jueves, 13 de febrero de 2014

Mangaka. Lágrimas en la arena, de María José Tirado

No soy una lectora a la que le gusten especialmente las novelas ambientadas en España, pocas han sido las que han conseguido convencerme y muchas menos las que han logrado hacerme soñar. Sin embargo, María José Tirado con Mangaka. Lágrimas de arena consiguió, desde el primer capítulo, procurarme la evasión, intriga y expectación que siempre espero hallar cuando emprendo la lectura de una novela romántica.

La combinación de misterio y amor siempre resulta de lo más atractiva si está bien llevada, pero de poco me sirve si los personajes carecen de alma y no son capaces de crecer ante mis ojos. Por suerte, en esta ocasión, me encontré ante una novela que me proponía un enigma a resolver, mientras exponía la fuerza y debilidad de sus personajes, haciéndome al mismo tiempo participe de una historia de amor compleja, divertida, con sus puntos amargos y sus momentos tiernos, y con esa tensión sexual a la que me declaro adicta. El resultado no podía ser mejor.

El peso de esta obra recae en los hombros de su protagonista femenina. Carla, con su especial visión de la vida, con su amargo pasado, su duro presente, sus motivaciones, su carácter alegre y su sinceridad, se descubrió ante mí como un personaje tan sorprendente y extraordinario como cercano. Nada tengo en común con Carla y, sin embargo, su creadora ha conseguido que vea a través de ella, que haga mías sus dudas, sus anhelos y sus sueños. Su amor por Eric tiene la fuerza y el coraje de la juventud, pero también viene acompañado del recelo, del que una vez amó y perdió. Carla consiguió conquistarme, igual que se hizo con el corazón de un hombre cerrado al amor.

No lo voy a negar, si alguien tenía realmente difícil superar la barrera de mis prejuicios era Eric Serra. Oh, pero bien que lo consiguió desde la primera escena. El planteamiento de un cabal, maduro y frío policía puesto contra las cuerdas por una joven de aspecto rebelde y desenfadado suponía para mí una terrible tentación. Las novelas de opuestos me llaman irremisiblemente y siento verdadera atracción por los protagonistas masculinos que me transmiten firmeza y decisión. Poder ser testigo de cómo el amor se abre camino en sus corazones ha sido una gozada.

Y si ya de por sí esto no fuera motivo suficiente para recomendar la lectura de Mangaka he de confesar que me lo he pasado en grande con la búsqueda de quien cometió el crimen y con las sorpresas que me aguardaban entre sus páginas.

En cuanto a los secundarios de esta historia, me han reportado muy buenos momentos. Gracias a ellos he conseguido sumergirme en un mar de sentimientos. Me han retribuido con momentos intensos y me han premiado con otros tantos realmente alegres. Y es que a pesar de todo el dolor que se expone con el pasado de sus protagonistas, Mangaka es una novela vital, muy entretenida y divertida.

Me gusta el estilo de la autora: sencillo y ameno, de ritmo ágil y con estupendos diálogos. Sus personajes son una original propuesta que ha sabido desarrollar a la perfección. La trama de intriga no pierde fuerza y me ha mantenido expectante tanto como la emocionante y complicada historia de amor que nos narra. Sí, Mangaka es una novela intensa, divertida, intrigante y adictiva, perfecta para disfrutar en todo momento y lugar. 

 

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