domingo, 9 de junio de 2013

Una semana en invierno de Maeve Binchy

Stoneybridge es un pueblecito de la escarpada costa de Irlanda que recibe gran cantidad de turistas en verano y fuera de temporada se queda prácticamente vacío. Pero los alrededores no están desiertos del todo, porque en Stone House, un viejo y precioso hotel sobre el acantilado, hay un grupo de huéspedes muy variopinto que durante una semana de invierno disfruta de su cocina espaciosa y cálida, de la chimenea de leña y de los elegantes dormitorios. Y aunque casi nadie es capaz de resistirse a los encantos del lugar, pocos son quienes conocen su historia, y menos aún la historia de su amable anfitriona Geraldine Ryan, Chicky, para todo el mundo. Una semana en invierno cuenta la historia de los diversos personajes que coinciden en este hotel tan especial, y la sorprendente influencia que esa estancia tendrá en sus vidas.



Hace mucho tiempo que quería leer un libro de esta autora y por unas u otras cosas nunca me animaba. Siempre tuve una simpatía especial hacia ella aun cuando ya digo que jamás había leído una novela suya. Cuando me enteré de que había fallecido me dije que ya iba siendo hora de leerla, y con la publicación de este su libro póstumo, me he estrenado por fin.

Lo primero que tengo que decir es que su escritura me ha parecido encantadora y cálida, quizá las palabras que mejor la describirían serían "contadora de historias". Y es que resulta tan amena, tan sencilla, tan agradable y cercana que leerla es un verdadero deleite.

Esta novela comienza narrando la historia de una jovencita que vive en un pueblecito de la costa de Irlanda, en una época en la que todos los hijos hacen lo que sus padres esperan de ellos. Donde nadie osa montar un escándalo por aquello del "qué dirán" y mucho menos una muchacha de apenas 20 años. Sin embargo, Chicky se enamora de un americano que pasa por allí y lo deja todo para marcharse con él a América. Sus sueños y esperanza de amor no se cumplen, pero ella, que salió de su casa sin la bendición de los suyos y puesta sobre aviso de lo que le iba a pasar, inventa una historia maravillosa de su vida y poco a poco consigue hacer creer a todos que realmente le está yendo muy bien.

Todos los años vuelve a su pueblo a pasar una semana y en un momento dado, se le presenta la oportunidad de convertir una vieja casa llena de corrientes y bastante destartalada, en un hotel donde ofrecer a sus huéspedes la paz y la tranquilidad de la que ella ha gozado a lo largo de todos los años que volvía a su tierra a cargar las pilas. Decide embarcarse en esta aventura y para ello cuenta con la anciana dueña de la casa y un chico muy joven que necesita esconderse durante un tiempo.

Desde el inicio de la novela, cuando la autora nos va contado las vicisitudes de Chicky, va también presentándonos a muchos otros personajes que componen la vida de la protagonista. Una vez que el hotel comienza su remodelación, un capítulo tras otro nos vamos encontrado las historias de los diferentes huéspedes que se van a alojar allí para pasar la primera semana de la inauguración.

Podríamos decir por tanto, que esta novela es una historia de historias que confluyen en determinados momentos del libro y que, aun resolviéndose o cerrándose satisfactoriamente unas páginas antes de acabarlo, en realidad solo son retazos de historias de personas que encuentran la paz, el sosiego o que ven la salida a sus problemas en esa semana en invierno que pasan en el hotel.

He leído en inglés comentarios sobre este libro y si bien la mayoría de la gente habla de las delicias de la escritura de esta autora y cuánto les ha gustado este libro, algunas personas dicen que no es su mejor novela y que pareciera que el final fuera precipitado o que faltara algo. Como ya he dicho, yo no tengo con qué comparar puesto que es mi estreno con esta escritora, pero desde luego lo que sí tengo claro es que me ha gustado lo suficiente y me ha procurado unas preciosas horas de lectura como para estar deseando repetir con ella.

Por supuesto, como habréis podido comprobar de lo que se desprende de este escrito, de romántica nada de nada (aunque tenga entre sus páginas alguna que otra historia con tintes románticos entre sus personajes). Es más una historia de vidas, contadas de manera tan grata, sencilla y agradable que supone todo un placer invertir unas horas en esta novela.

  

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