PUEDE CONTENER SPOILERS
"Un accidente de infancia convirtió a Emmaline en una persona propensa a sufrir alarmantes desvanecimientos; aunque apenas duraban unos minutos, para ella parecían prolongarse durante una eternidad. Aquellos episodios eran incómodos, pero manejables… hasta que conoció a Johnny Dellasandro.
Aquel pintor huraño y solitario había ganado notoriedad en los años setenta por su estilo de vida desenfrenado y sus películas pornográficas de arte y ensayo. Su cuerpo desnudo había llegado a convertirse en un objeto de culto, especialmente para Emma que llegó a obsesionarse con aquel hombre al que la edad había hecho más sexy. Pero Johnny huía de los focos, y de Emma en particular… Hasta que Emma sufrió un desvanecimiento en la puerta de su casa.
En aquel momento, fue transportada treinta años atrás y se encontró de pronto en casa de Johnny cuando este estaba en pleno esplendor. La noche fue un torbellino de calor y sexo que continuó impregnando su piel mucho tiempo después de que regresara al presente…"
En esta ocasión sobra el resumen del libro porque la sinopsis es estupenda. Por tanto, empiezo directamente con la crítica y permitiéndome una frivolidad, confieso que ¡no puedo con el nombre del prota! ¡Johnny! John o Jon, hubiera estado bien pero llamar Johnny a una bomba sexual, un maromo que atrae por igual a hombres y mujeres y que debido a su trabajo -como actor en películas subiditas de tono- no hace ascos al sexo de sus compañeros de cama, no puede llamarse Johnny, así que, de aquí en adelante pasará a llamarse John (honrando, dicho sea de paso, al fantástico protagonista de A un beso del pasado). Y quiero aclarar que como en la novela convergen constantemente el presente y el pasado, yo prefiero imaginar a John con 30 años menos y siendo actor, que el John de hoy en día, pasadito de años y de profesión pintor. No sé, me ha cortado un poco el rollo pensar que el John del presente, tenga 2 años menos que el padre de Emm (aunque reconozco que si la historia la llega a escribir Diana Palmer, trago seguro jajaja).
Emm, por su parte, no sufre ningún cambio. Su cuerpo y su mente permanecen inalterables tanto en el presente como en el pasado. La historia que vive con John, cada vez que sufre una de sus fugas, la tiene desconcertada. Sus encuentros sexuales son tan vívidos, que luego la cuesta no ponerse a sudar cada vez que se cruza con él -en el presente- tomando un café. El John actual es antipático y distante pero sigue siendo muy guapo, algo que ayuda cuando llegan las escenas hot, que por cierto, son del estilo de Megan Hart. No son lo que se dicen finas -deja poco a la imaginación- pero tampoco soeces.
El enfoque que le ha dado la autora a la narración, me ha gustado. Consigue intrigarte entre tanta ida y venida a simple vista sin sentido pero que luego hace que comprendas unas cuantas cosas. Además ha sabido dar la vuelta de tuerca en el momento justo y ha conseguido que no haya cogido manía a John por todas sus borderías.
Y a pesar de que algunas partes de Viaje al pasado, las he encontrado repetitivas, como lo del "marcado acento neoyorquino" o tanta fuga con olor a naranjas de por medio, sin lugar a dudas es una novela que recomiendo.
Por último y como curiosidad, si os gusta la música, echad un vistazo a la nota de la autora que hay al final del harlequin.
Lilian
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.