Cuando vi la portada de este libro prácticamente lo descarte porque estaba convencida de que se trataba de otra novela erótica más. Sin embargo, ¡bendita suerte!, se me fueron sin querer los ojos a la sinopsis y... bueno, que leyéndolo me han dado las mil esta noche y hoy no he parado hasta terminarlo. ¡Qué bien me lo he pasado! ¡Qué libro más bueno!
La novela comienza contándonos cómo la protagonista del libro ha sufrido un accidente de coche y ha perdido la memoria. La pobre sólo recuerda el último año y medio de su vida. Su marido la tiene sobreprotegida, y es que su mayor anhelo es que se recupere puesto que ha pasado mucho tiempo en coma y ha estado muy grave. La gente de su alrededor está convencida de que su esposo es adorable y la quiere con locura, sin embargo ella no tiene esa sensación. Se siente culpable sabiendo lo maravilloso que es él con su hijo, un niño que nació por cesárea estando ella en coma.
Su vida da un impresionante giro el día que su marido muere en un accidente aéreo. Perdida en su memoria, sin recuerdos de su infancia y juventud, familiares y amigos, lugares o momentos más allá del año y medio desde que despertó en la fría sala de un hospital; sin tomar una sola decisión desde entonces puesto que ha sido su esposo el que siempre se ha ocupado de todo, Kate tiene que hacerse cargo de su vida y de su hijo. E intentando hacerse con las riendas de su vida, acaba en el despacho de su marido abriendo un cajón cerrado con llave y haciendo un descubrimiento que la llevará a San Francisco.
En San Francisco, Ryan vive entregado a su hija Julia y a su trabajo. Es un empresario farmacéutico, millonario, que desde hace cinco años cuando perdió a su adorada esposa, a excepción de su hija y su empresa, todo lo demás le importa nada. Cuando a la puerta de su casa aparece una mujer que es la viva imagen de Annie, de repente su triste y ordenada vida se pone patas arriba.
Ya desde que arranca la novela te quedas enganchada, así que no te queda otro remedio que ponerte cómoda y seguir leyendo. Y como la novela no tiene bajones y la autora te cuenta la historia con un lenguaje ameno y cercano, pues te bebes el libro sin ni siquiera darte cuenta. Eso sí, disfrutándolo mucho.
¿Cómo lo explicaría yo para que os hagáis una idea de qué clase de historia tenemos entre manos? A ver..., no se parece, ¿eh? pero imaginaos una especie de Imagen en el espejo de Sandra Brown con un toque de misterio a lo Robin Cook. Y la parte romántica y sus correspondientes escenitas son muy, pero que muy buenas, ni se pasan ni se quedan cortas.
Yo, ya lo he dicho al comienzo, me lo he pasado divinamente leyendo esta novela. Habrá quien le ponga pegas (a lo mejor las tendrá), pero desde luego no seré yo quien se las ponga, porque esta no es ni más ni menos que una novela romántica, entretenida, de suspense y actual, fantásticamente lograda y muy en la línea de lo que me volvería loca por que publicaran cada mes.
Por cierto, a esta autora me la apunto en mi lista de escritoras a tener muy en cuenta. Espero que la editorial la siga publicando.
Os recomiendo esta novela a todas, pero sobre todo a aquellas que pedís a gritos libros de romántica actual. ¿A qué esperáis para haceros con ella?
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