jueves, 23 de octubre de 2014

Cuando no se olvida, de Anna Casanovas

Los protagonistas de esta novela, Tim y Amanda, se conocieron cuando ambos eran muy jóvenes. La vida de Amanda estaba llena de sueños e ilusiones; la de Tim, sin embargo, vacía y sin esperanzas de que fuera a cambiar. Cuando coinciden en una fiesta en la que él forma parte de la familia que la organiza y ella trabaja como camarera, la atracción es inmediata. Era lógico suponer que, posteriormente, hicieran por encontrarse e iniciaran una relación que les llevara a enamorarse hasta lo más profundo de su corazón. Así que con su amor, ilusiones y sueños como único equipaje, se casaron... Y su historia de amor se truncó muy poco tiempo después.

Muchos años más tarde, cada cual ha rehecho su vida laboral y social, ha cumplido algunos sueños y ha relegado al rincón del olvido a quien fuera el amor de su alma. Sin embargo, un pequeño incidente une de nuevo sus caminos, y esta vez están dispuestos a luchar para salvar su amor.

La verdad es que cuando empecé a leer la novela estuve en muchas ocasiones a punto de dejarla. Me costó un triunfo, de verdad, superar la primera parte del libro. Y no es porque lo que contara no fuera una historia bonita, sino por cómo lo contaba. Era demasiado repetitiva, demasiado dulzona, demasiado simplona y una lectura como muy juvenil. Bien es cierto que lo que se cuenta en esa parte del libro es la historia de amor de una pareja muy joven, pero me recordó mucho a las primeras obras de la autora a las que, desde mi punto de vista, las faltaba fuerza, garra y ritmo, y no me llegaba a enganchar. Por otra parte, me ha cansado sobremanera tantas y tantas escenas de amor, que sí, son dulces y románticas pero son tantas...

Sin embargo, llegados a la segunda parte la cosa ya cambia. Aquí encontramos de nuevo a la escritora de sus últimas novelas, en las que utiliza esas pautas de escritura que tanto me gustan. Esta otra mitad de la historia ya está contada con mucho más poderío y empuje, resulta más amena, no se hace pesada y gracias a ella –en la que se resuelve de manera dulce y bonita la historia de amor– para mí, salva el libro. Un libro, por otra parte, la mar de sencillo: es una historia de segundas oportunidades sin grandes alharacas de ningún tipo (trama, secundarios, ambientación...) pero tiene el aliciente, para quienes leyeron Las reglas del juego, de conocer cuál es la historia de Tim y Amanda.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.