La ambientación es estupenda. Nos adentramos por primera vez, tras la entrega anterior, en la vida de la escuela en la que un grupo de chicas se preparan para poder hacer, algún día, un buen matrimonio. Poco a poco conocemos a quienes serán protagonistas de las siguientes historias, a los profesores y profesoras y a los miembros que componen Minstrel House.
En esta segunda entrega conocemos la historia de una de las alumnas de la Escuela de Señoritas de lady Acton. Romola Seymour es una chica especial, no solo porque ha sido criada solo por su padre, un estudioso académico y aventurero, sino también a causa de su torpeza, de su inusitada franqueza y de sus amplios conocimientos que no duda en exponer delante de cualquiera. Me ha parecido un personaje entrañable por su mezcla de seguridad y vulnerabilidad.
El protagonista masculino, Edward Hasting, es el nuevo profesor de baile con un humor algo sombrío a causa de una pérdida sufrida. Resulta ser, sin duda, la pareja ideal para Molly. Es un hombre tímido, introvertido, sensible. Las situaciones en las que se ponen los dos se transforman en algo divertido y memorable, porque es inevitable con dos personalidades así. La química entre ellos es muy bonita, y hay escenas preciosas.
Con un estilo fluido y con bastantes toques de humor irónico, la autora nos deja una historia encantadora con personajes inolvidables y diferentes.
MARTA LUJÁN
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