Lobo, de Nieves Hidalgo

Carlos de Maqueda y Suelves, marqués de Abejo, es en apariencia, un aristócrata al que solo le importan sus bienes. A nadie se le ocurriría relacionarlo con el asaltante y revolucionario que trae de cabeza al inescrupuloso juez de Burgo de Osma.

Michelle de Clermont, consigue escapar de los esbirros de Robespierre, salvando milagrosamente la vida y afincándose en España, donde tendrá que debatirse entre la fascinación por un forajido y la atracción hacia un aristócrata, sin saber que se trata del mismo hombre.

España vive una época difícil, Godoy cada vez con más poder, y hombres leales a la corona están siendo apartados e incluso encarcelados. Si a eso le añadimos los trapicheos de un avaricioso juez del lugar, nos da como resultado un hombre que no le teme a nada y que está dispuesto a arriesgar su propia vida con tal de hacer un poco de justicia.

Lobo es un personaje misterioso, con unos ojos que recuerdan la peligrosidad de ese animal que puebla las montañas. Es una especie de Robin Hood local. Ayuda con dinero para unos impuestos abusivos a aquellos que lo necesitan, da comida cuando hace falta, pero también ataca al origen de todos los problemas; Gonzalo Torres, juez de Burgo de Osma. Tras el pañuelo que oculta la identidad de este héroe a la fuerza se encuentra Carlos de Maqueda, un personaje con una mirada que hipnotiza, lo que me gustaría que me mirasen unos ojos con esa intensidad, un cuerpo fuerte y atlético, entrenado para esos ataques a los esbirros del juez, y una mente brillante. Pero Carlos también ha tenido su parte de dolor a manos de la mujer a la que creía amar y que le traicionó de la peor forma posible.

A Burgo de Osma llega la sobrina del juez, Michelle de Clermont, ella, junto con su doncella y amiga, llega a Soria huyendo del Terror en Francia. Lo más doloroso para Michelle no fue abandonar su casa y salir huyendo una noche, sino tener que separarse de sus padres para así tener más posibilidades de sobrevivir. La duda de si están vivos o muertos mantendrá en vilo a la joven. Michelle se ha convertido en una joven fuerte y decidida que no dudará en enfrentarse a ese famoso bandolero. Los problemas llegarán cuando dos hombres muy diferentes asedien su corazón.

Aún recuerdo lo bien que me lo pasé leyendo este libro en el foro, un trocito cada día, la tensión con la que se acababa cada capítulo y algún susto y que casi me dejó sin uñas. Creía que no podría disfrutarlo más, pues estaba muy equivocada. Lo he devorado, no podía dejar de leerlo y a la vez me ha dado una pena tremenda el acabarlo. Las aventuras de Carlos están llenas de emoción, pero también de pasión por esa francesita que no puede quitarse de la cabeza.

Una de las escenas que más me ha gustado y que destacaría es la estancia de Michelle en el campamento de las montañas, y esa bendita cascada. Ahí es cuando empiezan a conocerse, cuando los velos caen, aunque no el pañuelo de Lobo, claro, y dejan los prejuicios a un lado y deciden dar un voto de confianza a su adversario. Me ha gustado Michelle, sobre todo cómo la autora consigue que suframos con ella cuando siente que se está enamorando de dos personas.

Los diálogos llenos de humor y con la tensión justa para arrancar más de una sonrisa y más de un suspiro. Sin olvidar esas miradas, esos gestos que parece como si estuviéramos dentro de esa estancia, como un observador más, para mí, esos momentos los ha bordado Nieves. Además de Carlos y Michelle, para mí hay que destacar a don Enrique de Maqueda, ese “viejo” y que en tantos momentos, me ha recordado a su nieto.

Una vez más, Nieves es una apuesta segura, no hay libro suyo con el que no haya disfrutado y las aventuras de Lobo y Michelle las recordaré durante mucho tiempo.