Libro 4º de la Saga de "Los MacGregor"
"Cuando la artista Genviève Grandeu llegó a Maine buscando la paz interior, sus planes no incluían enamorarse. Pero cuando conoció al solitario Grant Campbell olvidó todos los planes que había hecho"
Después de un terrible accidente, Gennie emprende una huida hacia delante. Abandona Nueva Orleans y se dirige a lo desconocido. Durante meses no encuentra lo que busca. Pasa un día aquí, dos allá... y continúa viajando. Cuando llega a Windy Point (Maine), se enamora al instante de la luz que parece emanar del pueblo y decide quedarse una temporada. No ve el momento de ponerse a pintar.
Grant Campbell, gruñón y solitario, ha hecho del faro su hogar. Al igual que Gennie, es un artista. Dibuja tiras cómicas para un periódico nacional. Ama su independencia y no está dispuesto a que nadie le perturbe, ni siquiera, una sirena de ojos verdes.
Cuando estalla la tormenta y a Gennie se le estropea el coche, camina sin rumbo fijo hasta que divisa una luz. A medida que se acerca, alcanza a ver un faro. Golpea la puerta y acaba en los brazos de Grant. El recibimiento es antipático y hostil. Gennie, no tarda en hacerle frente. La tempestad ruge fuera y dentro del faro. Grant sorprendido, baja la guardia. No puede evitar sentir cierta admiración por Gennie.
El faro atrae a Gennie como un imán. Una y otra vez acude al acantilado para pintar. La relación con Grant no es fácil, pero poco a poco empiezan a sentir un respeto mutuo que les llevará por otros derroteros...
Me hubiera encantado que este libro no formara parte de una serie. A veces, no entiendo bien la obsesión de Nora Roberts por escribir sobre una familia, partir de un tronco principal, seguir con las ramas y acabar con el pájaro que pasaba por allí. Quiero decir, que si la familia MacGregor consta de un matrimonio con 3 hijos, creo que 4 libros serían más que suficientes para desgranar la historia del clan. No es necesario alargar la serie, como es el caso, con el cuñado de un MacGregor que no deja de ser un Campbell.
La relación entre Grant y Gennie es pura dinamita. Desbordan sensualidad y pasión. Me encantan sus tiras y aflojas con las correspondientes batallas dialécticas. Se comportan como dos niños: El empeño de Gennie por pintar cerca del faro, mientras que Grant quiere perderla de vista. Es un continuo, el faro es mío... A veces me ha cansado un poco, que Grant sea tan cascarrabias.
De los cuatro libros que he leído de la Saga de Los MacGregor, Una luz en su vida, es mi favorito. No sólo la historia de amor entre Gennie y Grant es preciosa, sino que va acompañada por una estupenda ambientación marina. Mientras leía, he escuchado el sonido que hacen las olas al chocar contra las rocas, he visto a los langosteros salir a faenar o a las gaviotas surcar el cielo... Adoro las descripciones que ha hecho Nora Roberts de los acantilados de Maine y cito:
Gennie veía a su alrededor algo más que una tierra dura y rocosa. Veía integridad. La sentía en aquella tierra que pugnaba día a día con el mar. Sabía que era una batalla perdida, milímetro a milímetro, día tras día, siglo tras siglo, pero la tierra no renunciaba a la lucha"
No puedo olvidarme del viejo faro. Orgulloso y altivo, imperturbable al borde del precipicio, resistiendo vientos y tempestades... En definitiva siendo una luz en la oscuridad.
Los personajes secundarios, aunque sea de pasada, no pueden ser otros que los MacGregor. Con cada libro los voy cogiendo más cariño.
Si te atrae el mar, no puedes dejar de leer este libro.
Mi puntuación es 4,5/5
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