Cuando Wren Tigarian fue tomado bajo la protección de El Santuario, el club de la familia de osos Peltier, era un joven were que apenas alcanzaba la madurez en su especie. Al quedar huérfano se convirtió en el último miembro de su clan, pero pese a ello es considerado un were “defectuoso”, ya que es un cruce entre un tigre y un leopardo blanco. Algo poco habitual.
Desde la noche en que sus padres murieron y su casa fue destruida bajo el fuego, fue conducido por Bill Laurens -su abogado y el marido de Selena-a El Santuario que se convirtió, como el de tantos otros were hunters, en su refugio.
Wren es un were retraído, callado, ausente. Sencillamente es antisocial. No se relaciona con nadie y apenas pronuncia palabra. El único compañero que se le conoce es Marvin, el mono que habita bajo el techo del Santuario, con el que parece tener un vínculo especial.
Es repudiado por la misma familia Peltier quien, a pesar de convivir con él durante años, no siente el menor apego ni cariño hacia él. Tan sólo Aimee, la hija de Nicolette y Aubert -más conocidos como mamá y papá- le muestra respeto y una amistad sincera.
Marguerite Goudeau -Maggie para sus pocos y selectos amigos- es la hija de un eminente senador de los Estados Unidos. Tras el suicidio de su madre, incapaz de adaptarse a la agobiante y austera vida como esposa de un político, se convirtió en una joven solitaria y silenciosa. No se relaciona demasiado con su padre, un hombre estricto y de normas muy severas que no tolera los escándalos ni nada que ponga en peligro su brillante carrera política. El que se casara con una joven cajún -la madre de Maggie- en contra de los deseos de su familia, y la posterior de muerte de ésta, ya fueron escándalos más que suficientes. Por ello controla al límite el comportamiento y la vida de Maggie.
Maggie junto con varios compañeros de la universidad se dirigen una noche a El Santuario en un acto homenaje a su único y más querido amigo, Nick Gautier. La falta de noticias sobre éste y las teorías que circulan en torno a su desaparición, no son nada halagüeñas ni sirven para mantener la esperanza sobre su posible regreso.
Maggie sabe que ese club tenía un significado especial para el joven, razón por la que acude a él. Allí conoce a Wren por el que siente una atracción instantánea, a pesar del silencio de éste.
Esa noche se convierte en un punto de inflexión para la vida de ambos cuando Wren, una vez que Maggie abandona el club, aparece para evitar que ésta sea víctima de un ataque callejero, una violación o incluso el asesinato.
Desde ese momento un vínculo se forja entre ambos, uno que va más allá del agradecimiento, que tiene que ver sobre todo con la atracción nacida entre ambos.
Sus mundos no podrían ser más diferentes: ella es la hija de un senador, habituada a una vida de lujos, mansiones, coches caros y todo lo que el dinero puede comprar; él es un joven paria dentro de su especie, silencioso, hermético e inaccesible.
No obstante nada es lo que parece, ya que Wren Tagarian esconde un pasado oscuro, traumático y una identidad secreta.
Wren es consciente de que no puede permitirse sentir nada por Maggie, a pesar de cómo reaccionan su cuerpo y corazón ante su cercanía. Como were está destinado a encontrar a una compañera de por vida, cuya identidad le será desvelada con la aparición de un quemazón en la palma de su mano, seguida por la impresión de una marca sobre ésta Algo que no se produce ante Maggie.
Maggie sabe que Wren no tiene cabida en su mundo ni en su vida.
Pero pese al abismo que los separa, ni uno ni otro puede evitar enamorarse.
Mientras, una estratagema se urde en las sombras con la intención de expulsar a Wren de su refugio y apoderarse del legado de los Tigarian. Cuando el joven were es acusado del asesinato de su padres, Maggie se une a él en la búsqueda de la verdad que le ayude a limpiar su nombre. Algo que los conducirá a sorprendentes e inesperados descubrimientos.
Con Desnuda la noche Sherrilyn Kenyon nos adentra en el mundo -más desconocido hasta la fecha- de los were hunters, con una trama nuevamente trepidante y sorprendente.
Los were hunters se dividen en varias especies. Para su maldición, Wren es un híbrido entre dos de ellas: tigarian (tigres) y niphetos pardalian (leopardos blancos).
Uno de los hechos que más me han sorprendido de este libro es como Kenyon consigue crear una trama diferente que no guarda parecido alguno con los anteriores de la saga.
Sinceramente esperaba que la historia girara en torno a cómo Maggie aceptaría convertirse en la compañera de Wren y aceptaría su naturaleza paranormal. Creo que es lo que se podría esperar. Pero no, como digo, la escritora da una vuelta de tuerca más y rompe que ese esquema, desarrollando la relación entre Maggie y Wren de un modo increíble.
Bajo la fachada huraña y solitaria de Wren, descubrimos poco a poco a un were sensible, leal y fiel. En el fondo Maggie y Wren tienen mucho más en común de lo que a primera vista puede parecer.
Entremezclando los saltos en el tiempo -característicos de los were- entre el pasado y el presente, Wren y Maggie investigan la muerte de los padres de Wren. A la vez que los vínculos entre ambos se afianzan más y más.
La manera cómo Kenyon rompe los obstáculos que los separan me ha encantado.
Al igual que la aparición de todo un plantel de personajes secundarios de lo más interesante: desde Vane (protagonista de Night play), a Phury, Fang, Savitar, Dante… que tienen un importantísimo papel en el desenlace de la novela.
Si los cazadores oscuros son impresionantes y han logrado atraparme libro tras libro, los were no lo son menos.
El carácter de estos, su naturaleza mitad humana mitad animal, su fuerza y carisma hacen de ellos unos protagonistas no menos interesantes que Kyrian, Zarek, Wulf o Valerius…
Y, desde luego, la historia de amor de Wren y Maggie es uno de las más bonitas que he leído hasta la fecha.
Desnuda la noche es una novela que sigue la línea de las anteriores, pero con un toque nuevo y diferente pero no menos sorprendente.
Desde la noche en que sus padres murieron y su casa fue destruida bajo el fuego, fue conducido por Bill Laurens -su abogado y el marido de Selena-a El Santuario que se convirtió, como el de tantos otros were hunters, en su refugio.
Wren es un were retraído, callado, ausente. Sencillamente es antisocial. No se relaciona con nadie y apenas pronuncia palabra. El único compañero que se le conoce es Marvin, el mono que habita bajo el techo del Santuario, con el que parece tener un vínculo especial.
Es repudiado por la misma familia Peltier quien, a pesar de convivir con él durante años, no siente el menor apego ni cariño hacia él. Tan sólo Aimee, la hija de Nicolette y Aubert -más conocidos como mamá y papá- le muestra respeto y una amistad sincera.
Marguerite Goudeau -Maggie para sus pocos y selectos amigos- es la hija de un eminente senador de los Estados Unidos. Tras el suicidio de su madre, incapaz de adaptarse a la agobiante y austera vida como esposa de un político, se convirtió en una joven solitaria y silenciosa. No se relaciona demasiado con su padre, un hombre estricto y de normas muy severas que no tolera los escándalos ni nada que ponga en peligro su brillante carrera política. El que se casara con una joven cajún -la madre de Maggie- en contra de los deseos de su familia, y la posterior de muerte de ésta, ya fueron escándalos más que suficientes. Por ello controla al límite el comportamiento y la vida de Maggie.
Maggie junto con varios compañeros de la universidad se dirigen una noche a El Santuario en un acto homenaje a su único y más querido amigo, Nick Gautier. La falta de noticias sobre éste y las teorías que circulan en torno a su desaparición, no son nada halagüeñas ni sirven para mantener la esperanza sobre su posible regreso.
Maggie sabe que ese club tenía un significado especial para el joven, razón por la que acude a él. Allí conoce a Wren por el que siente una atracción instantánea, a pesar del silencio de éste.
Esa noche se convierte en un punto de inflexión para la vida de ambos cuando Wren, una vez que Maggie abandona el club, aparece para evitar que ésta sea víctima de un ataque callejero, una violación o incluso el asesinato.
Desde ese momento un vínculo se forja entre ambos, uno que va más allá del agradecimiento, que tiene que ver sobre todo con la atracción nacida entre ambos.
Sus mundos no podrían ser más diferentes: ella es la hija de un senador, habituada a una vida de lujos, mansiones, coches caros y todo lo que el dinero puede comprar; él es un joven paria dentro de su especie, silencioso, hermético e inaccesible.
No obstante nada es lo que parece, ya que Wren Tagarian esconde un pasado oscuro, traumático y una identidad secreta.
Wren es consciente de que no puede permitirse sentir nada por Maggie, a pesar de cómo reaccionan su cuerpo y corazón ante su cercanía. Como were está destinado a encontrar a una compañera de por vida, cuya identidad le será desvelada con la aparición de un quemazón en la palma de su mano, seguida por la impresión de una marca sobre ésta Algo que no se produce ante Maggie.
Maggie sabe que Wren no tiene cabida en su mundo ni en su vida.
Pero pese al abismo que los separa, ni uno ni otro puede evitar enamorarse.
Mientras, una estratagema se urde en las sombras con la intención de expulsar a Wren de su refugio y apoderarse del legado de los Tigarian. Cuando el joven were es acusado del asesinato de su padres, Maggie se une a él en la búsqueda de la verdad que le ayude a limpiar su nombre. Algo que los conducirá a sorprendentes e inesperados descubrimientos.
Con Desnuda la noche Sherrilyn Kenyon nos adentra en el mundo -más desconocido hasta la fecha- de los were hunters, con una trama nuevamente trepidante y sorprendente.
Los were hunters se dividen en varias especies. Para su maldición, Wren es un híbrido entre dos de ellas: tigarian (tigres) y niphetos pardalian (leopardos blancos).
Uno de los hechos que más me han sorprendido de este libro es como Kenyon consigue crear una trama diferente que no guarda parecido alguno con los anteriores de la saga.
Sinceramente esperaba que la historia girara en torno a cómo Maggie aceptaría convertirse en la compañera de Wren y aceptaría su naturaleza paranormal. Creo que es lo que se podría esperar. Pero no, como digo, la escritora da una vuelta de tuerca más y rompe que ese esquema, desarrollando la relación entre Maggie y Wren de un modo increíble.
Bajo la fachada huraña y solitaria de Wren, descubrimos poco a poco a un were sensible, leal y fiel. En el fondo Maggie y Wren tienen mucho más en común de lo que a primera vista puede parecer.
Entremezclando los saltos en el tiempo -característicos de los were- entre el pasado y el presente, Wren y Maggie investigan la muerte de los padres de Wren. A la vez que los vínculos entre ambos se afianzan más y más.
La manera cómo Kenyon rompe los obstáculos que los separan me ha encantado.
Al igual que la aparición de todo un plantel de personajes secundarios de lo más interesante: desde Vane (protagonista de Night play), a Phury, Fang, Savitar, Dante… que tienen un importantísimo papel en el desenlace de la novela.
Si los cazadores oscuros son impresionantes y han logrado atraparme libro tras libro, los were no lo son menos.
El carácter de estos, su naturaleza mitad humana mitad animal, su fuerza y carisma hacen de ellos unos protagonistas no menos interesantes que Kyrian, Zarek, Wulf o Valerius…
Y, desde luego, la historia de amor de Wren y Maggie es uno de las más bonitas que he leído hasta la fecha.
Desnuda la noche es una novela que sigue la línea de las anteriores, pero con un toque nuevo y diferente pero no menos sorprendente.
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