Milla y David son unos jóvenes padres para los que el nacimiento de su hijo Justin cambia la vida. Aunque son estadounidenses se encuentran en México donde David trabaja en un hospital para gente de pocos recursos. Para no separarse de su marido, Milla le acompaña y es allí donde da a luz a su bebé. Pero apenas seis semanas más tarde, Justin le es arrebatado de los brazos mientras hace la compra en un mercado al que acude con asiduidad y ella es apuñalada hasta casi morir.
Cuando vuelve en sí en el hospital su primer pensamiento es para Justin; encontrarlo se convierte en el centro de su vida, en su único objetivo y obsesión. Una obsesión que romperá su matrimonio y la separará de su familia.
Diez años más tarde, Justin sigue sin aparecer pero Milla no se ha rendido. Para ayudar a otros padres que han sufrido la misma experiencia, fundó Rastreadores, formado por voluntarios que acuden a cualquier lugar del país donde desaparece un niño y, a la vez, le sirve para seguir investigando qué sucedió con su hijo.
Milla vive El Paso, ciudad en la frontera mexicana y estadounidense. Durante años ha seguido el rastro de un hombre, uno de los secuestradores al que en la lucha dejó tuerto. Pero durante ese tiempo ha dado palos de ciego, ha dado vueltas sin sentido para volver al mismo punto del que partió hasta que le llegan noticias sobre un hombre: Díaz. De él se dice que es un asesino, un justiciero, un cazador de recompensas. Aunque inicialmente Milla cree que puede ser el tuerto al que busca, pronto se percata que no lo es y él se convierte en la última oportunidad de encontrar a Justin.
Díaz es sigiloso como un lobo, escurridizo como una sombra. Se mueve como el humo y acaba de manera letal con aquellos que se convierten en su objetivo.
Una noche su camino y el de Milla se cruzan e interviene evitando que la joven sea asesinada. Sin embargo, pronto descubre que trabajando juntos ambos pueden obtener beneficios.
La desconfianza es inicialmente lo que Díaz le inspira a Milla pero pronto entiende que a pesar de su reputación -o más bien gracias a ella pues la simple mención de su nombre mete el miedo en el cuerpo a los hombres de peor calaña- es el hombre que necesita para llegar hasta la red de contrabandistas que secuestraron a su hijo.
Pero el contacto entre ambos despierta en ambos sentimientos para el que ninguno de los dos están preparados. En diez años Milla no ha vuelto a enamorarse ni a pensar en un hombre, sus pensamientos y su corazón están en Justin; Díaz descubre en Milla a la única mujer que le empuja a involucrarse, dejando a un lado su sangre fría, su hermetismo y distancia con el mundo.
Me gustan mucho las novelas de acción de Linda Howard, aunque no las considero cien por cien románticas, me parecen historias que te atrapanpor la sensualidad que envuelve a sus parejas y, no puedo negarlo, por la testosterona que página a página destilan los protagonistas masculinos.
Obsesión y venganza me parece una buena novela que aúna suspense, acción y, aunque en un segundo plano, una historia de amor que, a mí particularmente, me ha gustado mucho.
El tema alrededor del que gira la novela es el secuestro de Justin, el hijo de Milla que fue secuestrado siendo un recién nacido. Recuperar a su hijo o, según pasan los años y siente cómo eso es menos posible, saber qué le sucedió, si aún vive o no es la obsesión que rige la vida de Milla.
No hay lugar para nada más en su vida, incluso su matrimonio con David se rompió, pues la pérdida del hijo en común los fue alejando.
Es investigando a una banda de contrabandistas que roban y venden bebés como Milla conoce a Díaz, al que inicialmente asociaba con dicha gente, pero acaba convirtiéndose en su última baza y oportunidad de rastrear a los hombres que le arrancaron a su hijo de los brazos.
La verdad es que tanto Milla como Díaz son dos personajes a los que les cuesta mostrar sus sentimientos, hasta tal punto que parecen incapaces de sentirlos pero basta que se encuentran, estalle una pequeña chispa para que, en su interior, ambos sepan que el otro los ha cambiado de un modo imprevisto pero definitivo.
Si bien la historia no es realmente romántica, ya que por un lado las novelas de Linda Howard no las catalogaría como tal -creo que son otros los sentimientos que imperan o no se manifiestan con declaraciones de amor dulces y tiernas- el tema principal de Obsesión y venganza es tan duro y es descrito con tal crudeza que, en mi opinión, tiene mayor protagonismo que la historia de amor entre Milla y Díaz, aunque debo decir que ésta me ha gustado mucho.
Creo que es una novela que aúna una trama de acción trepidante, con una carga emocional y denuncia social importante, como lo es el secuestro y venta de bebés o el contrabando de órganos, lo que hace que no puedas olvidar en ningún momento la fealdad de una realidad que salpica de tal modo a los protagonistas.
Sin embargo, el resto de la novela me parece cien por cien Howard: el protagonista masculino, así como la sensualidad que reina entre Milla y Díaz y la acción que rige la trama.
La única pega que le pondría a esta novela es que con una temática tan dura, si bien sientes el dolor y sufrimiento que atenaza a Milla, he notado en falta un matiz más humano, un desnudar los sentimientos de una manera más intensa, pues la protagonista ha creado tantas murallas que sabes que sufre pero me ha faltado ver antes un pequeño resquicio más en su coraza.
Con todo, Obsesión y venganza es una novela que me ha gustado mucho, intensa, dura, emotiva y muy sensual y, por encima de todo, el tema que trata y el tesón que muestra Milla por saber de su hijo, sin renunciar jamás, sin rendirse aún sabiendo que no puede recuperar el tiempo perdido es, sin duda, lo que más me ha conmovido de toda la historia.
Cuando vuelve en sí en el hospital su primer pensamiento es para Justin; encontrarlo se convierte en el centro de su vida, en su único objetivo y obsesión. Una obsesión que romperá su matrimonio y la separará de su familia.
Diez años más tarde, Justin sigue sin aparecer pero Milla no se ha rendido. Para ayudar a otros padres que han sufrido la misma experiencia, fundó Rastreadores, formado por voluntarios que acuden a cualquier lugar del país donde desaparece un niño y, a la vez, le sirve para seguir investigando qué sucedió con su hijo.
Milla vive El Paso, ciudad en la frontera mexicana y estadounidense. Durante años ha seguido el rastro de un hombre, uno de los secuestradores al que en la lucha dejó tuerto. Pero durante ese tiempo ha dado palos de ciego, ha dado vueltas sin sentido para volver al mismo punto del que partió hasta que le llegan noticias sobre un hombre: Díaz. De él se dice que es un asesino, un justiciero, un cazador de recompensas. Aunque inicialmente Milla cree que puede ser el tuerto al que busca, pronto se percata que no lo es y él se convierte en la última oportunidad de encontrar a Justin.
Díaz es sigiloso como un lobo, escurridizo como una sombra. Se mueve como el humo y acaba de manera letal con aquellos que se convierten en su objetivo.
Una noche su camino y el de Milla se cruzan e interviene evitando que la joven sea asesinada. Sin embargo, pronto descubre que trabajando juntos ambos pueden obtener beneficios.
La desconfianza es inicialmente lo que Díaz le inspira a Milla pero pronto entiende que a pesar de su reputación -o más bien gracias a ella pues la simple mención de su nombre mete el miedo en el cuerpo a los hombres de peor calaña- es el hombre que necesita para llegar hasta la red de contrabandistas que secuestraron a su hijo.
Pero el contacto entre ambos despierta en ambos sentimientos para el que ninguno de los dos están preparados. En diez años Milla no ha vuelto a enamorarse ni a pensar en un hombre, sus pensamientos y su corazón están en Justin; Díaz descubre en Milla a la única mujer que le empuja a involucrarse, dejando a un lado su sangre fría, su hermetismo y distancia con el mundo.
Me gustan mucho las novelas de acción de Linda Howard, aunque no las considero cien por cien románticas, me parecen historias que te atrapanpor la sensualidad que envuelve a sus parejas y, no puedo negarlo, por la testosterona que página a página destilan los protagonistas masculinos.
Obsesión y venganza me parece una buena novela que aúna suspense, acción y, aunque en un segundo plano, una historia de amor que, a mí particularmente, me ha gustado mucho.
El tema alrededor del que gira la novela es el secuestro de Justin, el hijo de Milla que fue secuestrado siendo un recién nacido. Recuperar a su hijo o, según pasan los años y siente cómo eso es menos posible, saber qué le sucedió, si aún vive o no es la obsesión que rige la vida de Milla.
No hay lugar para nada más en su vida, incluso su matrimonio con David se rompió, pues la pérdida del hijo en común los fue alejando.
Es investigando a una banda de contrabandistas que roban y venden bebés como Milla conoce a Díaz, al que inicialmente asociaba con dicha gente, pero acaba convirtiéndose en su última baza y oportunidad de rastrear a los hombres que le arrancaron a su hijo de los brazos.
La verdad es que tanto Milla como Díaz son dos personajes a los que les cuesta mostrar sus sentimientos, hasta tal punto que parecen incapaces de sentirlos pero basta que se encuentran, estalle una pequeña chispa para que, en su interior, ambos sepan que el otro los ha cambiado de un modo imprevisto pero definitivo.
Si bien la historia no es realmente romántica, ya que por un lado las novelas de Linda Howard no las catalogaría como tal -creo que son otros los sentimientos que imperan o no se manifiestan con declaraciones de amor dulces y tiernas- el tema principal de Obsesión y venganza es tan duro y es descrito con tal crudeza que, en mi opinión, tiene mayor protagonismo que la historia de amor entre Milla y Díaz, aunque debo decir que ésta me ha gustado mucho.
Creo que es una novela que aúna una trama de acción trepidante, con una carga emocional y denuncia social importante, como lo es el secuestro y venta de bebés o el contrabando de órganos, lo que hace que no puedas olvidar en ningún momento la fealdad de una realidad que salpica de tal modo a los protagonistas.
Sin embargo, el resto de la novela me parece cien por cien Howard: el protagonista masculino, así como la sensualidad que reina entre Milla y Díaz y la acción que rige la trama.
La única pega que le pondría a esta novela es que con una temática tan dura, si bien sientes el dolor y sufrimiento que atenaza a Milla, he notado en falta un matiz más humano, un desnudar los sentimientos de una manera más intensa, pues la protagonista ha creado tantas murallas que sabes que sufre pero me ha faltado ver antes un pequeño resquicio más en su coraza.
Con todo, Obsesión y venganza es una novela que me ha gustado mucho, intensa, dura, emotiva y muy sensual y, por encima de todo, el tema que trata y el tesón que muestra Milla por saber de su hijo, sin renunciar jamás, sin rendirse aún sabiendo que no puede recuperar el tiempo perdido es, sin duda, lo que más me ha conmovido de toda la historia.
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