“Drea Rousseau, una impresionante belleza con preferencia por los diamantes y los hombres peligrosos, se contentaba con ser la acompañante de Rafael Salinas, un conocido capo del crimen. Entonces, cuando él a cambio se la presta a un despiadado asesino, Drea toma una fatídica y desesperada decisión para escapar: le roba una montaña de dinero en efectivo al malévolo asesino. Aunque Drea huye, Salinas sabe que no puede esconderse y envía al mismo asesino en su persecución. Dada por muerta, Drea regresa de forma milagrosa al reino de los vivos como una mujer nueva. Tan humillada como entusiasmada con esta inesperada segunda oportunidad, comienza una nueva vida. Pero para sentirse sana y salva, y dejar de mirar de forma nerviosa a su espalda, necesitará abatir al hombre que quiso acabar con su vida, incluso aunque esto signifique unir fuerzas con el hombre más peligroso, pero también más atractivo que jamás haya conocido…”
Me estreno con Linda Howard, y lo que normalmente suelo hacer a la hora de iniciarme con una nueva autora es buscar información sobre ella. Considerada por muchas como una de las mejores escritoras de novela romántica actual, las que conocen su obra han destacado incansablemente los impresionantes protagonistas masculinos que crea, además de unas escenas de sexo de infarto; mientras que reconocen que en sus novelas no se suele encontrar demasiado romanticismo. Pues bien, aun teniendo en cuenta este último aspecto, su más reciente novela “El ángel de la muerte” me ha impresionado sobremanera y no positivamente, la verdad.
Partiendo de que yo hubiera clasificado esta novela como de suspense, y nunca de romántica, la misma sinopsis desvela prácticamente los acontecimientos más relevantes que se suceden a lo largo de la historia, porque durante el resto de la trama no aparece, a mi juicio, nada más interesante. Se nos presenta a dos personajes bastante atípicos: Drea, la novia de un mafioso narcotraficante y Simon, un astuto asesino a sueldo. Ambos envueltos, como es fácil deducir, en un mundo oscuro y peligroso en el cual la inteligencia es la única vía de escape para despistar a la muerte.
La novela comienza con cuatro horas intensas de sexo entre Drea y Simon, con autorización exclusiva del novio mafioso de la chica como medio de pago tras haber contratado los servicios del asesino. Cuatro horas de sexo que cambiarán el orden y el curso de las vidas de ambos protagonistas.
La novela se centra en la nueva vida de Drea hacia su libertad. En la primera mitad del libro se nos cuenta cómo consigue escapar de la seguridad impuesta por su novio el mafioso, y se nos relata, casi a modo de manual, todas las precauciones que tiene que tomar para pasar desapercibida (cambios físicos, nuevos documentos, teléfono prepago...) y poder conseguir todo ese dinero que le ha robado al mafioso sin que sus movimientos permitan rastrearla fácilmente. No hay diálogos, la novela se compone prácticamente de los pensamientos de los protagonistas. Según va avanzando Drea hacia su libertad, entre todas las actividades que va llegando a cabo, se “desnuda” ante el lector y permite que se conozca su infancia, sus temores y su soledad. Apenas hay protagonistas secundarios y los que aparecen, participan muy poquito.
A pesar de tener todo el cuidado posible para no ser descubierta, el asesino que calentó tanto su cuerpo como su corazón durante cuatro horas, tras el encargo del enfadado novio mafioso de buscarla y matarla, comienza a seguirle la pista. Empieza entonces una incesante persecución por parte del asesino, en la que éste tendrá que anticipar todos los movimientos de Drea para poder darle alcance, mientras que decide si llevará a cabo su encargo de matarla. Lo que nunca se hubiera imaginado Simon es que mientras la estaba persiguiendo, Drea iba a tener un accidente de coche en el que muere. Sí, muere, como nos lo dice la sinopsis. Y es a partir de entonces, segunda parte de la novela, cuando la autora le otorga un toque místico a la trama, totalmente innecesario para mí, permitiendo que Drea vuelva a la vida y otorgándole un inesperado don.
Si la novela no me estaba atrayendo especialmente, con la escena de Drea en una especie de “cielo alternativo” perdí todo mi interés. Creo que al argumento se le podía haber sacado una buena trama de intriga, y sin embargo a mí me ha aburrido soberanamente y no ha captado mi expectación en ningún momento, así como tampoco ha conseguido que me creyera a ninguno de los protagonistas, pues tras el accidente de Drea, ambos se redimen: Drea deja de vender su cuerpo a cambio de seguridad y bienestar y Simon, curiosamente, toma la decisión de no volver a matar.
Me da la sensación de que Simon forma parte de la historia pero en un segundo plano. Caracterizado por ser un hombre arrogante, bastante seguro de sí mismo y muy bueno en todo lo que hace (me estoy refiriendo en que es de los mejores en su oficio, además de un magnífico amante), no permite descubrir muchas cosas acerca de él o de sus sentimientos. Particularmente, a mí este hombre me ha dejado bastante fría.
¿No he hablado de romance, verdad? Porque no lo hay. Los protagonistas se limitan a estar juntos exclusivamente al principio y al final de la novela. Tras su primer encuentro de cuatro horas, Drea se enamora perdidamente del asesino (sí, cuatro horas muy requetebién aprovechadas porque la chica no consigue olvidar a Simon en toda la novela), mientras que el asesino, a pesar de dudar en si matar a Drea para conseguir los dos millones de dólares que le ofrece el mafioso, tras el accidente de la joven tiene una revelación y se da cuenta de que ella es el amor de su vida. ¡Venga ya!
Me da pena haber descubierto a Linda Howard con este libro porque no creo que reúna en ninguno de los casos las características típicas de sus mejores obras. No puedo decir que sea una mala autora porque la narrativa me parece impecable, pero desde luego a mí el libro no me ha transmitido absolutamente nada.
Mi valoración: 2'5/5 como novela de suspense, 1/5 como novela romántica (siendo generosa).
Me estreno con Linda Howard, y lo que normalmente suelo hacer a la hora de iniciarme con una nueva autora es buscar información sobre ella. Considerada por muchas como una de las mejores escritoras de novela romántica actual, las que conocen su obra han destacado incansablemente los impresionantes protagonistas masculinos que crea, además de unas escenas de sexo de infarto; mientras que reconocen que en sus novelas no se suele encontrar demasiado romanticismo. Pues bien, aun teniendo en cuenta este último aspecto, su más reciente novela “El ángel de la muerte” me ha impresionado sobremanera y no positivamente, la verdad.
Partiendo de que yo hubiera clasificado esta novela como de suspense, y nunca de romántica, la misma sinopsis desvela prácticamente los acontecimientos más relevantes que se suceden a lo largo de la historia, porque durante el resto de la trama no aparece, a mi juicio, nada más interesante. Se nos presenta a dos personajes bastante atípicos: Drea, la novia de un mafioso narcotraficante y Simon, un astuto asesino a sueldo. Ambos envueltos, como es fácil deducir, en un mundo oscuro y peligroso en el cual la inteligencia es la única vía de escape para despistar a la muerte.
La novela comienza con cuatro horas intensas de sexo entre Drea y Simon, con autorización exclusiva del novio mafioso de la chica como medio de pago tras haber contratado los servicios del asesino. Cuatro horas de sexo que cambiarán el orden y el curso de las vidas de ambos protagonistas.
La novela se centra en la nueva vida de Drea hacia su libertad. En la primera mitad del libro se nos cuenta cómo consigue escapar de la seguridad impuesta por su novio el mafioso, y se nos relata, casi a modo de manual, todas las precauciones que tiene que tomar para pasar desapercibida (cambios físicos, nuevos documentos, teléfono prepago...) y poder conseguir todo ese dinero que le ha robado al mafioso sin que sus movimientos permitan rastrearla fácilmente. No hay diálogos, la novela se compone prácticamente de los pensamientos de los protagonistas. Según va avanzando Drea hacia su libertad, entre todas las actividades que va llegando a cabo, se “desnuda” ante el lector y permite que se conozca su infancia, sus temores y su soledad. Apenas hay protagonistas secundarios y los que aparecen, participan muy poquito.
A pesar de tener todo el cuidado posible para no ser descubierta, el asesino que calentó tanto su cuerpo como su corazón durante cuatro horas, tras el encargo del enfadado novio mafioso de buscarla y matarla, comienza a seguirle la pista. Empieza entonces una incesante persecución por parte del asesino, en la que éste tendrá que anticipar todos los movimientos de Drea para poder darle alcance, mientras que decide si llevará a cabo su encargo de matarla. Lo que nunca se hubiera imaginado Simon es que mientras la estaba persiguiendo, Drea iba a tener un accidente de coche en el que muere. Sí, muere, como nos lo dice la sinopsis. Y es a partir de entonces, segunda parte de la novela, cuando la autora le otorga un toque místico a la trama, totalmente innecesario para mí, permitiendo que Drea vuelva a la vida y otorgándole un inesperado don.
Si la novela no me estaba atrayendo especialmente, con la escena de Drea en una especie de “cielo alternativo” perdí todo mi interés. Creo que al argumento se le podía haber sacado una buena trama de intriga, y sin embargo a mí me ha aburrido soberanamente y no ha captado mi expectación en ningún momento, así como tampoco ha conseguido que me creyera a ninguno de los protagonistas, pues tras el accidente de Drea, ambos se redimen: Drea deja de vender su cuerpo a cambio de seguridad y bienestar y Simon, curiosamente, toma la decisión de no volver a matar.
Me da la sensación de que Simon forma parte de la historia pero en un segundo plano. Caracterizado por ser un hombre arrogante, bastante seguro de sí mismo y muy bueno en todo lo que hace (me estoy refiriendo en que es de los mejores en su oficio, además de un magnífico amante), no permite descubrir muchas cosas acerca de él o de sus sentimientos. Particularmente, a mí este hombre me ha dejado bastante fría.
¿No he hablado de romance, verdad? Porque no lo hay. Los protagonistas se limitan a estar juntos exclusivamente al principio y al final de la novela. Tras su primer encuentro de cuatro horas, Drea se enamora perdidamente del asesino (sí, cuatro horas muy requetebién aprovechadas porque la chica no consigue olvidar a Simon en toda la novela), mientras que el asesino, a pesar de dudar en si matar a Drea para conseguir los dos millones de dólares que le ofrece el mafioso, tras el accidente de la joven tiene una revelación y se da cuenta de que ella es el amor de su vida. ¡Venga ya!
Me da pena haber descubierto a Linda Howard con este libro porque no creo que reúna en ninguno de los casos las características típicas de sus mejores obras. No puedo decir que sea una mala autora porque la narrativa me parece impecable, pero desde luego a mí el libro no me ha transmitido absolutamente nada.
Mi valoración: 2'5/5 como novela de suspense, 1/5 como novela romántica (siendo generosa).
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