Pétalos de arena y mar para el señor Trowbridge, de Chris de Wit

Yo diría que esta novela tiene dos fases: la primera, tranquila, va fluyendo sin sobresaltos, presentándonos a los personajes de Inglaterra y llevándonos al Caribe, donde conocemos a otros igual de tiernos. Los protagonistas se conocen y, poco a poco, se van acercando, hasta darse cuenta de que sienten algo muy fuerte el uno por el otro.

Ewan tiene sus dudas, no quiere enamorarse, no puede hacerlo porque Matilda es la nieta de su madre adoptiva y cree no estar preparado para ello. Pero el carisma de la muchacha, su amor por la naturaleza y los animales, un don especial para que todo lo que hay a su alrededor se vuelva precioso, puede más que su indecisión.

Matilda no ha conocido más padre que Nick, su mundo es el que la rodea, y se da cuenta de que no es la mujer adecuada para un hombre que, aunque le ha robado el corazón, regresará a Inglaterra en poco tiempo.

Hasta aquí, la tranquilidad de parajes maravillosos y jardines de ensueño. Pero esto se acaba y la autora nos mete de lleno en una trama repleta de secretos que, cuando van saliendo a flote, te dejan estupefacta. Esta parte no solo es intrigante, sino que te tiene con los ojos pegados a las páginas de la novela. No quieres dejarla, tienes que enterarte de todo. Nadie es lo que parece al principio. No voy a negar que he buscado fallos en el argumento, a ver si pillaba algún renuncio. Soy mala, lo sé. Lo mejor es que no he encontrada nada fuera de su sitio.

Me ha sorprendido gratamente el modo en que Chris de Wit va desenredando pasiones y secretos escondidos durante años. No deja un cabo suelto, todo se va explicando en animados diálogos que hacen muy fácil la lectura y te dejan con la boca abierta.

Una historia con una trama y unos personajes estupendos que te van a atrapar. Lo he pasado estupendamente leyéndola.

Nieves 

Romántica

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