Esta tercera entrega de las hermanas Wadlow es, posiblemente, la que más me ha gustado. Porque no solo nos cuenta sobre un romance precioso, sino que Lily es, para mí, la más fuerte de las tres hermanas que conozco hasta ahora. La maldición lanzada por la bruja Gaia persigue a la familia y ella no duda en lanzarse a una aventura que puede volverse contra ella para salvar a su hermana Daisy. Si para ello debe aceptar la ayuda de un seco highlander, pues la acepta. Y si para llevar a cabo su misión tiene que hacerse pasar por su esposa, pues también lo hace.
Lily no es solo una mujer de armas tomar, es que está llena de dulzura, con un corazón que no le cabe en el pecho y capaz de renunciar al amor por el bien de sus hermanas.
Drustan es… Drustan. Demasiado para el cuerpo este chico: fuerte, guapo, sensible, un poco tozudo, un mucho arrogante. Encantador lo mires como lo mires. A él también le cuesta lo suyo darse cuenta de que no es la hermana de Lily a quien cree haber amado siempre, sino que es ella, su aparente esposa, la que acapara todos sus pensamientos.
La maldición, una búsqueda incansable de los descendientes de la bruja Gaia, pócimas, enfrentamientos entre líderes de clanes. Lo tiene todo para atraparte en una aventura preciosa.
Ahora a esperar la historia de BlueBell, la líder de un grupo de piratas que, seguro, va a encantarme.
Y me fascinaría conocer la historia del jefe de un clan que… Ahí lo dejo. Lee la novela y sabrás a quién me refiero.
Nieves
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