La vida de Emma McAvoy nunca ha sido fácil. Conoce a su padre, Bryan, cuando tiene 3 años, él es una estrella del rock británica, y la salva a Emma de una existencia de abusos. Está casado y su mujer espera bebé. Cuando su hermano Darren nace, Emma piensa que su vida se ha vuelto maravillosa, pero alguien mata a Darren, y la familia queda destruida. Emma va a un internado y cuando crece, viaja a New York, estudia fotografía y acaba con un marido feroz y despreciable. Escapando de él, encuentra a Micheal Kesselring, policía, y ambos se enamoran. Parece que todo va bien, pero alguien está interesado en que la muchacha recuerde y es capaz de todo para proteger un secreto que la arrastra hacia la demencia.
Estamos ante otra novela de misterio romántico de Nora Robers. Por lo tanto, ante otra novela que nos va a entusiasmar por la complejidad de los personajes y de las situaciones.
Emma es hija de una estrella de rock que conoce a su padre cuando él está casado con otra mujer y espera un hijo. La vida se arregla para ella: tiene una familia, un hogar digno y un hermano al que adora. Sin embargo, un intento de secuestro acaba con la muerte de Darren, su hermanastro. Emma es el único testigo, pero apenas recuerda nada de esa dantesca noche y la policía no es capaz de resolver el asunto. Por miedo a que a ella también le suceda algo, el padre mete a Emma en una escuela privada con vigilancia continua. Pero el peligro está siempre al acecho y ella crece. Las pesadillas y un cierto sentimiento de culpa la persiguen a cada momento. No recuerda nada de la noche del asesinato, pero quiere recordar, sabe que necesita recordar para aclarar el misterio.
En esta historia, recorremos el mismo camino que Emma, desde que es pequeña hasta que crece y se hace una mujer adulta, con sus miedos y sus ilusiones. La autora nos describe una infancia atroz junto a una madre alcoholizada de la que se libra cuando aparece su padre, un hombre estupendo al que ella llega a adorar.
Marianne, la mejor amiga de Emma, es el punto de apoyo, el hombro sobre el que ella se deja caer, la persona que la ayuda en sus miedos y la que acompaña a la protagonista cuando decide estudiar fotografía. También es su paño de lágrimas tras un matrimonio desastroso del que escapa.
Michael es policía, el hijo del que investigó el caso de la muerte del hermanastro de Emma. Un hombre fuerte, activo y con sentido de la percepción que se enamora de ella y hace todo lo posible por protegerla.
Es una novela de amores y desamores, de traiciones y peligros, enmarcado en un mundo de alcoholismo, de drogas e incluso de mal trato. Con unos secundarios interesantes, tenaces y que se hacen querer. Yo destacaría entre ellos al padre de Emma, porque Nora nos lo relata como un hombre íntegro, famoso pero nada ególatra, que lucha por su familia a pesar de sus propios miedos, un ser al que la vida, a pesar de haber triunfado, le ha pasado factura, pero que se levanta y pelea.
Puede que alguna piense que esta novela no romántica pura, pero es que Nora Roberts nunca se centro solamente en la pasión, sino que rodea sus historias de un marco más amplio, de la vida de sus personajes, agrandando las miras del lector. Por eso es siempre un lujo leerla.
Yo valoro esta novela como muy buena.
Cristina
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