Para siempre, de Judith McNaught

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Tras la repentina muerte de sus padres, Victoria debe viajar a Inglaterra con su hermana Dorothy, pero al llegar saben que tendrán que separarse. La tatarabuela de las jóvenes, la duquesa de Claremont solo está dispuesta a hacerse cargo de la menor de las hermanas. Vitoria, por su parte, irá a vivir con un primo de su madre, Charles Fielding, duque de Atherton. Tras un final de viaje algo accidentado, Victoria se encontrará algo desaliñada y con un cerdito en los brazos cuando Jason Fielding, marqués de Wakefield la vea por primera vez. Aunque Charles es el duque de Atherton necesita del dinero de Jason para poder mantener el patrimonio del ducado. Jason, hijo ilegítimo de Charles, aceptó el título por su hijo Jamie, pero éste murió años atrás a causa de la avaricia de su madre. Desde ese momento Jason se convirtió en un hombre frío, inexpresivo, cínico, que desprecia a las mujeres y que solo las utiliza para su placer. Pero con la llegada de Victoria su actitud irá cambiando. 

Victoria es una joven activa, llena de vida, dulce y voluntariosa. Desde hacía algunos años ayudaba a su padre médico con algunos pacientes. Acostumbrada siempre a estar haciendo algo, le costará mucho acostumbrarse a su nueva vida en Inglaterra, donde no se la necesita en ninguna parte; ni en las cocinas, ni en el jardín, ni dentro de la casa. Para Jason será un dolor de cabeza constante. Los primeros encuentros verbales entre Victoria y Jason están cargados de tensión. Las miradas que se echan harían temblar a más de uno. Además, Victoria piensa constantemente en Andrew, su casi prometido de América que irá a buscarla en cuanto se entere de dónde reside ahora. Una mención aparte se merece Lobo, ese perro en el que Victoria vuelca todo el amor que siente y que no puede expresarle a nadie más de la casa. 

Jason es un protagonista complejo, ha sufrido mucho y está hastiado de la vida, hasta que Victoria le devuelve la ilusión y las ganas de vivir. Tras la muerte de su hijo, Jason se había refugiado en el trabajo, odiaba a las mujeres, o eso creía él y era una persona fría que no se preocupaba por nadie. Pero con Victoria volverá a disfrutar de la vida, verá la ilusión de lo nuevo a través de los ojos de la joven y un pequeño regalo se convertirá en un símbolo de lo que Jason era antes de conocerla y en lo que se podría convertir si se permitiera amarla. 

Cómo me ha gustado esta novela. El pasado de Jason es uno de los más duros que he leído y gracias a eso tenemos un protagonista muy complejo, lleno de matices y de inseguridades. Victoria es el contrapunto perfecto; querida por su familia, con un novio esperándola y deseosa de ayudar a los demás. Ella verá la vulnerabilidad de Jason y tal y como trata a Lobo irá acercándose poco a poco, hasta que llegue a su corazón. Además tenemos a la duquesa de Claremont, una mujer de armas tomar pero que ha llevado durante casi veinte años un peso muy doloroso sobre sus hombros. Charles no dudará en darles un empujoncito para que ambos se casen y empiecen a conocerse de verdad. Los sirvientes de Jason son un grupo que da humor a la novela, con sus rencillas, sus secretos y sus comentarios. Judith McNaught es una de mis autoras favoritas y gracias a este libro me reafirmo en esa opinión.