Desde que Ginebra perdió a la hija que estaba esperando, toda su existencia se ha desmoronado. Hasta su idílico matrimonio empieza a hacer aguas y al final su marido la abandona. Entra entonces en una espiral de dolor y decide que no merece la pena seguir viviendo. Intenta suicidarse... pero consiguen salvarla.
Su hermana gemela vive en Escocia y se presenta en su casa para pasar las vacaciones y tratar de reconfortarla. Cuando llega el momento de volver, convence a Ginebra para que se vaya con ella. Ginebra accede y una vez allí empieza a sentirse cómoda y a recuperarse poco a poco de su dolor. Hace excursiones con su hermana y el novio de esta. Y cierto día visitan Culloden. Allí percibe cosas extrañas y pide que por favor se vayan de ese lugar.
La noche del 31 de octubre asisten a una fiesta en una casa que dos siglos antes fue un antro de prostitución. En la buhardilla de la casa tropieza y pierde el conocimiento. Cuando despierta se ha trasladado en el tiempo y está realmente en el burdel.
A partir de ahí empieza a vivir una serie de aventuras en una época revuelta entre escoceses e ingleses. Y Ginebra conoce a Connor.
A lo largo de este tiempo, no solo tiene las vivencias propias de ese siglo y el tiempo que está viviendo, también tiene sueños y una necesidad imperiosa de volver a su época. Y, claro, también se enamora profundamente.
No sé cómo explicar esta novela sin desvelar los mil y un entresijos que tiene la historia. No sé cómo contar que desde la primera página es un no querer parar de leer y que se te ponen los pelos como escarpias en más de una ocasión; es, además, vivir a cada página una vuelta de tuerca imposible y dejarte el corazón acelerado hasta el final del libro.
La historia de amor de los protagonistas es muy romántica y emocionante. Hay escenas entre ellos que guardarás en la memoria por siempre, algunas intensas, otras apasionantes y otras tiernas. Cuando Connor y Ginebra están juntos, sube la temperatura.
Y qué decir sobre los golpes de humor que tiene el libro, he llegado a reírme a carcajadas con algunas situaciones. Ginebra tiene un sentido del humor estupendo, y al encontrarse en un sitio extraño y en otra época sus reacciones son, en ocasiones, muy divertidas. Connor no se queda atrás, te hará reír más de una vez con su picardía, además de ser un héroe de los que tanto nos gustan.
Tiene una trama trepidante, una historia preciosa, unos protagonistas fantásticos que no se hacen sombra el uno al otro, diálogos buenísimos, narración fluida... Un viaje en el tiempo y una historia de reencarnaciones a la par. Lo mejor de todo es que la novela sube y sube y sigue subiendo hasta el final sin decaer en un solo momento. Las últimas páginas son de infarto y te deja deseosa de leer la segunda entrega de esta historia.
A mí me ha parecido una novela estupenda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.