decide viajar a Inglaterra para esclarecer los hechos, sin imaginar que va a encontrarse con Cameron, el pequeño y reciente hijo descubierto por Adam, heredero del vizcondado.
Christopher Gresham, conde de Braystone, dueño de la naviera Gresport Company, ha sido amigo de Brenton en la infancia. A pesar de haberse distanciado al crecer, no ha olvidado esa antigua camaradería. Por eso decide llevar a cabo sus propias pesquisas sobre su muerte, a la vez que colabora con el gobierno para investigar el ataque a barcos ingleses.
Cuando Kimberley empieza a indagar en la vida de su hermano, Gresham aflora como principal sospechoso. Ni la atracción, ni el deseo, ni el amor que surge entre ambos, hará cesar a Kim en su decisión de vengarse del asesino de Adam, mientras trata de descifrar un jeroglífico que puede ser la clave de todo.
Hace muchos meses (diría que más de un año) que no puedo leer novela romántica como lo hacía antes. También ha influido mucho el que me haya llevado muchísimos chascos en los últimos años... para mí la novela romántica está perdiendo toda su gracia, y cada vez me encuentro novelas más raras en el mercado que nada tienen que ver con la novela romántica de toda la vida, la que a mí me gusta, la que quiero leer.
Por ese motivo, leer La bahía de la escocesa ha sido para mí un "volver a mi hogar", reencontrarme con ese tipo de libros que me encanta y que hace que me enganche a la novela romántica. Es una historia de lo más sencilla, con un argumento de lo más corriente y, sin embargo, ha sido todo un placer leerla. Me ha hecho reír, me ha hecho sentir ternura, me ha mantenido intrigada y me ha enamorado su protagonista masculino.
Diría que es un estilo a Brumas, aunque más dinámica. La comparo con los Malory. La bahía de la escocesa es una historia sencilla, con muchísimos personajes secundarios que dan un toque muy divertido a la novela. Las abuelas (lo que me han hecho reír con sus sales y con su "¡Qué vergüenza!), el mayordomo, los hermanos del prota, el perro de ella... geniales, todos geniales.
Me quedo con ganas de leer la segunda entrega de la serie, que ya aquí se deja en el aire una historia por contarse, con un atraco sufrido por uno de los hermanos del protagonista a manos de una misteriosa ladrona. Tengo unas ganas locas de tener en mis manos el segundo libro de la serie.
Este es el tipo de novela romántica que quiero leer, que no me cansa, que siempre es bienvenida. No quiero innovaciones raras... me da una depresión cada vez que consulto las novedades del mes. Yo quiero más novelas como ésta, sencilla, romántica, tierna, divertida y con su puntito de intriga o aventura.
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