Gideon lo sabía. Tenía sus propios demonios. Y nos
convertimos en los espejos que reflejaban las heridas más íntimas de cada
uno... y también nuestros deseos. Los lazos de su amor me transformaron,
incluso cuando rezaba para que la tormenta de nuestros pasados no nos
separara...
Al ser una novela narrada en primera persona, son los
pensamientos y el sentir de su protagonista femenina los que van transmitiendo
los latidos que dan vida a una relación, marcada por la fuerza de una intensa
atracción sexual.
Eva y Gideon conocen bien el lenguaje de la piel y la ley
del deseo, sin embargo, la forma que tienen de enfocar sus contactos íntimos es
bien diferente. Mientras que Gideon es proclive a las relaciones frías y
asépticas, en las que no hay cabida a los sentimientos, Eva precisa sentir
algún tipo de emoción para estar dispuesta a entregarse.
La tensión y provocación de sus primeros encuentros darán
paso a un juego de seducción donde los protagonistas irán en busca de su placer
personal. La lucha de voluntades está servida, los diálogos rápidos, ingeniosos
y provocadores, también. La rendición no se hace esperar y viene marcada por la
lujuria. Sin embargo, tras esta candente trama sexual la autora consigue, a
través de las complejas personalidades que va desvelando, atraer nuestro
interés hacia otras cuestiones.
El marco de lujo, éxito y belleza que rodea a los personajes
irá mostrándonos poco a poco las miserias que esconde. La personalidad
carismática, atractiva, y un tanto superficial de sus protagonistas, al
comienzo de la novela, evolucionará hasta descubrirnos una parte de los
dramáticos secretos de su pasado, que aun tienen la capacidad de afectar a su
presente. Su naturaleza hedonista, que creó la atmósfera apropiada para
impulsar nuestra libido, dejará paso a otro tipo de sentimientos y emociones. Y
los secundarios comenzaran a desvelar su naturaleza oculta y las diversas
motivaciones que rigen su vida. Sí, poco a poco nos deslizamos de una novela
sencilla, fogosa y entretenida, a una obra que mantiene su alta temperatura
erótica y su chispa, pero con un trasfondo más complejo y profundo.
No te escondo nada es más que la narración de los briosos
encuentros sexuales entre dos personas de impresionante atractivo. Tras una
falsa fachada de seguridad y poder, conseguiremos encontrar la humanidad que
esconden un hombre y una mujer que sufren los mismos miedos y emociones que el
resto de los mortales. Marcados por el pasado, su amor nacerá del deseo, pero
crecerá gracias a la necesidad de afecto y ternura que todos llevamos dentro.
Es una novela de ritmo ágil y lenguaje franco. El abanico de
secundarios es de lo más variado e interesante y nos permite viajar de la
intriga a la sonrisa o de la atracción a la repulsa, constituyendo además una
estupenda tarjeta de presentación para las siguientes entregas de esta serie.
Pertenece a una nueva corriente de obras donde se habla de sexo sin tapujos y
su lectura resulta de lo más adictiva, sugerente, y jovial. Es atracción
instintiva, lujuria, celos, secretos y mentiras, en un marco elitista y con
unos protagonistas cuyo atractivo físico nos roba el aliento.
La novela cuenta con el final feliz que siempre esperan las
lectoras, lo cual es de agradecer, pero también mantiene el misterio sobre
determinadas cuestiones y personajes, dejando la puerta abierta a otras novelas
cuya trama se adivina de infarto.
No te escondo nada es una novela que divierte, entretiene,
provoca, excita, intriga y conmueve. No es apta para todos los gustos, pero
superó con mucho mis expectativas, y a día de hoy, espero con ansiedad tener la
oportunidad de volver a ese mundo de desbordante sensualidad y secretos que
guarda la serie Crossfire.
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