Tan profundo como el mar, de Christine Cross

Una pequeña introducción para recordar quién es Charlotte, unas cuantas páginas para poneros en situación de lo que ha sido la vida de esta muchacha, otras pocas para rememorar la amistad entre Max y Archie… ¡¡y empieza el espectáculo!!

Esta autora no solo nos regala una aventura maravillosa, sino que nos da una lección de Historia.

Teje los hilos de la trama como si estuviera horneando una tarta deliciosa: primero una capa de galleta en la que nos presenta a los personajes, todos ellos increíbles. Tanto, que acabas amando a cada uno de ellos, desde los temibles piratas que trasteaban por Caribe como a los aristócratas, que de estiradas no tienen nada.

Luego, una capa de crema de limón, en medio de la cual desarrolla una aventura que te atrapa por completo, con Charlotte y el serio almirante que quiere encontrarla por el cariño que tiene a su gran amigo Max.

Una segunda capa de frutas rojas, dulces como los momentos que comparten los protagonistas mientras escapan de las garras del deleznable Dawson, ácidas como los enfrentamientos entre ellos, que te ponen una sonrisa en la boca.

La tercera capa es una dulcísima nata en la que vemos como crece un amor profundo entre ellos, tan profundo como el mismo mar en el que Archie ha perseguido a los piratas y Charlotte se ha hecho mujer. Las escenas románticas son para deleitarse.

Y por fin, el chocolate y la exquisita guinda rodeada de delicioso almíbar.

Ha sido una gozada volver a tener entre mis manos a Max y Prudence, al capitán Robers, a toda la tripulación del Royal Fortune, a Cook y al grumete, y reírme con las salidas de lady Cunninghan, el Viejo dragón. He disfrutado de los viajes en barco, de los enfrentamientos en alta mar, de las peleas en las tabernas de los puertos y, por qué no decirlo, de cada mirada y cada roce entre Charlie y Archie. No digamos ya de la nota de autora que, como digo siempre, es una lección de pura Historia que no os debéis perder.

Lo único malo que tienen las novelas de Christine Cross es que engordas dos quilos leyéndolas, porque no te conformar con un trocito de tarta, te la zampas entera. ¡Pero qué bien sienta el atracón!

Nieves 

Romántica

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