Robaré todos tus besos, de Ana Álvarez

Necesitaba una lectura fresca, divertida y con un puntito de intriga, y la elección ha sido un acierto total.

Adrián es calculador, frío, le gusta tener todo bajo control y nunca pierde al norte. De los dos hermanos dedicados hace tiempo a los robos de guante blanco, es el que planificaba para que el golpe no tuviera ningún resquicio y todo saliera a la perfección. No ha perdido sus habilidades a pesar de que su hermano se retiró después de enamorarse, dedicándose a una firma de alta costura. Sin embargo, la espada de Damocles pende sobre su cabeza porque, de las joyas que devolvió anónimamente, una de ellas parece que es falsa.

Diana, por su parte, y aunque es de una familia con mucho dinero, trabaja para una compañía de seguros. Justo para la que ha asegurado la joya que dicen sus dueños no es la auténtica. Es una mujer sencilla, a quien no levan demasiado las tonterías de las altas esferas, prefiriendo vestir con cualquier cosa y pasar desapercibida, lo que no es posible muchas veces. Sin embargo, se verá obligada a vestir de marca y lucir joyas ostentosas, a fin de averiguar si los dueños del brazalete devuelto por el ladrón están intentando timar a sus jefes.

Un crucero de lujo en el que ambos van a demostrar sus habilidades. Y no solo en la tasación de la joya en sí, sino en la relación que se establece entre ambos.

Entre excursión y excursión, entre cena de gala y discoteca en el barco, salpicado con momentos de relax y divertidos diálogos entre la pareja protagonista (a esta autora se le da estupendamente escribir esos dimes y diretes), Diana se propone demostrar a Adrián que de frío no tiene nada. Y lo saca tantas veces de quicio que el pobre ya no sabe si va o viene.

La atracción que sientes ambos se va convirtiendo en algo más y, casualmente por eso, Adrián no sabe qué hacer. Si le confiesa a ella a qué se dedicaba en realidad, lo normal es que le delate a la policía. Esos momentos de dudas están muy bien narrados, vamos que hasta te acongojas por el pobre muchacho.

Lo dicho: una lectura muy entretenida, que he devorado, y llena de frescura. Me hacía falta volver a disfrutar de una novela de Ana.

Nieves 

Romántica

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