Las islas de Barlovento de Elena Santiago

Londres, 1649. Elisabeth Raleigh, acompañada por su padre, su prometido y su suegro, un acaudalado propietario de ingenios en Barbados, asiste a la decapitación de Carlos I y al inicio del régimen de Cromwell.

En el tumulto de la plaza en la que tiene lugar la ejecución se ve separada de sus familiares y a punto está de verse aplastada por la muchedumbre cuando un apuesto caballero la rescata. Se trata de Duncan Haynes, un temerario pirata que surca los mares del Caribe. Este encuentro la convertirá en el centro de una trama de venganza, pasión, traición y aventura. El día de su matrimonio, el destino de Elisabeth quedará sellado para siempre. Los pasos de su nuevo marido la llevarán a la exótica isla, donde su vida sufrirá un giro radical.

Nos encontramos con una novela repleta de aventura y en un lugar paradisíaco, como es la isla de Barbados, en el Caribe. Mejor sitio para una novela de acción, no lo hay.

Elizabeth Raleigh es joven, cabezota, tenaz como pocas y valerosa. Intentando salvar a su padre, se compromete con un hombre rico que tiene una plantación en Barbados. Sin embargo, en su camino se cruza el corsario Duncan y su existencia da un giro de 180 grados.

Elizabeth es una protagonista con bastante estilo, de las que gustan al primer golpe de vista por su su decisión, por su dulzula y su fuerza. Un personaje que agrada y con el que nos podemos identificar sin problemas a pesar de la diferencia de época que nos separa.

Pero no es solo el romance lo que me ha gustado de la novela, sino el paisaje, la extensa documentación, las circunstancias que se desarrollan en la novela, la relación entre los protagonistas, ardiente y a la vez sensible, tierna y difícil.

Tiene escenas de amor muy buenas, descritas lo justo y sin ser toscas. Algo que agradezco infinitamente porque yo creo que una escena erótica se pueda escribir con estilo sin pasarse y recrearse en ella, máxime cuando la novela tiene mucha más miga que contar.

Aparte de lo que ya digo, esta novela es de las que enseñan, porque en ella podemos viajar a las islas del Caribe, conocer el tema de las plantaciones de caña de azúcar, acercarnos a la desagradable vida de los esclavos (qué mal llevo leer sobre esto). En fin, conocemos esa parte del mundo tal y como era en esos años, con amos y siervos, en escenas maravillosas, acoplando la historia a la ficción.

Es una lectura viva que no decae en ningún momento, que atrapa desde la primera página y muy bien escrita.

Duncan es un héroe inteligente y valiente que enamora a la lectora igual que enamora a la protagonista, aunque en un principio solo le mueve el deseo carnal.

El tema de los sentimientos encontrados está muy bien llevado, ya que la protagonista se encuentra en el dilema de ser fiel al hombre elegido (¡menuda joya, pobrecita!) –la moral de la época y todo eso-, y la pasión que siente por Duncan.

Los secundarios, están todos muy bien retratados también.

Vas de sorpresa en sorpresa, la novela da giros que no te esperas y hasta el final es una constante tensión. A pesar del grosor de la novela, de las innumerables lecciones de historia y de la densidad de las descripciones, a mí no se me ha hecho pesada y me daba pena que se fuera acabando.

Así que ya sabéis: islas de ensueño, barcos, esclavitud, plantaciones, intriga, romance e historia, todo estupendamente mezclado para conseguir una novela interesantísima y entretenida que nos deja en las puertas de otra entrega.

Recomendada para quienes quieran una novela muy bien escrita, ambientada y trabajada, una lectura con enjundia y algo más que solo una historia de amor.