Legado en los huesos, Dolores Redondo

El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer.

De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Esa sola palabra que remite al personaje fabuloso del imaginario popular vasco destapará una trama terrorífica que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final.

Opinión:

No he podido resistirme después de haber leído la primera parte de la trilogía. Yo recomiendo leer la primera entrega e ir por orden porque es el mejor modo de enterarse mejor de todo y no perder detalle.

En esta segunda parte, como es lógico, ya nos hemos enterado de quién era el asesino. Sin embargo, no todo va a pasar por que le juzguen y le condenen porque no les da tiempo: Jason se quita la vida, no sin antes escribir un extraño mensaje para Amaila, la policía que investigó el caso.

Tarttalo.

Sí, eso es lo único que pone la nota dirigida a la inspectora Amaia Salazar. Una simple palabra y nada más. Tarttalo es un personaje sacado de la imaginación y conocido en el País Vasco.

A partir de aquí se suceden una serie de acontecimientos e intrigantes pistas que sumergen al lector en una vorágine imparable que pone el vello de punta. Y es que el mensaje de Jason es el mismo que dejaron otros cuantos hombres que, tras asesinar a sus esposas, acabaron también con su vida. ¿Por qué todos dejan esa palabra escrita? ¿Qué tiene que ver ese ser imaginario con los brutales asesinatos?

Amaia sigue pareciéndome un personaje excelente, una mujer con una fuerza increíble que compagina su vida particular con su vida profesional, consiguiendo que ambas vayan en el camino correcto.

Resaltaría el entramado de la novela con la mitología vasca de la que, he de reconocer, no tenía muchas referencias. A partir de ahora pienso interesarme por ella, me parece fascinante.

Resaltaría, también, lo bien argumentada que está la vida familiar de la inspectora, sus dudas acerca de si va a poder ser una buena madre debido a su trabajo. Por mucho que la absorba un asesinato a esclarecer, también los suyos necesitan de su atención. Y es que no debe ser fácil combinar la profesionalidad con la casa. Y si a eso le sumas que, sin quererlo, se siente demasiado identificada por otro hombre que no es James... Menos mal que tiene el apoyo de James para todo.

Ya sabéis: secretos, mitología, extraños mensajes, mujeres brutalmente asesinadas, suicidas... Una novela llena de acción desde la primera página, que no te permite aparcarla. Estás deseando tener un segundo libre para continuar leyendo, es de esos libros que quieres acabar por conocer el final y, al mismo tiempo, te enfada saber que lo estás acabando. Yo no hubiera puesto ascos a 200 páginas más, lo prometo. ¿Podéis creer que me lo he acabado en tres días? Es que tengo que empezar con el tercero y último y estoy deseando hacerlo.

Sin querer ser pesada: tenéis que leer esta trilogía.