martes, 21 de mayo de 2013

Noche de Mardi Gras de Erika Gael

A las puertas de un nuevo Apocalipsis, el demonio Astaroth, Archiduque del Infierno de Occidente, se encapricha con un viaje de placer a la Tierra, una visita que pondrá fin a casi seis mil años de condena. Sin embargo, las órdenes de Lucifer son claras; tiene dos meses para resarcirse y después deberá volver al hogar. Dispuesto a no dejar pasar la ocasión, Astaroth hace las maletas y se planta en Nueva Orleans con una nueva identidad y un deseo irrefrenable de hacer de las suyas.

Cincuenta días después, en la misma ciudad aterrizan por error seis universitarios españoles en su viaje de fin de carrera. Entre ellos se encuentra Carlota, una joven escéptica e independiente que aprenderá a ver el carnaval más salvaje y alocado del mundo con otros ojos cuando el hombre de sus sueños se cruza en su camino.

Es difícil resistirse a la tentación, sobre todo si ésta cobra la forma del hombre perfecto y parece estar dispuesta a hacer realidad cada uno de sus secretos anhelos. Sin poder remediarlo, algo en el halo de misterio que desprende el encantador David White atrae a Carlota como un imán, pero lo que no sabe es que su propia frescura es la trampa que se cierne sobre el oscuro corazón de Astaroth.

Pero, igual que a todo carnaval le sigue una cuaresma y a todo sueño una vigilia, cuando unos sentimientos desconocidos e impensables para ambos exploten, una muchacha de provincias y un cínico demonio deberán enfrentarse juntos a la lucha por su felicidad, especialmente la de un alma que ya tiene dueño. El Mal.

No sé si voy a ser capaz de hacer una crítica de este libro. Quienes acostumbráis a leer las críticas que hago sobre algunas novelas, sabéis que no soy dada a contar el argumento sino, más bien, a explicar los sentimientos y las sensaciones que producen en mí los libros. En base a ellos hago mi valoración positiva o negativamente.

Con Noche de Mardi Gras me he quedado literalmente sin palabras. No sé por dónde empezar.

Conocí a esta autora de pura casualidad trasteando una vez por Internet. Como tantas otras escritoras, Érika tenía un blog donde iba colgando sus escritos, críticas de novelas y comentarios varios. Quedé impresionada con su forma de expresarse. Con su manera limpia, sencilla, clara y envolvente de contar las cosas. Y volví una y otra vez a leerla. Érika se convirtió en una adicción para mí.

Vi cómo se iba fraguando esta novela. Las vicisitudes por las que fue pasando mientras la escribía. Cómo se documentaba y cómo su ordenador le jugaba una mala pasada y perdía toda la información que tenía almacenada sobre la novela. Sentí su frustración en el post que puso al efecto y también noté cómo nada le impedía volver a juntar todas las piezas y seguir adelante. Eso me hizo formarme una idea de esta joven autora y supe que alguna vez triunfaría.

Tenía unas ganas locas de leer Noche de Mardi Gras aun sabiendo que la novela es paranormal, un tema que aunque no me importa leer, no es precisamente santo de mi devoción. Por fin he podido leerla y, ¡oh, Dios mío, es infinitamente mejor de lo que nunca pude imaginar! Kenyon que me cautivó con sus primeros (he dicho primeros ¿eh?) Dark Hunters por su imaginación y su estilo, ha bajado un montón de escalones al lado de Érica Gael. Lo que ha inventado esta autora es mil veces superior. Una vez que abres el libro no puedes parar. Su obra rebosa imaginación, pero también ternura, ingenio, fuerza y sentimiento (¡cuánto sentimiento!).

Si prácticamente he abandonado la novela paranormal es porque, en mor de la fantasía y en favor del sexo cada vez más explícito, la mayoría de las autoras se olvidan de lo que yo y muchas lectoras del género queremos encontrar en una novela romántica: además de una historia consistente queremos seducción, amor, pasión y, claro, sí, sexo. Y por este orden a poder ser. La novela de Érika Gael tiene todo eso, y te bebes sus páginas sin sentir que pasa el tiempo, con el corazón en un puño y admirada por lo que vas leyendo. Y no puedes parar hasta el final. Quedas atrapada en una tela de araña de la que no puedes ni quieres despegarte. Los últimos capítulos son de infarto.

Las escenas están descritas con un realismo que palpas. Los escenarios en donde se desarrolla la trama están perfectamente dibujados. Se nota que Érika ha invertido horas y más horas en documentarse. Sin embargo, no cae en la memez (desde mi punto de vista, por supuesto) que cometen otros autores de hacerte tragar toda su documentación y aburrirte con datos que a ti te importan un pimiento. Érika simplemente te sitúa dondequiera que sea, con unos pocos toques magistrales, sin abrumarte y, lo más importarte, sin apartarte de la trama ni un solo segundo.

Y es que Érika escribe bien. Muy bien. Maravillosamente bien. Su narrativa es exquisita. Es fluida y amena. Su manera de contar la historia te envuelve y te apasiona. Los diálogos de los personajes son naturales y nada forzados. Tiene toques de humor e ironía. Hay escenas que te ponen la piel de gallina. Hay párrafos que te hacen saltar las lágrimas. Hay momentos de amor de infinita ternura. Y no quiero contaros cómo describe el sexo…

Si me hubieran dicho que esta autora lleva detrás de ella unas cuantas novelas publicadas, me lo hubiera creído. Es una obra madura, pensada y trabajada. Es un libro cuidado, escrito con cariño, respeto y mimo. Es el trabajo de una mujer que sabe lo que hace y que adora escribir. Y eso se nota. Érika Gael me ha devuelto la fe en la novela paranormal de AMOR.

Noche de Mardi Gras es una fabulosa historia, la primera de una serie sobre Los Ángeles caídos. ¡Menudo tema! ¡Qué riesgo! ¡Y qué magistral manera de resolverlo!

Nunca imaginé que el Infierno, y en concreto uno de sus habitantes, fuera a despertar veneración en mí. Estoy condenada, lo sé, pero quiero seguir leyendo la serie. 

  

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