Las últimas novelas de esta autora las empezaba con cierta duda. La serie de los Chicago Stars me encantó, pero luego vinieron otras novelas que hicieron que esta autora cayera varios puestos en mi lista de autoras favoritas. Y luego publicaron dos novelas antiguas (que no se habían publicado en español) y que me gustaron muchísimo.
Al pertenecer a la serie que me gustó tanto no he dudado en coger esta nueva entrega. Se puede leer por separado, como todas las novelas de esta serie. No es la peor novela de la autora, pero no se acerca, ni de lejos, a las demás novelas de esta serie.
Tengo sentimientos encontrados con esta novela. La protagonista me ha gustado; es fuerte, decidida, ha tenido una infancia difícil, se muestra fiel a las normas y es leal. Piper acaba de hacerse cargo de la empresa de investigación privada de su padre. Cooper es el quaterback retirado de los Chicago Stars. Sus caminos se cruzan y Cooper no duda en contratarla para que investigue a los empleados de la discoteca que ha abierto hace poco. Cooper, en general, también me ha gustado como protagonista. Aunque en esta novela hay momentos que el personaje se salía completamente de su papel y parecía alguien totalmente distinto. Alguien odioso para mi punto de vista. Por primera vez en un libro de SEP he leído frases que no me han gustado nada de nada. Algunos comentarios del protagonista eran, para mí, denigrantes y machistas. Pero como he dicho, es que esos comentarios no casaban con la actitud y con cómo nos presentaba al personaje.
En esta novela la autora ha utilizado situaciones reales, difíciles, tristes y de actualidad, como de pasada, sin profundizar y eso me ha mosqueado bastante, ya que en otras novelas anteriores ha tratado temas difíciles de forma elegante pero intentando generar cierto debate o hacer pensar al lector. Aquí se han quedado en nada. Normalmente me suelen gustar las tramas secundarias que introduce esta autora, sin embargo, la trama del príncipe de un reino de oriente medio y una joven pakistaní, sobraba. No entiendo para qué la ha metido. Cooper y Piper se convierten en los salvadores por arte de magia de una joven pakistaní. Si es que no tenía ni pies ni cabeza. Y lo del anillo de la super bowl ya es para morirse. Sin nombrar cierta escena que ha debido meter porque estará de moda pero que no puedo dejar de decir. ¡Dar unos azotes no sube la libido! Es denigrante y una vergüenza que una autora de novela romántica lo escriba en su libro. No quiero decir que todo tenga que ser de color de rosa. Puede haber escenas dolorosas y difíciles, pero bien encajadas en la historia. Algo que aquí no ha pasado.
Sobre los personajes secundarios, se les podía haber sacado mucho más juego, desde las amigas de Piper, hasta los trabajadores de la discoteca (si algunos desaparecen con una simple frase). Ha sido un poco raro la verdad. Lo mejor han sido los momentos de Heath y Anabelle.
En cuanto al final…es que para mí es incomprensible cómo Coop llega a esa conclusión de tratar a Piper de cierta manera que no voy a contar para hacer un spoiler. Y el epílogo ya es apoteósico. Teniendo en cuenta alguno de los comentarios de la protagonista a lo largo de la novela, aquí sobraba y mucho ese final.
Resumiendo, ¿recomiendo esta entrega de los Chicago Stars? Pues no. Es fácilmente olvidable, es más, yo prefiero olvidarla como parte de esa serie. Otra novela más que me hunde un poco más a esta autora. Qué pena.
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