Como lectora incondicional de la novela romántica histórica debo decir que esta serie ha sido una de mis experiencias de lectura más intensas y memorables. He disfrutado cada palabra, cada frase, cada página, cada historia.
Este final de saga pertenece a Alexandra Tanner, una joven británica hija del desierto, revoltosa, intrépida, temeraria, orgullosa, independiente y cultivada, con grandes conocimientos de arqueología pese a su juventud. Cada vez que se encuentra con el doctor Bridge hace gala de cierto engreimiento impostado, fruto del despecho por creerse rechazada. Desde niña, no ha tenido ojos ni corazón más que para Daniel, y ni siquiera el desierto ha podido desvanecer ese sentimiento.
Daniel Brigde es un médico valiente, tenaz, fiel, generoso y de una valía extraordinaria, lo que le ha granjeado grandes amigos y benefactores. Es un hombre enamorado desde siempre de esta polvorilla de la que no se cree merecedor debido a sus orígenes humildes. Aunque Alex tampoco es noble de cuna, es sobrina de un conde y eso lo frena a la hora de confesarle lo que siente. Médico de la familia en Creston House, también presta socorro en su dispensario gratuito en Whitechapel.
Por diferentes motivos, Daniel y Alex intentan distanciarse, pero es imposible luchar contra el destino y no dejarse llevar por la atracción y la fuerza arrolladora del amor.
El robo de una estatua egipcia del British Museum será el punto de partida de una trama muy bien urdida por traficantes de arte a los que deberán desenmascarar juntos. Con más temeridad que buen juicio trazan un plan para atrapar al ladrón, pero no todo sale como previsto y no les será fácil salir con vida de ese atolladero.
Alex y Daniel son mi segunda pareja preferida. Los dos tienen un intelecto remarcable y férreos valores, pero sentimentalmente se hacen un lío, se malentienden, lo tergiversan todo, pero se celan si otras personas se acercan demasiado. Los dos son como «perros del hortelano».
La pedida de mano empieza siendo un dictamen unilateral por parte del doctor, una decisión graciosa y sorprendente por inesperada y audaz dado su carácter tímido, aunque osado e insolente cuando quiere robarle besos y buscarle las cosquillas a su futura esposa.
A los personajes que pasan por las lecturas de mi vida no necesito ponerles cara, pero cuando Nieves escribe puedo imaginar expresiones, gestos y ademanes con extraordinaria viveza.
Lady Nieves es pura emoción, es sumergirse en lo profundo del corazón, es revivir la ilusión y el descubrimiento del amor, es entregar la vida en un beso, es luchar con tenacidad por la vida de un amigo, es asistir y socorrer sin pedir nada a cambio, es amor filial y fraterno.
Los personajes de esta serie despiertan ese sentido que tenemos un poco amortecido y que nos muestra lo que realmente vale la pena en la vida. Pese a todo y a todos, deberíamos medirnos en amor, respeto, empatía, confianza, humildad y tolerancia.
Los quiero mucho y me apena tener que despedirme de ellos, pero así es la vida, todo pasa, pero todo queda. Me voy a pasar una temporada con los Gresham. Espero que me dejen compartir sus vidas un poquito porque prometen muchas emociones.
Silvia Soliño
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