Esta novela nos habla de los prejuicios que existían y siguen existiendo entre las clases sociales. Porque, a pesar de tener un título y fortuna suficiente como para tapar la boca a más de uno, no todos miran de igual modo a una persona que viene de abajo.
Gabriella no es una muchachita que esté aprendiendo a vivir, sino una mujer hecha, derecha y con las ideas muy claras. Prefiere disfrutar estudiando antigüedades antes que ir a una fiesta, y su ilusión es viajar a Egipto. Eso es un quebradero de cabeza para su padre, que teme por ella, por lo que decide pedir ayuda a un hombre que, a pesar de no estar bien visto entre sus iguales, será el ideal para protegerla.
Lucien ha vivido en los barrios pobres de Londres, ha obtenido el título de conde de Rashton sin esperarlo, y también prefiere apartarse de las reuniones sociales. Acepta el trato del padre de Gabriella, aunque no imagina que esa aventura va a arrastrarle a un romance que le hace replantearse toda su existencia. Simplemente, me ha enamorado este protagonista.
La relación que se va forjando entre Gabriella y Lucien no tiene desperdicio, es preciosa, con momentos que te hacen soltar un suspiro. Intensa y elegante, como nos tiene acostumbradas la autora.
Haber introducido personajes reales en la historia es un punto genial.
No voy a negar que me hubiese gustado más aventura en al Valle de los Reyes, y reconozco que de haber estado en el lugar de la protagonista, no hubiese tomado su decisión final. ¡No hubiera podido, xD! No, no, no voy a decir más, tenéis que leerlo vosotras.
Un viaje que enamora, intrigas que te tienen en tensión y un romance preciosísimo. La he disfrutado a tope.
Como siempre: no os perdáis la Nota de autora, porque es otra delicia conocer todo lo que cuenta en ella.
Nieves
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