Ella, de lo más inocente; él, un reputado calavera. Ambos, miembros de familias rivales. Sin embargo, un fugaz incidente enciende la llama del amor.
En un elegante baile de la alta sociedad, la joven lady Amelia Hathaway señala, discreta, a un joven apuesto, indolente, que conversa con otros dos amigos tan atractivos —y de tan mala reputación— como él. Pero Amelia no tiene dudas: es el joven que la noche anterior la sorprendió en su balcón, le robó un beso y desapareció.
En el Londres de 1816, ninguna muchacha decente se fijaría en alguien así. Tampoco lord Alexander, tan inconstante con las damas, podría imaginarse lo que empieza a sucederle: aquella muchacha que lo sorprendió en mitad de la noche, esa desconocida que frustró sus verdaderos planes, le ha causado una profunda impresión.
Esta autora es una de esas que descubres por casualidad y que te engancha desde la primea página. Tener una saga de ella es todo un lujo y en mí ya tiene a una ferviente admiradora.
La novela es de las que podemos enmarcar en Regencia. Dama de buena familia y libertino encantador y atractivo que cae en las redes del amor. Pero las novelas de esta escritora no son simples novelas de la Regencia, sino mucho más. Son verdaderas novelas románticas, de las que siempre nos han gustado, de las que nos unieron al género y con las que hemos soñado. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto con este tipo de lectura.
En la historia, hay dos familias enfrentadas que se odian. ¿Por qué? Pues por n antiguo escándalo. El abuelo de la protagonista tuvo un romance con una mujer de la familia de Alex que acabó en tragedia y, como consecuencia, en años de desconfianza y antipatía mutua.
Alex debe recuperar algo que pertenece a su familia, pero que está en poder del padre de la protagonista. Y lo que son las cosas, la muchacha se le encuentra en medio de una reunión social y queda intrigada por ese hombre fascinante y guapísimo.
Es posible que esta no se la mejor novela que he leído de esta autora, pero sigue resultándome estupenda cuando narra. Y divertida, sobre todo divertida, algo que no es fácil de encontrar.
La evolución del argumento se me hizo muy entretenida, me han gustado los personajes y me ha gustado también el entorno en el que los mueve de modo magistral.
Luchando contra las normas sociales y el odio que se tienen ambas familias, los protagonistas de esta novela consiguen alcanzar el amor en un final más que adecuado para el género romántico.
El personaje de Amelia es discretamente recatado, nunca ha tenido un escarceo amoroso, mientras que el de Alex es de un cinismo aplastante, el de un mujeriego, lo que da bastante animación a la narración.
En alguna parte he leído que el libro resulta aburrido. Lo siento, pero a mí no me lo ha parecido, ninguna de las novelas que he leído hasta ahora de esta autora podría catalogarla de aburrida. Pero claro, para gustos se hicieron los colores del arco iris y cada uno es libre de decir lo que piensa.
No es una historia especialmente complicada, todo lo contrario. Resulta sencilla de leer, entretenida y chispeante en muchas ocasiones, con diálogos que me han hecho sonreír. No esperéis encontrar en esta novela uno de esos misterios inescrutables que podemos ir investigando según pasan los capítulos. Es simplemente una novela entretenida ara pasar un buen rato o llevarla de vacaciones y disfrutarla bajo una sombrilla y al lado de un martini.
Wanda
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