Mischa Kennon es una luchadora nata y pocas cosas la harán
sucumbir, esto es hasta que conoce al muy sexy Connor Galloway, un irlandés de
ojos verdes con un aire autoritario que es irresistible. Mientras que ejerce
sus labores como dama de honor de su mejor amiga, Mischa se mete en una
relación poco seria con Connor. Y se verá sorprendida por el dominio que él
ejerce sobre ella y que le hace desear más y más batallas desenfrenadas antes
de la rendición total.
Todo es un juego en el Club de BDSM La cúpula del placer, hasta que Mischa empieza a darse cuenta de que Connor también podría acabar por dominar su corazón. Si cede a su deseo, ¿será imposible de dominar o le abrirá los ojos a un tipo de amor que jamás pensó posible?
Todo es un juego en el Club de BDSM La cúpula del placer, hasta que Mischa empieza a darse cuenta de que Connor también podría acabar por dominar su corazón. Si cede a su deseo, ¿será imposible de dominar o le abrirá los ojos a un tipo de amor que jamás pensó posible?
Opinión:
El límite de la tentación es el tercer libro de una serie donde los protagonistas masculinos gustan de ejercer el rol de dominantes en sus relaciones sexuales. Aclarado este punto conviene también decir que esta novela puede leerse, perfectamente, de forma independiente; lo que no quita que conocer de antemano la historia de algunos de los secundarios - protagonistas de las entregas anteriores- sea siempre un punto a favor.
El límite de la tentación es el tercer libro de una serie donde los protagonistas masculinos gustan de ejercer el rol de dominantes en sus relaciones sexuales. Aclarado este punto conviene también decir que esta novela puede leerse, perfectamente, de forma independiente; lo que no quita que conocer de antemano la historia de algunos de los secundarios - protagonistas de las entregas anteriores- sea siempre un punto a favor.
La autora nos presenta a Mischa Kennon como una protagonista
fuerte, inteligente, creativa y bella. Mischa es una mujer con un duro pasado
que le llevará a intentar no repetir los errores de su progenitora y jamás
depender de un hombre. El sexo para ella supone una práctica natural y saludable,
sin embargo, la idea de llegar a un compromiso con alguien es algo que le
aterra.
Connor también peca del mismo mal. Un padre abusivo y un matrimonio anterior, sin amor, le llevan a rechazar cualquier tipo de relación seria.
Connor también peca del mismo mal. Un padre abusivo y un matrimonio anterior, sin amor, le llevan a rechazar cualquier tipo de relación seria.
Para ambos dar rienda a la pasión de forma instantánea es
relativamente sencillo, ninguno desea ir más allá del placer que les procura la
piel y los dos saben que su historia tiene fecha de caducidad, al fin y al
cabo, Mischa vive en San Francisco. Sí, en principio, parece que no hay nada
que les impida disfrutar de sus cuerpos, ni siquiera la inclinación de Connor
hacia la dominación (Mischa es consciente desde el primer momento y, a pesar de
no sentirse como una sumisa al uso, no rechaza este tipo de prácticas). Sin
embargo, los problemas comenzaran desde la primera noche cuando no puedan
evitar que las emociones entren a formar parte de la ecuación. Pasaran de
ocultarse a ellos mismos esa verdad, a engañarse con la idea de que sabrán
controlar sus sentimientos. Son incapaces de negar la intensa atracción que les
une y rendir sus cuerpos a ella, pero no por ello están dispuestos a entregarse
a un sentimiento que les aterra: el amor...
Estamos ante una novela erótica lo que trae parejo una buena
cantidad de escenas sexuales, ampliamente detalladas, con un lenguaje directo y
explícito. Dado el gusto particular del protagonista, la dominación es un
componente importante en el tipo de relaciones que se nos narran. En ese
sentido es una novela intensa y a veces cruda, no apta para todos los públicos.
Sin embargo, dejando a un lado la parte animal, he de reconocer que las
tribulaciones de esta pareja tienen un buen planteamiento y se corresponden con
la presentación del carácter que de ellos hace su autora al comienzo.
Escoger una novela erótica supone inclinarse por el lenguaje
de la piel, y aquí lo encontramos en abundancia, pero no por ello hay que
renunciar a la construcción de unos personajes y una trama que sustente las
ardorosas manifestaciones que esperamos encontrar. Sin duda, el retrato de
Mischa resulta más completo que el de Connor, pero en cualquier caso la autora
ha sabido crear la tensión suficiente para hacer la lectura de esta novela
entretenida más allá de sus encuentros sexuales.
Es una novela cargada de sentimientos, aunque prime por
encima de todo la fogosidad e intensidad de sus escenas hot. Nos encontramos
ante dos protagonistas fuertes, independientes y decididos. Atractivos y
seductores en igual medida, compartiendo las mismas dudas y sintiendo el mismo
vértigo ante las relaciones serias. No me corresponde descubrir la forma en la
que la autora les ha permitido encontrar el camino hacia su unión, pero os
podréis imaginar que sus abundantes y gratificantes relaciones sexuales tendrán
mucho que ver.
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