Nuria Llop no deja de asombrarme cada vez que abro una de sus novelas. Con esta, ha vuelto a atraparme por completo.
Magníficamente ambientada en la Barcelona de 1921, me ha permitido conocer la ciudad de ese tiempo, sus calles, sus edificios, sus salones y costumbres. Todo un regalo.
Los personajes son geniales, empezando por Blanca, siguiendo por Juanita, Ramón, Daniel, Eulalia, Ivette, Montse y terminando por un cínico encantador llamado Ricardo, que encuentra en esa pensión para artistas el argumento perfecto para escribir su novela policíaca.
Como si hubiera estado inmersa en uno de los casos de Agatha Christie, donde hay varios posibles culpables, he tomado parte en secretos inconfesables, intrigas y mentiras. Y he ido, como no podía ser menos, guardando las pistas para intentar encontrar al culpable: la viruta de un lápiz, una llave, una carta…
Una historia llena de recovecos, misterios y verdades a medias, salpimentada por ese toque de enredo en los que la autora es una auténtica maestra. Sin faltar las escenas románticas y la mutua atracción entre los protagonistas, que ponen un broche ideal a los sucesos.
Por si fuera poco, la novela es un canto a las mujeres valientes, de esas que no se rinden nunca y arriesgan todo por lo que quieren y conocer la verdad.
Ha sido un placer leerla. Gracias, Nuria, por otra novela estupenda, como todas las tuyas.
Nieves
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