Durante 34 páginas nos encontramos con una ambientación estupenda, con las costumbres de un pueblo donde casi nunca ocurre nada salvo la feria donde los vecinos se reúnen. Julia Simmons ha perdido a su padre y vive con su madre llevando una vida tranquila y dando clases a los niños del pueblo. Sin embargo, está enamorada de la mansión deshabitada conocida como Dryfield Hall. Sueña en cómo será por dentro, quién la habitó hace años y qué sentiría si pudiera ver sus salones.
Que el sueño se haga realidad con la repentina llegada de los nuevos inquilinos no le dará más tranquilidad, todo lo contrario. Porque va a poder conocer la mansión por dentro, pero también a una mujer despreciable, avara y cruel, que hará de sus días un suplicio. No por eso se acobarda, al contrario, se enfrentará a ella por el bien de una niña… y la atracción que siente por sir Marcus, el nuevo dueño de la mansión.
Se trata de un romance lento que va creciendo poco a poco envuelto en la intriga de qué sucedió antes de llegar Marcus y su cuñada al pueblo. Nadie sabe a ciencia cierta cómo murió el hermano del protagonista ni qué relación es la que lo une a su cuñada. Tendréis que averiguarlo leyendo la novela.
Es posible que me haya faltado algo de romance entre los protagonistas, pero es que Claudia Cardoso nos cuenta esta historia al más puro estilo Austen, y qué duda cabe de que su cuidada narrativa compensa todo.
Nieves
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