viernes, 13 de diciembre de 2013

El trofeo nupcial, Virginia Henley

Rosamond era sólo una niña cuando fue prometida en matrimonio al caballero Rodger de Leyburn. Huérfana desde muy temprana edad, Rosamond es la pupila de Eleanor de Monfort, hermana del Rey Henry III. Hermosa y orgullosa, Rosamond es un auténtico trofeo nupcial. Pero la joven recela del amor hasta que Sir Rodger la toma entre sus brazos, despertando en ella pasiones que nunca antes había conocido. Y mientras a su alrededor estalla una guerra civil y Rodger acude al combate, Rosamond ha de hacer frente a una elección imposible entre el hombre que ha tomado por asalto su corazón rebelde y la familia que la ha criado como si fuese su propia hija.

La novela se desarrolla en el año 1253 en Inglaterra. Nos cuenta la hisoria de una muchacha, Rosamund, cuyo hermano mayor ha encontrado la muerte en unas justas. Alentada por su tutora, Eleanor de Monofrt, hermana del rey Enrique III, accede a prometerse con un hombre al que no conoce Rodger de Leyburn, un guerrero.

Pasan los años, puesto que Rosamund es una adolescente y no puede contraer matrimonio, y cinco después, Rodger llega para llevar a cabo elcasamiento con su prometida. A ella no le llama la atención ese guerrero alto y fornido que ha estado batallando hasta entonces, preferiría mejor otro caballero porque él le da un poco de miedo. Sin embargo, él parece un buen hombre y por fin consiente en el matrimonio.

Poco a poco Rosamund cae en las garras del amor, pero no todo puede ser idílico ya que en esos días las guerras entre unos y otros eran una constante. Enrique III por una parte y su hijo y heredero por otra, se enzarzan en una guerra de poderes. Rodger toma partido por Simon, pero no así Rosamund, que sigue fiel a sus antiguos tutores, los que la han criado y dado cobijo cuando quedó sin el apoyo de su hermano. Ella no puede traicionarles. Por tanto, también aquí se entabla una lucha pero ahora de sentimientos. Por un lado, Rosamund quiere a sus tutores y por otra a su marido.

La autora ya nos tiene acostumbradas a desglosar romances en el contexto histórico de un modo excelente, y en este libro vuelve a hacerlo con el marco de fondo de los Plantagenet, con un Enrique III decidido a conservar el trono, un hijo que desea hacerse con él y una Eleanor dividida entre ambos.

Es una novela llena de acción, peligros, sentimientos e intereses, tal y como fue esa epoca que nos narra y en la que ha ubicado la historia.

Muchas referencias históricas nos sumergen en una etapa de Inglaterra donde los combates resultaban algunas veces fratricidas, donde el poder se defendía con uñas y dientes y donde las traiciones estaban a la orden del día. Con un estilo inmejorable, Henley nos traslada a otro tiempo, al tiempo de las justas, de los caballeros aguerridos que daban su vida por lo que creían justo y defendían al señor al que habían jurado lealtad. Nos enseña a una Inglaterra dividida sin ser pesada, mezclando la historia con un romance bonito que atrapa al lector.

Es el tercer libro de la trilogía y desde luego no desmerece de los otros dos. Me ha recordado a un cuento por las circunstancias que rodean a los dos protagonistas.

Los personajes secundarios e históricos, como Eleanor, Enrique, Eduardo y Simon de Monfort, están estupendamente detallados, sin ser maravillosamente buenos ni asquerosamente malos, simplemente tal y como la autora los ve, reales. Todos ellos nos muestran sus dos caras, sus lealtades y sentimientos, sus dudas y sus creencias. Inglaterra está sumergida en una guerra civil, y en una guerra nunca hay buenos ni malos, hay simplemente hombres que defienden una causa u otra, estén equivocados o no. Así nos muestra la autora a cada personaje, incluidos los dos principales.

Es una historia que cierto desgarro sentimental, donde a veces dudamos de que el amor pueda triunfar ante tanta traición, porque Rodger, mayordomo del príncipe Eduardo y heredero al trono, no puede hacer otra cosa que seguir manteniendo la lealtad de su señor y sabe que Rosamund, su esposa, es leal al otro bando. Lejos está Rodger de intentar hacer cambiar de opinión a la muchacha, le da libertad aunque él sufra las consecuencias.
Rodger me ha parecido un protagonista fuerte y honesto, capaz de los mayores sacrificios por su señor y por el amor de Rosamund. Todo un guerrero al que el deseo y la pasión consiguen resquebrajar la coraza en la que ha envuelto su corazón.

Rosamund me ha gustado también como personaje principal de esta novela, porque también ella es poseedora de unos valores firmes. Vemos el modo en que cambia su inquina hacia un matrimonio que no desea, por un amor que lo da todo. El debate de sus lealtades te hace temblar a veces. La valentía con la que se enfrenta a los avatares que le tocan vivir, es emocionante.

La autora ha conseguido tejer un romance precioso en medio de los conflictos de una época llena de malos presagios, de guerra civil y de traiciones y secretos, compromisos rotos y peligros. Una fascinante novela medieval que va a hacer las delicias de todas las lectoras que la lean. De esos libros que nunca prestas ni vendes, de los que guardas como un tesoro en tu librería para, pasado un tiempo, volver a disfrutar de ellos.


 

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