El primer encuentro entre Fleur Hamilton y Adam Kent, el duque de Ridgeway, se produce a las afueras del teatro Drury Lane, en Londres. Es un encuentro que podría describirse como sórdido: ella es una prostituta que vende su cuerpo; él su primer cliente. El encuentro entre ambos no transcurre según las expectativas de ninguno de los dos, sobre todo para Adam que descubre horrorizado que, efectivamente, él ha sido el primer cliente y el primer hombre para la frágil Fleur.
Ése el inicio de tormentosa relación.
Adam Kent es un hombre de rigurosos principios y moral inquebrantable. Es leal a su palabra, tanto que es capaz de llegar a las últimas consecuencias para cumplirla. Cuando se percata que hasta esa noche Fleur era virgen, siente remordimientos. Remordimientos por saber que esa joven debe vivir en una situación tan sumamente grave que vender su cuerpo ha sido un acto desesperado. Remordimientos porque ha sido él, y no otro, quien ha roto la honra de la joven. Remordimientos por no poder actuar de otro modo.
Tras pagarle el triple de lo que ésta le pide -a la vez que le da varios consejos- no logra olvidarla. Así que insta a su hombre de confianza, Houghton, a que dé con ella gracias a la poca información que esa noche le facilitó la joven, y la contrate como institutriz de Lady Pamela, su hija de cinco años.
Es un acto de extrema desesperación el que lleva a Fleur a vender su cuerpo. Sola, sin trabajo ni dinero, huyendo de un pasado que la acosa y sin nadie a quien acudir, toma una decisión que sabe marcará su vida irremediablemente, pues quedará como una mácula sobre ella. Sin embargo, no imagina en ese momento que también dará un giro inesperado a los acontecimientos pues, apenas una semana después de aquella espantosa noche, encuentra un trabajo como institutriz para la hija del duque de Ridgeway.
En su nuevo trabajo, poco a poco va recuperando la vitalidad y la salud. A pesar de que Lady Pamela es una niña un tanto caprichosa, va ganándose su confianza y empieza a sentir que, por fin, hay un futuro para ella. Ya no aspira a casarse pues se siente una joven manchada que no merece al hombre con el que aspiraba a casarse: David Booth, un joven vicario.
Aunque Sybil, la duquesa de Ridgeway, no se muestra satisfecha con la idea de que su hija tenga institutriz, Fleur encuentra un lugar donde se siente a salvo... hasta que el duque de Ridgeway regresa al hogar y la joven descubre que es el mismo hombre al que vendió su cuerpo.
La perla secreta es la primera novela que leo de la autora Mary Balogh y con ella he descubierto una escritora con un don para transmitir sentimientos y envolverte en el argumento de la novela.
Aún partiendo de una época histórica que, a primera vista, no nos sorprende, La perla secreta me ha parecido una novela diferente: dulce, atormentada y cautivadora.
Sin duda lo primero que me ha llamado la atención ha sido la protagonista. Es una joven de buena familia a la que las circunstancias y las maquinaciones en su contra la llevan a huir lejos de su casa, sus amigos y el joven con el que aspiraba a casarse. Acaba viviendo casi en la indigencia y eso la lleva a tomar una decisión: robar, pedir o venderse. Opta por la tercera opción y así conoce a Adam Kent, el héroe de esta novela.
El personaje de Adam dista abismalmente de los duques y nobles que solemos encontrar en las novelas románticas. Por un lado lejos está de ser un mujeriego, por otro está casado y salvo ese desliz con Fleur, jamás ha sido infiel a su mujer. La relación entre Adam y Sybil es compleja, está llena de secretos, culpa, odio y, desde mi punto de vista, obsesión y sentido del deber.
El que el protagonista de la novela sea un hombre casado, al menos a mí, me ha parecido un hecho que hace de ésta una historia diferente. Y el no ser tampoco una novela que gira en torno a si habrá o no infidelidad me ha sorprendido.
El mayor atractivo que he encontrado en La perla secreta es, sin duda, la relación entre Fleur y Adam. Una relación que nada tiene que ver con la que nacen entre una institutriz y su empleador que hemos leído en otros libros, es una relación -y debo utilizar de nuevo esta palabra-diferente. Pasa por diferentes fases que nos describen una gama de sentimientos que pasan desde el miedo, la repugnancia, los remordimientos, compasión, deseo, cariño o anhelo.
Si la vida de Fleur no ha sido fácil, tampoco lo ha sido la de Adam. A lo largo de la novela, él mismo repite en ocasiones que la suya fue una infancia tan privilegiada que probablemente luego pagó por ella. Leyendo la novela te hace pensar que pudiera ser, pues tras ser dado por muerto en Waterloo, tras regresar con el cuerpo y el rostro lleno de cicatrices, Adam descubre que ha perdido todo cuanto daba por seguro: su título, sus derechos y la mujer con la que iba a casarse. Se resiste y logra recuperarlos pero en el camino pagará un terrible precio que marcará su vida junto a Sybil, Lady Pamela y Fleur cuando esta llega a su vida.
La vida de Fleur es durante gran parte de la novela un misterio, sobre ella pende un peligro, un secreto, que no se atreve a confiar ni siquiera en Adam, a pesar de que alguien de su pasado regresa y amenaza con destrozar la nueva vida que se ha forjado. Con lo que gran parte de la historia gira alrededor de lo que ambos callan, lo que no son capaces de confiar al otro. A la vez, el amor va naciendo y entrelezando los hilos en una bonita historia de amor.
En definitiva, La perla secreta me ha parecido una buena novela, que cuenta una dulce historia de amor, con un punto oscuro y amargo contra el que los protagonistas deben luchar y vencer para lograr un final feliz. Aunque me resistía a leerla, estoy contentísima por haberlo hecho y descubrir así la mágica pluma de Mary Balogh.
Ése el inicio de tormentosa relación.
Adam Kent es un hombre de rigurosos principios y moral inquebrantable. Es leal a su palabra, tanto que es capaz de llegar a las últimas consecuencias para cumplirla. Cuando se percata que hasta esa noche Fleur era virgen, siente remordimientos. Remordimientos por saber que esa joven debe vivir en una situación tan sumamente grave que vender su cuerpo ha sido un acto desesperado. Remordimientos porque ha sido él, y no otro, quien ha roto la honra de la joven. Remordimientos por no poder actuar de otro modo.
Tras pagarle el triple de lo que ésta le pide -a la vez que le da varios consejos- no logra olvidarla. Así que insta a su hombre de confianza, Houghton, a que dé con ella gracias a la poca información que esa noche le facilitó la joven, y la contrate como institutriz de Lady Pamela, su hija de cinco años.
Es un acto de extrema desesperación el que lleva a Fleur a vender su cuerpo. Sola, sin trabajo ni dinero, huyendo de un pasado que la acosa y sin nadie a quien acudir, toma una decisión que sabe marcará su vida irremediablemente, pues quedará como una mácula sobre ella. Sin embargo, no imagina en ese momento que también dará un giro inesperado a los acontecimientos pues, apenas una semana después de aquella espantosa noche, encuentra un trabajo como institutriz para la hija del duque de Ridgeway.
En su nuevo trabajo, poco a poco va recuperando la vitalidad y la salud. A pesar de que Lady Pamela es una niña un tanto caprichosa, va ganándose su confianza y empieza a sentir que, por fin, hay un futuro para ella. Ya no aspira a casarse pues se siente una joven manchada que no merece al hombre con el que aspiraba a casarse: David Booth, un joven vicario.
Aunque Sybil, la duquesa de Ridgeway, no se muestra satisfecha con la idea de que su hija tenga institutriz, Fleur encuentra un lugar donde se siente a salvo... hasta que el duque de Ridgeway regresa al hogar y la joven descubre que es el mismo hombre al que vendió su cuerpo.
La perla secreta es la primera novela que leo de la autora Mary Balogh y con ella he descubierto una escritora con un don para transmitir sentimientos y envolverte en el argumento de la novela.
Aún partiendo de una época histórica que, a primera vista, no nos sorprende, La perla secreta me ha parecido una novela diferente: dulce, atormentada y cautivadora.
Sin duda lo primero que me ha llamado la atención ha sido la protagonista. Es una joven de buena familia a la que las circunstancias y las maquinaciones en su contra la llevan a huir lejos de su casa, sus amigos y el joven con el que aspiraba a casarse. Acaba viviendo casi en la indigencia y eso la lleva a tomar una decisión: robar, pedir o venderse. Opta por la tercera opción y así conoce a Adam Kent, el héroe de esta novela.
El personaje de Adam dista abismalmente de los duques y nobles que solemos encontrar en las novelas románticas. Por un lado lejos está de ser un mujeriego, por otro está casado y salvo ese desliz con Fleur, jamás ha sido infiel a su mujer. La relación entre Adam y Sybil es compleja, está llena de secretos, culpa, odio y, desde mi punto de vista, obsesión y sentido del deber.
El que el protagonista de la novela sea un hombre casado, al menos a mí, me ha parecido un hecho que hace de ésta una historia diferente. Y el no ser tampoco una novela que gira en torno a si habrá o no infidelidad me ha sorprendido.
El mayor atractivo que he encontrado en La perla secreta es, sin duda, la relación entre Fleur y Adam. Una relación que nada tiene que ver con la que nacen entre una institutriz y su empleador que hemos leído en otros libros, es una relación -y debo utilizar de nuevo esta palabra-diferente. Pasa por diferentes fases que nos describen una gama de sentimientos que pasan desde el miedo, la repugnancia, los remordimientos, compasión, deseo, cariño o anhelo.
Si la vida de Fleur no ha sido fácil, tampoco lo ha sido la de Adam. A lo largo de la novela, él mismo repite en ocasiones que la suya fue una infancia tan privilegiada que probablemente luego pagó por ella. Leyendo la novela te hace pensar que pudiera ser, pues tras ser dado por muerto en Waterloo, tras regresar con el cuerpo y el rostro lleno de cicatrices, Adam descubre que ha perdido todo cuanto daba por seguro: su título, sus derechos y la mujer con la que iba a casarse. Se resiste y logra recuperarlos pero en el camino pagará un terrible precio que marcará su vida junto a Sybil, Lady Pamela y Fleur cuando esta llega a su vida.
La vida de Fleur es durante gran parte de la novela un misterio, sobre ella pende un peligro, un secreto, que no se atreve a confiar ni siquiera en Adam, a pesar de que alguien de su pasado regresa y amenaza con destrozar la nueva vida que se ha forjado. Con lo que gran parte de la historia gira alrededor de lo que ambos callan, lo que no son capaces de confiar al otro. A la vez, el amor va naciendo y entrelezando los hilos en una bonita historia de amor.
En definitiva, La perla secreta me ha parecido una buena novela, que cuenta una dulce historia de amor, con un punto oscuro y amargo contra el que los protagonistas deben luchar y vencer para lograr un final feliz. Aunque me resistía a leerla, estoy contentísima por haberlo hecho y descubrir así la mágica pluma de Mary Balogh.
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