La protagonista: a pesar de tener las cosas claras, una esmerada educación y querer casarse por amor, ha de doblegarse en muchas ocasiones a las instrucciones de una madre rígida. Sin embargo, no nos encontramos con una mojigata, sino con una mujer de fuertes convicciones, con carácter, que decide arriesgarse a un enfrentamiento con su progenitora con tal de salirse con la suya. Otra cosa es que se le tuerzan los caminos trazados… para gloria de las lectoras.
Ian es un libertino según dicen las malas lenguas. Sí, lo es, pero no tanto. Yo lo he visto más como un hombre que ha tenido que hacerse cargo de todo demasiado pronto, que es capaz y decidido. Y sobre todo, honesto. No tiene intención de casarse, al menos de momento, pero el destino le pone delante a una mujer a la que no solo v admirando día a día, sino que le nubla el sentido.
Constanze, la hermana de la protagonista, me ha encantado. Es un personaje que no tiene nada de secundario, forma parte del eje central de la historia, sin ella trasteando junto a Jane nada sería lo mismo. Aparentemente tranquila, conciliadora y sensata, que ha decidido no casarse y quedarse para acompañar a su madre… creo que me va a regalar muy buenos ratos en su propia historia.
A la condesa de Riddington, la madre de ambas muchachas, le hubiera dado una colleja. Peo en esos tiempos debía haber más de una aristócrata con el único propósito de que sus vástagos no sacasen los pies del tiesto, preocupada por el qué dirán. Me han gustado sus rancias reacciones y su mando, sobre todo porque ha de doblegar la testuz.
Entre visitas a tomar el té, bailes, paseos y problemas en la hacienda familiar fuera de Londres, que estoy deseando que Constanze resuelva, Claudia Cardozo nos regala un romance precioso, apasionado, lleno de sentimientos y dudas por parte de los protagonistas.
La he disfrutado mucho.
Compra esta novela aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.