Ódiame de día, ámame de noche, de Nieves Hidalgo

Sumergirse en esta novela es imaginar ósculos apasionados en la oscuridad de los jardines, sonrisas veladas tras los abanicos de seda y encaje, joyas que eclipsan bellezas, intensos aromas florales atrapados en invernaderos de cristal o tormentas de pasiones y desengaños.

Jason Rowland, vizconde de Wickford, es un granuja, una combinación entre ángel y demonio, orgulloso, arrogante, mordaz, dueño de un carácter explosivo y de una mirada tormentosa y resentida.

Cassandra Rowland, vizcondesa de Wickford, es voluble, embaucadora, inescrupulosa y experta en chantaje emocional que ejerce sin pudor sobre Nicole, su hermana gemela.

Un acontecimiento trágico cambiará el destino de las dos hermanas. Nicole se ha convertido, de la noche a la mañana, en una mujer sin identidad ni recuerdos. Sus días son un sinvivir de incertidumbre e incredulidad ante lo que le cuentan sobre ella misma. A su memoria acuden imágenes sin nexo y flashes de una vida pasada.

La cautela y el desconcierto se adueñan de Creston House.

El vizconde, herido en su orgullo, libra una guerra sin cuartel contra sí mismo. La desconfianza y la rabia vapulean su corazón que se debate entre el deseo y el desprecio hacia su esposa. Sus dagas verbales son feroces, voraces, lacerantes.

Nicole, turbada y desorientada por la intensidad de sus ataques, retribuye con educación, respeto, honestidad, ternura y paciencia. Intenta resistir a sus sentimientos, pero su corazón ha encontrado al legítimo dueño. Inexorablemente, la pasión los envuelve y los consume.

Un acontecimiento, tan anhelado como temido, la obligará a tomar una decisión con coraje y determinación que los dejará a ambos a la deriva. Jason sentirá abrirse el suelo bajo sus pies. Cuando la amargura abraza sus días y sus noches, cuando ya nada importa, cuando es mejor dejarse consumir por la desidia y el remordimiento, el destino se entretendrá en volver a cruzar sus caminos.

Pero, a un instante de tocar el cielo con los dedos, Nicole y Jason correrán peligro de muerte, que solo podrá ser sorteado con la valentía que infunde el amor profundo.

La declaración de amor más bonita que jamás he tenido el placer de leer me ha dejado con un nudo en la garganta. La carga emocional que se va fraguando desde el principio de la novela hace que contengas la respiración, que el corazón se salte un latido y que se humedezcan las mejillas.

Lady Nieves nos regala, una vez más, besos y sonrisas en forma de palabras.

Silvia Soliño

Romántica

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