Desde que el vizconde Brahm Ryland cometió ese terrible error y perdió a su bella prometida, lady Eleanor Durbane, su vida ha sido miserable. Por eso, cuando el padre de Eleanor le invita a una cacería en su mansión, acepta encantado. No le será fácil, pero él está dispuesto a hacer cualquier cosa para tener una segunda oportunidad con la única mujer que ha amado y amará jamás.
Curioso lo de esta autora, en el mismo mes sacaron dos de sus novelas, una en booket y otra en esencia, una francamente mediocre y aburrida y la otra con el sencillo encanto de una buena obra. Caer en la tentación indudablemente te llevara al infierno del hastío pero sin duda Aun te llevo en el corazón cumple su promesa y se hizo un hueco en el mío. No es una novela que te marque, no sorprende, no revuelve sentimientos y sin embargo al correr de sus páginas te va dejando un sabor dulce que hace, que no te puedas arrepentir ni de su compra y mucho menos de su lectura.
Pese a su pasado y a la enfermedad que le acompaña, Brahm se hace de querer. La autora consigue que vaya creciendo ante nuestros ojos, consiguiendo no solo la redención de sus pecados, sino el deseo de que su futuro le aporte la felicidad que una vez estuvo al alcance de su mano. Es un placer ir descubriendo su evolución. Su pasado de descerebrado perdido entre las brumas del alcohol, le llevo a perder a la mujer que amaba y el respeto a si mismo (El hecho de que Brahm orinó en la fuente de ponche de la fiesta de lady Pennington, habla por si misma). En compensación le dejo tullido y lleno de remordimientos. Plenamente consciente de lo que fue su ayer, el libro comienza con un nuevo Brahm, que ha asumido su enfermedad y sale en busca de la paz, que solo sabe que conseguirá, cuando se enfrente a la mujer que perdió en sus desvaríos. Se miente a si mismo encubriendo sus sueños de amor con la laca de la reparación, y sin embargo, en sus pensamientos mas ocultos le asaltan sus secretos anhelos. Poco a poco se reconoce que son sus sueños los que le empujan a luchar, la distante Eleanor comienza a tenderle la mano, el apoyo de su deseado suegro le anima en sus intentos, el poder compartir no solo horas sino días le ofrece una oportunidad única, que él piensa aprovechar hasta el máximo. Pero… no todo puede ser perfecto, el paraíso hay que ganarlo y para ello se tendrá que enfrentar al deseo malsano y el resquemor de la misma mujer que un día consiguió separarlos.
Eleanor es la belleza serena que cumple ante el mundo. Generosa por naturaleza intenta enterrar sus miedos y dolor, para por una vez, dejarse llevar por lo que en el fondo clama su alma. Pese a su imagen de correcta dama quiere vivir, desea sentir y termina reconociendo que solo Brahm es capaz de obrar el milagro. Podrá superar el sufrimiento y olvidar su traición, podrá enfrentar a los que la aman y temen por ella pero…no todo puede ser perfecto, en su caso, su mayor enemigo vive bajo su misma piel y termina rindiéndose. Aleja a Brahm que vencido vuelve a Londres y solo entonces, al enfrentarse sola a su derrota, descubre que en su mano está no perder la guerra y sale en su busca.
Ahora les tocara reconocer y aprender a vivir con sus miserias, limitaciones y miedos. Ahora deberán enfrentar sus pasados e intentar construir su futuro. Porque su amor tiene que superar el conocimiento de que la persona que amas es tan humana como imperfecta.
Esta novela es una obra que centra su trama en el retrato de sus personajes que ciertamente poseen el encanto de un amor de juventud reencontrado. Me queda la espinita que la autora no terminó de enfrentar de forma convincente la relación de las hermanas. Lydia se termina diluyendo, sin llegar a resolver el misterio de su actuación, tanto en el pasado como en el presente, y a la postre, es en sus actos donde comienza y se basa la trama, aunque en su desarrollo, sean los sentimientos de los protagonistas los que se abran camino. La vena rencorosa de mi carácter, basada en la idea que el que la hace la paga, no ha sido satisfecha y ni siquiera me dejo una puerta abierta que me permita la comprensión y el dudoso el perdón, pero pese a cualquier crítica que pueda acudir a mi mente, he disfrutado de esta tranquila novela reconociendo la calidad que se encierra entre sus páginas.
Sé que con el tiempo se borrara su recuerdo en mi memoria pero durante el tiempo que me duro su lectura ciertamente la disfruté.
Curioso lo de esta autora, en el mismo mes sacaron dos de sus novelas, una en booket y otra en esencia, una francamente mediocre y aburrida y la otra con el sencillo encanto de una buena obra. Caer en la tentación indudablemente te llevara al infierno del hastío pero sin duda Aun te llevo en el corazón cumple su promesa y se hizo un hueco en el mío. No es una novela que te marque, no sorprende, no revuelve sentimientos y sin embargo al correr de sus páginas te va dejando un sabor dulce que hace, que no te puedas arrepentir ni de su compra y mucho menos de su lectura.
Pese a su pasado y a la enfermedad que le acompaña, Brahm se hace de querer. La autora consigue que vaya creciendo ante nuestros ojos, consiguiendo no solo la redención de sus pecados, sino el deseo de que su futuro le aporte la felicidad que una vez estuvo al alcance de su mano. Es un placer ir descubriendo su evolución. Su pasado de descerebrado perdido entre las brumas del alcohol, le llevo a perder a la mujer que amaba y el respeto a si mismo (El hecho de que Brahm orinó en la fuente de ponche de la fiesta de lady Pennington, habla por si misma). En compensación le dejo tullido y lleno de remordimientos. Plenamente consciente de lo que fue su ayer, el libro comienza con un nuevo Brahm, que ha asumido su enfermedad y sale en busca de la paz, que solo sabe que conseguirá, cuando se enfrente a la mujer que perdió en sus desvaríos. Se miente a si mismo encubriendo sus sueños de amor con la laca de la reparación, y sin embargo, en sus pensamientos mas ocultos le asaltan sus secretos anhelos. Poco a poco se reconoce que son sus sueños los que le empujan a luchar, la distante Eleanor comienza a tenderle la mano, el apoyo de su deseado suegro le anima en sus intentos, el poder compartir no solo horas sino días le ofrece una oportunidad única, que él piensa aprovechar hasta el máximo. Pero… no todo puede ser perfecto, el paraíso hay que ganarlo y para ello se tendrá que enfrentar al deseo malsano y el resquemor de la misma mujer que un día consiguió separarlos.
Eleanor es la belleza serena que cumple ante el mundo. Generosa por naturaleza intenta enterrar sus miedos y dolor, para por una vez, dejarse llevar por lo que en el fondo clama su alma. Pese a su imagen de correcta dama quiere vivir, desea sentir y termina reconociendo que solo Brahm es capaz de obrar el milagro. Podrá superar el sufrimiento y olvidar su traición, podrá enfrentar a los que la aman y temen por ella pero…no todo puede ser perfecto, en su caso, su mayor enemigo vive bajo su misma piel y termina rindiéndose. Aleja a Brahm que vencido vuelve a Londres y solo entonces, al enfrentarse sola a su derrota, descubre que en su mano está no perder la guerra y sale en su busca.
Ahora les tocara reconocer y aprender a vivir con sus miserias, limitaciones y miedos. Ahora deberán enfrentar sus pasados e intentar construir su futuro. Porque su amor tiene que superar el conocimiento de que la persona que amas es tan humana como imperfecta.
Esta novela es una obra que centra su trama en el retrato de sus personajes que ciertamente poseen el encanto de un amor de juventud reencontrado. Me queda la espinita que la autora no terminó de enfrentar de forma convincente la relación de las hermanas. Lydia se termina diluyendo, sin llegar a resolver el misterio de su actuación, tanto en el pasado como en el presente, y a la postre, es en sus actos donde comienza y se basa la trama, aunque en su desarrollo, sean los sentimientos de los protagonistas los que se abran camino. La vena rencorosa de mi carácter, basada en la idea que el que la hace la paga, no ha sido satisfecha y ni siquiera me dejo una puerta abierta que me permita la comprensión y el dudoso el perdón, pero pese a cualquier crítica que pueda acudir a mi mente, he disfrutado de esta tranquila novela reconociendo la calidad que se encierra entre sus páginas.
Sé que con el tiempo se borrara su recuerdo en mi memoria pero durante el tiempo que me duro su lectura ciertamente la disfruté.
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