Cardiaca. Desgarradora.
Son las dos primeras palabras que me vienen a la mente al terminar de leer "Y donde tú seas, yo seré", de Mía Martin.
La pluma de la autora nos sumerge en el oscuro y sobrecogedor submundo de la mafia italiana y sus largos brazos extendidos hacia España, Holanda y Sudamérica. Con una buena ambientación y documentación, el corazón se va encogiendo ante cada paso y cada desenlace que acompaña a la investigación de Roberto, el protagonista de la historia. Un hombre curtido cuya alma, poco a poco, va tocando fondo en medio de la basura y la maldad con la que le toca lidiar en su trabajo como teniente del ROS.
Michela es su contrapunto, su ángel de luz. Su historia de amor, cargada de erotismo y sensualidad, parece querer contrarrestar el aspecto sórdido de la vida de Roberto.
En esta segunda parte de la trilogía, vuelven a aparecer Durato y Licinia, quienes, curiosamente, parecen haber templado su amor, antes febril y apasionado (incluso violento), con la dulzura. Ver el contraste entre las dos parejas me ha llevado a preguntarme si en realidad Roberto y Michela se aman por sí mismos o, por el contrario, se ven abocados a amarse a causa de su destino, del samsarí.
El estilo es ágil y bien equilibrado, si bien en algunas ocasiones incorpora algunas digresiones sobre ciertos temas que, aunque resultan un dato curioso, son realmente prescindibles. La autora maneja muy bien la tensión de la trama que va "in crescendo" en la novela hasta culminar en un final cardiaco, aunque inconcluso, que te obliga a leer la tercera y última parte de la trilogía.
Sin duda, esta es una historia muy recomendable!!
Marta Luján
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.