En 1806, las colonias españolas se extienden por América. Buenos Aires, donde se desarrolla esta novela, es uno de los focos en los que se fraguan los albores de la revolución de independencia contra la Corona de España. En mitad de este fragor, por la libertad de los esclavos, nace la historia de amor de Roger Blackraven y Melody Maguire: El cuarto Arcano.
Roger Blackraven es el conde de Stoneville, el hijo bastardo del duque de Guermeraux. Es un hombre rico que posee tierras y negocios en diversas regiones, entre ellas la ciudad de Buenos Aires. Es propietario de esclavos, algo que no oculta, y que trabajan en sus propiedades y terrenos. Su carácter hosco y dominante levantan el respeto y la prudencia entre todos aquellos que lo rodean. Es un hombre temido y respetado a partes iguales, odiado y envidiado; es un hombre que oculta un oscuro pasado.
Melody Maguire es una joven criolla cuyo verdadero nombre es, en realidad, Isaura, pero desde muy niña recibió el sobrenombre de Melody. Sin embargo, entre los esclavos se la conoce como el ángel negro, por la labor de protección y ayuda que les dispensa. Su padre era irlandés, huyendo de su tierra de nacimiento se embarcó a Argentina, para evitar caer en manos de la justicia inglesa bajo la que fue torturado. Así, nació su odio hacia todo lo inglés, un odio que ha inculcado a su hijos, Melody, Tommy y Jimmy.
No obstante la vida de Melody, y sus creencias sufren un vuelco el día que conoce al apuesto e intratable Roger Blackraven. Huyendo del tormento de su pasado, junto al pequeño Jimmy, entra a trabajar a casa de los Valdez e Iclán, y por ende, para Roger Blackraven.
Pese a que él representa todo lo que debería odiar: ¡es inglés!, soberbio, mujeriego, déspota y dueño de esclavos, no puede evitar rendirse a la atracción que despierta en ella. Las manos de Roger avivan una pasión desconocida hasta la fecha por la joven, unas emociones que jamás creyó ser capaz de experimentar. Sin darse cuenta, ni proponérselo, acaba enamorándose del que debería ser su mayor y más acérrimo enemigo.
Roger cae irremediablemente bajo el influyo de esa alocada muchacha, adorada por los esclavos, y criticada por las matronas de la sociedad porteña. Melody lo exaspera, lo aturde con su belleza e irreverencia: cuestiona todas sus acciones, pone en entredicho su moral, sus principios y valores. Algo que, en realidad, siempre le ha importado un ardite.
Su oscuro y devastador pasado lo han convertido en el hombre implacable y duro que es en la actualidad. Y sólo la aparición de Melody, Isaura, como él se empeña en llamarla, le hacen descubrir las trazas de una humanidad que creía desaparecida de su alma.
Pero a la vez que se forja la apasionada e inolvidable historia de amor entre Melody y Roger, una red de misterios, complots y maquinaciones rodea la ciudad de Buenos Aires, las colonias e, incluso, las relaciones entre España, Francia e Inglaterra.
Personajes de la historia argentina como Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Álzaga o Nicolás Rodríguez Peña, u otros como Napoleón Bonaparte, Maria Antonieta, Carlos III o Luis XVI se entremezclan en las líneas de esta apasionante novela.
Las vidas de los criollos, los indios, españoles, ingleses y franceses, el espíritu rebelde de la revolución contra el colonialismo y las intrigas palaciegas de la corte Napoleónica, son algunos de los aspectos que se entretejen, a la vez que somos testigos de la conmoción y sufrimiento que acarrean la historia de amor de Melody y Roger.
Dos personajes opuestos, dispares. Tan diferentes como el día y la noche. Pero dos almas que parecen destinadas a una senda común… enamorarse.
El cuarto arcano, publicado este mes de agosto en Argentina, es, sin duda, una de esas novelas impactantes y demoledoras que no sólo transportan a los lectores a vivir una historia de amor, sino que desvelan las luces y las sombras, los sabores y sinsabores de la construcción de un país en una novela de indudable calidad histórica.
Refleja cómo, bajo el yugo del colonialismo español, los criollos lucharon por su libertad, mientras ingleses y franceses trataron, a su vez, de incursionar en el Río de la Plata y conquistar unas tierras y unas gentes ya devastadas.
Al margen de la magnífica ambientación histórica, uno de los aspectos más chocantes es, sin duda, la personalidad de sus protagonistas: un rudo inglés y una dulce criolla con ideales no sólo diferentes, sino totalmente opuestos.
Roger es un noble de origen inglés con sangre francesa, italiana e incluso española en sus venas. Es un hombre que se ha hecho a sí mismo y al que a lo largo de esta novela vamos conociendo, al menos en parte. Aún queda mucho de él por descubrir. Algo que, lógicamente creo, se nos desvelará en la segunda parte de esta novela.
Melody es una joven que, aunque también ha sufrido una vida dura y cruel, ha optado por la compasión hacia el prójimo en lugar de la soberbia y destrucción. Es compasiva, dulce, atenta. Es una mujer que se siente insegura de sí misma, de su cuerpo un poco regordete, de sus labios carnosos y cabellos rojizos. Una belleza atípica que nada tiene que ver con las elegantes y estiradas mujeres que se relacionan con Roger.
No obstante, inexplicablemente, es ella la que lo atrae y embruja como ninguna otra. Es Melody la que le hace descubrir al hosco conde inglés lo que es el amor.
Pero odios, rencillas, envidias y los albores de una revolución se interpondrán entre un amor que frágilmente va naciendo y fortaleciéndose… un amor que deberá superar obstáculos que se presagian insalvables.
El Cuarto Arcano, se trata de la primera parte de la novela, y nos presenta la situación histórica de Buenos Aires en 1806. No obstante, la trama incluye subtramas que se aúnan en torno a Francia e Inglaterra, personajes históricos e, incluso, la leyenda sobre Luis XVII.
A mi parecer, es una novela excelentemente lograda, ambientada y narrada. Capaz, por la diversidad de aspectos que aborda, de atrapar a un público muy amplio porque además de una novela de amor es una gran novela histórica.
En mi caso, que no conozco la historia de Argentina, me he encontrado fácilmente atrapada en sus páginas, por el pasado fascinante que retrata, impresionándome por la crueldad sufrida por los esclavos y el alcance de la maldad humana.
Y, al margen de la pareja protagonista, existen otros personajes que me han impactado sobremanera: la historia de amor entre el esclavo Babá (Servando) y Elisea, el secreto de Béatrice, de Désoite… y mucho más que es mejor leer y descubrir por uno mismo.
Pese a la amplia extensión de la novela, me ha resultado fácil sumergirme en la lectura, porque la historia es sencillamente apasionante, humana y profunda.
Como punto negativo tengo que señalar, sin dudarlo, la espera hasta leer la segunda parte. Estoy deseosa de saber cómo continúa la historia de amor de Roger y Melody, así como el destino de los esclavos, revolucionarios y la subtrama política desarrollada en este libro.
El Cuarto arcano es una novela histórica que ofrece una lectura inolvidable y una vez más, una muestra de la calidad como escritora de Florencia Bonelli. Es un libro que, a falta de leer la segunda parte, me aventuro a decir pasará a ser uno de mis preferidos. Estoy convencida.
Roger Blackraven es el conde de Stoneville, el hijo bastardo del duque de Guermeraux. Es un hombre rico que posee tierras y negocios en diversas regiones, entre ellas la ciudad de Buenos Aires. Es propietario de esclavos, algo que no oculta, y que trabajan en sus propiedades y terrenos. Su carácter hosco y dominante levantan el respeto y la prudencia entre todos aquellos que lo rodean. Es un hombre temido y respetado a partes iguales, odiado y envidiado; es un hombre que oculta un oscuro pasado.
Melody Maguire es una joven criolla cuyo verdadero nombre es, en realidad, Isaura, pero desde muy niña recibió el sobrenombre de Melody. Sin embargo, entre los esclavos se la conoce como el ángel negro, por la labor de protección y ayuda que les dispensa. Su padre era irlandés, huyendo de su tierra de nacimiento se embarcó a Argentina, para evitar caer en manos de la justicia inglesa bajo la que fue torturado. Así, nació su odio hacia todo lo inglés, un odio que ha inculcado a su hijos, Melody, Tommy y Jimmy.
No obstante la vida de Melody, y sus creencias sufren un vuelco el día que conoce al apuesto e intratable Roger Blackraven. Huyendo del tormento de su pasado, junto al pequeño Jimmy, entra a trabajar a casa de los Valdez e Iclán, y por ende, para Roger Blackraven.
Pese a que él representa todo lo que debería odiar: ¡es inglés!, soberbio, mujeriego, déspota y dueño de esclavos, no puede evitar rendirse a la atracción que despierta en ella. Las manos de Roger avivan una pasión desconocida hasta la fecha por la joven, unas emociones que jamás creyó ser capaz de experimentar. Sin darse cuenta, ni proponérselo, acaba enamorándose del que debería ser su mayor y más acérrimo enemigo.
Roger cae irremediablemente bajo el influyo de esa alocada muchacha, adorada por los esclavos, y criticada por las matronas de la sociedad porteña. Melody lo exaspera, lo aturde con su belleza e irreverencia: cuestiona todas sus acciones, pone en entredicho su moral, sus principios y valores. Algo que, en realidad, siempre le ha importado un ardite.
Su oscuro y devastador pasado lo han convertido en el hombre implacable y duro que es en la actualidad. Y sólo la aparición de Melody, Isaura, como él se empeña en llamarla, le hacen descubrir las trazas de una humanidad que creía desaparecida de su alma.
Pero a la vez que se forja la apasionada e inolvidable historia de amor entre Melody y Roger, una red de misterios, complots y maquinaciones rodea la ciudad de Buenos Aires, las colonias e, incluso, las relaciones entre España, Francia e Inglaterra.
Personajes de la historia argentina como Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Álzaga o Nicolás Rodríguez Peña, u otros como Napoleón Bonaparte, Maria Antonieta, Carlos III o Luis XVI se entremezclan en las líneas de esta apasionante novela.
Las vidas de los criollos, los indios, españoles, ingleses y franceses, el espíritu rebelde de la revolución contra el colonialismo y las intrigas palaciegas de la corte Napoleónica, son algunos de los aspectos que se entretejen, a la vez que somos testigos de la conmoción y sufrimiento que acarrean la historia de amor de Melody y Roger.
Dos personajes opuestos, dispares. Tan diferentes como el día y la noche. Pero dos almas que parecen destinadas a una senda común… enamorarse.
El cuarto arcano, publicado este mes de agosto en Argentina, es, sin duda, una de esas novelas impactantes y demoledoras que no sólo transportan a los lectores a vivir una historia de amor, sino que desvelan las luces y las sombras, los sabores y sinsabores de la construcción de un país en una novela de indudable calidad histórica.
Refleja cómo, bajo el yugo del colonialismo español, los criollos lucharon por su libertad, mientras ingleses y franceses trataron, a su vez, de incursionar en el Río de la Plata y conquistar unas tierras y unas gentes ya devastadas.
Al margen de la magnífica ambientación histórica, uno de los aspectos más chocantes es, sin duda, la personalidad de sus protagonistas: un rudo inglés y una dulce criolla con ideales no sólo diferentes, sino totalmente opuestos.
Roger es un noble de origen inglés con sangre francesa, italiana e incluso española en sus venas. Es un hombre que se ha hecho a sí mismo y al que a lo largo de esta novela vamos conociendo, al menos en parte. Aún queda mucho de él por descubrir. Algo que, lógicamente creo, se nos desvelará en la segunda parte de esta novela.
Melody es una joven que, aunque también ha sufrido una vida dura y cruel, ha optado por la compasión hacia el prójimo en lugar de la soberbia y destrucción. Es compasiva, dulce, atenta. Es una mujer que se siente insegura de sí misma, de su cuerpo un poco regordete, de sus labios carnosos y cabellos rojizos. Una belleza atípica que nada tiene que ver con las elegantes y estiradas mujeres que se relacionan con Roger.
No obstante, inexplicablemente, es ella la que lo atrae y embruja como ninguna otra. Es Melody la que le hace descubrir al hosco conde inglés lo que es el amor.
Pero odios, rencillas, envidias y los albores de una revolución se interpondrán entre un amor que frágilmente va naciendo y fortaleciéndose… un amor que deberá superar obstáculos que se presagian insalvables.
El Cuarto Arcano, se trata de la primera parte de la novela, y nos presenta la situación histórica de Buenos Aires en 1806. No obstante, la trama incluye subtramas que se aúnan en torno a Francia e Inglaterra, personajes históricos e, incluso, la leyenda sobre Luis XVII.
A mi parecer, es una novela excelentemente lograda, ambientada y narrada. Capaz, por la diversidad de aspectos que aborda, de atrapar a un público muy amplio porque además de una novela de amor es una gran novela histórica.
En mi caso, que no conozco la historia de Argentina, me he encontrado fácilmente atrapada en sus páginas, por el pasado fascinante que retrata, impresionándome por la crueldad sufrida por los esclavos y el alcance de la maldad humana.
Y, al margen de la pareja protagonista, existen otros personajes que me han impactado sobremanera: la historia de amor entre el esclavo Babá (Servando) y Elisea, el secreto de Béatrice, de Désoite… y mucho más que es mejor leer y descubrir por uno mismo.
Pese a la amplia extensión de la novela, me ha resultado fácil sumergirme en la lectura, porque la historia es sencillamente apasionante, humana y profunda.
Como punto negativo tengo que señalar, sin dudarlo, la espera hasta leer la segunda parte. Estoy deseosa de saber cómo continúa la historia de amor de Roger y Melody, así como el destino de los esclavos, revolucionarios y la subtrama política desarrollada en este libro.
El Cuarto arcano es una novela histórica que ofrece una lectura inolvidable y una vez más, una muestra de la calidad como escritora de Florencia Bonelli. Es un libro que, a falta de leer la segunda parte, me aventuro a decir pasará a ser uno de mis preferidos. Estoy convencida.
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