Un soplo de aire de Jessica Bird

Frankie Moorehouse es propietaria de White Caps, una mansión encantadora reconvertida en hotel y restaurante. Lo que en otro tiempo fue una lujosa casa ahora es una fuente de problemas y deudas. Frankie necesita urgentemente revitalizar el lugar pero no lo tiene nada fácil, y no le gustaría desprenderse de la única herencia que le dejaron sus padres. Para colmo, debe cuidar además de su hermana pequeña y de su abuela con alzheimer.

Cuando Nate aparece por la puerta parece la solución perfecta. No sólo es un reputado chef que ha trabajado en los restaurantes más famosos de Nueva York, sino que además es tan guapo que corta la respiración.

Con éste ya van dos los harlequines que he leido - y disfrutado - de Jessica Bird y tengo que decir que el título de la novela le va a al pelo. Sus historias son verdaderos soplos de aire fresco. Son sencillas, tiernas cuando hay que serlo y sensuales también cuando hace falta. Además están muy bien escritas, lo que se agradece bastante.

Un soplo de aire es el primer libro de la serie El legado de Moorehouse. En el argumento no encontrareis nada fuera de lo común pero los personajes son convincentes y aunque cada uno arrastre su correspondiente carga de traumas del pasado que deberán resolver, no pierden el tiempo con dudas sin sentido, sino que actúan y tratan de disfrutar del presente. Nate tiene claro que Frankie le gusta, Frankie también y aunque ambos saben que su relación no es de las de largo plazo se embarcan en ella.

Luego están los secundarios: los otros hermanos Moorehouse, Joy y Alex -cuyas historias se dejan entrever en este primer libro y que te dejan con ganas de saber más, la abuela, Spike -el socio de Nate que también tiene su propio libro, etc. Todos ellos muy interesantes y bien retratados.

En resumen, se trata de una lectura reconfortante, con su punto de dramatismo justo y que por encima de todo está muy bien contada. No os dejeis engañar por su extensión, es un harlequín eso si, pero no le falta ninguna página.