Me ha gustado esa relación de enemigos declarados desde que se ven y que, poco a poco, se va tornando en todo lo contrario. Las situaciones y los diálogos me han parecido estupendos porque, sin darte cuenta, vas conociendo el que puede ser el día a día en un taller de costura, de alta costura en este caso.
Me ha gustado la personalidad de Lucas, o Joel si lo preferís. Su modo directo de actuar y su honradez. Sí, parece un chiste hablar de honradez cuando es un ladrón de guante blanco, pero es que es un hombre íntegro, jamás ha hecho daño a nadie a sabiendas y hasta sigue protegiendo a su madre porque piensa que, de enterarse a qué se dedica, se llevaría un disgusto. Su modo de controlar el mal genio ante las broncas de Marina, son de Óscar. Porque aguanta el pobre, aguanta lo indecible. ¿Le interesa? Sí, porque desea llevar a cabo un buen golpe y para eso debe «congraciarse con alguna mujer con dinero de las que acuden a Boutique. Otra cosa es que consiga dejar a un lado la atracción que siente por Marina.
Me ha gustado Marina, una mujer que ha sufrido una decepción enorme y que, por lo tanto, no quiere volver a fiarse de ningún hombre. También ella aguanta, porque debe mantener esa pose de mujer de hielo y distante, aunque se le van los ojos hacia el nuevo ayudante de la tienda. Es una virtuosa de la aguja, diseña fabulosos vestidos y cree que no le hace falta el amor, hasta que se da cuenta de que no puede resistirse a ese hombre que la irrita y la subyuga al mismo tiempo.
Me han gustado los secundarios. Las compañeras de Marina son estupendas, a alguna clienta te gustaría tirarle de los pelos y el hermano de Lucas es un tío estupendo (su historia también es de las que gustan (Robaré todos tus besos).En fin, que me ha gustado todo. Creo que lo he dicho, ¿verdad? ¿O no?
Nieves
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