Han transcurrido quince años desde que Amy y Swift se prometieran en matrimonio según las costumbres comanches. En aquel entonces, ella era aún una niña de doce años, que se recuperaba de los horrores y traumas sufridas a manos de un grupo de comancheros desalmados; él un joven y bravo guerrero comanche. Sólo en Swift encontró al amigo leal que la ayudó a curar las heridas del alma, junto a él recuperó parte de su carácter intrépido y travieso, y fue a él a quien, con adoración infantil, entregó su corazón.
Pero la guerra entre el hombre blanco y los comanches los separó. Antes de esa separación, Amy juró esperarlo y Swift juró regresar a ella.
Aniquilado el pueblo comanche, Swift regresa a Texas para cumplir con la promesa a Amy pero descubre con horror que ella ha fallecido. El padrastro de la joven le señala una tumba, con una tosca cruz, bajo la que yace su cuerpo. La imagen destroza las esperanzas y sueños de Swift. Desgarrado por el dolor, solo, pues su pueblo ha desaparecido, se une a un grupo de forajidos, comancheros y hombres peligrosos. Así muere Swift Antílope y, en su lugar, nace Swift López. Gracias a su sangre mexicana y a la forma de vestir propia de un pistolero nadie ve en él ni trazas de aquel joven y valiente guerrero comanche.
En tres años, Swift se forja una leyenda, convirtiéndose en el pistolero más rápido y mortal, más temido también. Pero cuando los hombres con quienes cabalga tratan de violar a una joven que le recuerda a Amy, algo despierta dentro de él y lo evita. Pone punto final así a su vida como forajido y decide buscar a Hunter y Loretta quienes se han instalado y creado una pequeña población Wolf's Landing, donde viven en paz entre hombres blancos, indios y de otras razas. A su llegada, Swift descubre que Amy vive pero la joven que lo recibe nada tiene que ver con la dulce y risueña que juró esperarlo. Le teme, recela de él, odia la clase de hombre en que se ha convertido, el mismo que reencarna sus peores pesadillas, ésas que la acosan sin descanso y le impiden borrar y olvidar el pasado.
En tres años, Swift se forja una leyenda, convirtiéndose en el pistolero más rápido y mortal, más temido también. Pero cuando los hombres con quienes cabalga tratan de violar a una joven que le recuerda a Amy, algo despierta dentro de él y lo evita. Pone punto final así a su vida como forajido y decide buscar a Hunter y Loretta quienes se han instalado y creado una pequeña población Wolf's Landing, donde viven en paz entre hombres blancos, indios y de otras razas. A su llegada, Swift descubre que Amy vive pero la joven que lo recibe nada tiene que ver con la dulce y risueña que juró esperarlo. Le teme, recela de él, odia la clase de hombre en que se ha convertido, el mismo que reencarna sus peores pesadillas, ésas que la acosan sin descanso y le impiden borrar y olvidar el pasado.
Pero Swift no se rinde y está dispuesto a todo por volver a ganarse la confianza y el corazón de Amy, todo por lograr que ella acepte cumplir con la promesa hecha quince años atrás y se convierta en su mujer.
Hay novelas que transmiten tantos sentimientos dentro de ti al leerlas que luego es muy difícil plasmar en unas líneas tu opinión sobre dicha novela. Corazón comanche es para mí una de éstas.
Hay novelas que transmiten tantos sentimientos dentro de ti al leerlas que luego es muy difícil plasmar en unas líneas tu opinión sobre dicha novela. Corazón comanche es para mí una de éstas.
Después de leer Luna comanche tenía la certeza de que la historia de Amy y Swift sería desgarradora. A pesar de que la última escena entre ellos -ese juramento y esa promesa de amor eterno- auguraba un bonito reencuentro, es difícil olvidar las experiencias sufridas por Amy y sabes que, inevitablemente, se interpondrán en su felicidad pues Amy era una joven con el alma desgarrada, que en su corta vida aun con el cariño incondicional de Loretta, sufrió tantas humillaciones y degradaciones que es imposible no marquen su futuro.
La verdad es que según empecé a leer Corazón comanche me encontré pensando muchas veces “¿cómo puede Amy ser tan desgraciada?”. Sin embargo, eso no me detuvo a seguir leyendo. El reencuentro con Swift es sólo el inicio de una preciosísima historia que merece ser leída.
Pues aún con este punto de partida, Corazón comanche es una de las novelas que más me han gustado de Catherine Anderson y de todas cuantas he leído. Creo que es sencillamente preciosa. Creo que las novelas románticas de esta autora son mucho más que una historia de amor, logra que conozcas a los personajes, te desnuda sus almas y el intrincado mundo de sentimientos que esconden y, al llegar al final, los has hecho tuyos. Sientes y entiendes qué les sucede, por qué son como son. No he leído otra autora que lo haga igual, tal vez parecido, pero de este modo no.
Amy es una superviviente. La vida la ha puesto a prueba repetidas veces, destrozando su futuro, sus sueños y el corazón valiente que late en su pecho. Pero más débil, rota y sin esperanzas, Amy siempre sobrevive y sigue adelante. Durante los primeros capítulos tal vez no se vea esa imagen de ella, pues se ha convertido en una maestra de escuela, cariñosa con sus alumnos, pero fría y distante hacia los hombres. Adora su independencia, ha logrado tener su propia casita, un trabajo del que vive y forma parte de la pequeña y amistad comunidad de la que forman parte Hunter y Loretta, los protagonistas de Luna comanche. Vive segura, protegida, alejada del mundo y sus peligros pero, también, apartada de la vida. Ve la vida pasar sin formar parte de ella.
Me ha encantado leer cómo Hunter, en su sabiduría Comanche, describe a Amy, como siempre tiene una manera de explicar las cosas que logra conmoverte y despertar algo dentro de ti.
Amy vive tranquila y protegida pero entonces llega Swift, dispuesto a cumplir con su promesa, sólo que parece que Amy no desea cumplir con la suya y Swift se debate entre insistir o abandonar pero sabe que nadie la conoce como él y con ningún otro podrá vencer los fantasmas de su pasado.
Podría explicar tantas cosas sobre la trama, Amy, Swift... pero prefiero no hacerlo. Basta con que diga que la de ellos es una historia muy dulce, muy tierna pero con un pasado muy triste y duro. Más bien desgarrador, cruel. Sin embargo es precioso ver como Swift se acerca a Amy, como está dispuesto a todo por ser alguien merecedor de ello, como está a su lado, como la enamora poco a poco. Y es precioso ver florecer a Amy, ir saliendo de su cárcel para vivir.
La novela cuenta con personajes secundarios dignos de mención. Por un lado Hunter y Loretta, los protagonistas de Luna comanche, quienes son siempre leales a Swift y Amy, quienes actúan como consejeros, amigos, hermanos... Al haber transcurrido quince años, nos encontramos con una pareja más madura y vemos cómo ha sido esa vida de la que hablaba la profecía Comanche. Hunter es ahora propietario de varias minas en las que buscan oro y se ha convertido en un pilar respetado en la comunidad donde viven. Han tenido dos hijos, Chase e Indigo, un chico valiente y leal y una joven que en muchos aspectos recuerda a la Amy de Luna comanche,por su carácter y brío.
Además tengo que mencionar al resto de habitantes de la comunidad que van esbozando cómo es el día a día de todos, donde evidentemente nada es un camino de rosas, pues son varios los personajes que crean malestar y sufrimiento entre el resto.
Pero a pesar de todo, pienso que Corazón comanche es un canto a la esperanza, donde ves como personajes que han sufrido tanto como Amy logran dejar el pasado atrás y empezar una nueva vida, donde Catherine Anderson te envuelve tan hábilmente en una historia donde el amor todo lo puede e incluso los más desfavorecidos aspiran a él.
Como comento antes una de las palabras que más me han calado son las de Hunter cuando, transmitiendo la ancestral sabiduría de los Comanches, creo que describe cuál es el alma de Corazón comanche: “Mantén tus ojos siempre en el horizonte y tus mañanas, nunca en el ayer”.
No puedo añadir más. Mi valoración es MUY BUENA. Creo que es una novela dura pero preciosísima.
Pues aún con este punto de partida, Corazón comanche es una de las novelas que más me han gustado de Catherine Anderson y de todas cuantas he leído. Creo que es sencillamente preciosa. Creo que las novelas románticas de esta autora son mucho más que una historia de amor, logra que conozcas a los personajes, te desnuda sus almas y el intrincado mundo de sentimientos que esconden y, al llegar al final, los has hecho tuyos. Sientes y entiendes qué les sucede, por qué son como son. No he leído otra autora que lo haga igual, tal vez parecido, pero de este modo no.
Amy es una superviviente. La vida la ha puesto a prueba repetidas veces, destrozando su futuro, sus sueños y el corazón valiente que late en su pecho. Pero más débil, rota y sin esperanzas, Amy siempre sobrevive y sigue adelante. Durante los primeros capítulos tal vez no se vea esa imagen de ella, pues se ha convertido en una maestra de escuela, cariñosa con sus alumnos, pero fría y distante hacia los hombres. Adora su independencia, ha logrado tener su propia casita, un trabajo del que vive y forma parte de la pequeña y amistad comunidad de la que forman parte Hunter y Loretta, los protagonistas de Luna comanche. Vive segura, protegida, alejada del mundo y sus peligros pero, también, apartada de la vida. Ve la vida pasar sin formar parte de ella.
Me ha encantado leer cómo Hunter, en su sabiduría Comanche, describe a Amy, como siempre tiene una manera de explicar las cosas que logra conmoverte y despertar algo dentro de ti.
Amy vive tranquila y protegida pero entonces llega Swift, dispuesto a cumplir con su promesa, sólo que parece que Amy no desea cumplir con la suya y Swift se debate entre insistir o abandonar pero sabe que nadie la conoce como él y con ningún otro podrá vencer los fantasmas de su pasado.
Podría explicar tantas cosas sobre la trama, Amy, Swift... pero prefiero no hacerlo. Basta con que diga que la de ellos es una historia muy dulce, muy tierna pero con un pasado muy triste y duro. Más bien desgarrador, cruel. Sin embargo es precioso ver como Swift se acerca a Amy, como está dispuesto a todo por ser alguien merecedor de ello, como está a su lado, como la enamora poco a poco. Y es precioso ver florecer a Amy, ir saliendo de su cárcel para vivir.
La novela cuenta con personajes secundarios dignos de mención. Por un lado Hunter y Loretta, los protagonistas de Luna comanche, quienes son siempre leales a Swift y Amy, quienes actúan como consejeros, amigos, hermanos... Al haber transcurrido quince años, nos encontramos con una pareja más madura y vemos cómo ha sido esa vida de la que hablaba la profecía Comanche. Hunter es ahora propietario de varias minas en las que buscan oro y se ha convertido en un pilar respetado en la comunidad donde viven. Han tenido dos hijos, Chase e Indigo, un chico valiente y leal y una joven que en muchos aspectos recuerda a la Amy de Luna comanche,por su carácter y brío.
Además tengo que mencionar al resto de habitantes de la comunidad que van esbozando cómo es el día a día de todos, donde evidentemente nada es un camino de rosas, pues son varios los personajes que crean malestar y sufrimiento entre el resto.
Pero a pesar de todo, pienso que Corazón comanche es un canto a la esperanza, donde ves como personajes que han sufrido tanto como Amy logran dejar el pasado atrás y empezar una nueva vida, donde Catherine Anderson te envuelve tan hábilmente en una historia donde el amor todo lo puede e incluso los más desfavorecidos aspiran a él.
Como comento antes una de las palabras que más me han calado son las de Hunter cuando, transmitiendo la ancestral sabiduría de los Comanches, creo que describe cuál es el alma de Corazón comanche: “Mantén tus ojos siempre en el horizonte y tus mañanas, nunca en el ayer”.
No puedo añadir más. Mi valoración es MUY BUENA. Creo que es una novela dura pero preciosísima.
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