Lauren Ash escribe un diario, pero no un diario cualquiera, sino uno en el que recoge sus deseos y fantasías sexuales más íntimos. En sus páginas, retrata la imagen de un hombre oscuro y misterioso al que no puede poner rostro ni nombre, pero con el que vive todas y cada una de sus fantasías eróticas.
Los hombres tienen una imagen distorsionada de ella; Lauren no es en absoluto como su amiga Carolyn, una mujer alocada, inestable emocionalmente y que cambia constantemente de acompañante. Lauren es joven, bella y sexy, pero no es propensa a cambiar de hombre como de camisa, ni de entablar relaciones simplemente basadas en el sexo. En todas y cada una de las pocas relaciones que ha mantenido hasta la fecha, ha existido amor de por medio. Sin embargo, ninguna de ellas ha prosperado. Y en la actualidad, a los veintisiete años sigue soñando con conocer a un hombre especial: el que sea el definitivo.
Nick es el joven propietario de una pequeña empresa de pintores. Pese a que un día gozó de una buena posición económica, en la actualidad es un humilde pintor que trabaja hasta la extenuación para mantener a su hermana Elaine y su hermano Davy. Su padre es un alcohólico que no ha superado la muerte de su esposa, acontecida veinte años atrás. Desde entonces ha convertido la vida de sus hijos en un auténtico infierno. Elaine jamás se ha casado y desde la infancia Davy sufrió un accidente que lo dejó mentalmente discapacitado, con lo que cuenta con veintinueve años, pero piensa y actúa como un niño de diez.
En el pasado los padres de Lauren y Nick fueron socios a partes iguales de la empresa que en la actualidad dirige Ash. Pero a raíz de la muerte de la madre de Nick, John, su padre, se hundió y nunca logró salir a flote. Abandonó su trabajo y se dio a la bebida y en el proceso arrastró a sus hijos a la ruina, la miseria y la degradación. Henry Ash, aprovechando las frecuentes borracheras de su socio, y al ver que éste no cejaba en su actitud autodestructiva, lo engañó para que firmara la cesión de su parte en el negocio común. Con lo que desde muy joven, Nick se vio obligado a trabajar sin descanso por sacar adelante a su familia. La amargura ha pasado a ser un rasgo indeleble de su carácter. A menudo ha pensado con odio en Ash y en la vida de lujos que ellos también habrían disfrutado si el ex-socio de su padre no les hubiera engañado.
Con ese pensamiento en mente, logra un encargo para pintar la lujosa casa de Lauren, a la que imagina la niña mimada y caprichosa de papá. Las habladurías dicen de ella es que ligera de cascos, atolondrada y promiscua. En cuanto la ve por primera vez, descubre que es hermosa y su imagen le deja sin respiración. Pero, bajo la superficie, descubre a una mujer sensible, dulce y que no se corresponde con esa imagen de femme fatale que se ha creado de ella. Casualmente, descubre el diario de Lauren e, incapaz de resistirse a la tentación, lo lee. Desde entonces se convierte en una obsesión cumplir todos y cada uno de las fantasías que éste contiene.
La atracción no tarda en estallar en ambos. Pero Lauren busca algo más que sexo y Nick, pese al deseo de cumplir esas fantasías eróticas, no desea lazos de ningún tipo. Ellos no pueden ser más diferentes. Y además, ¿cómo va a entablar una relación con la hija del hombre que más odia?
El diario rojo es una novela contemporánea que si bien relata abundantes escenas eróticas, es un libro que resuma sensibilidad e incluso dulzura. El sexo es un ingrediente muy presente en la trama. Es el punto de inicio del libro. El diario rojo es una descripción de escenas eróticas, las fantasías sexuales de Lauren. Pero descritas con tal grado de sensibilidad y erotismo que no resulta cansino.
Lauren es una mujer joven, decidida, audaz y que sobre todo ha sufrido por amor. Sus relaciones anteriores fueron todas un fracaso. De todas salió con el corazón roto. No quiere que le vuelva a suceder, pero desde el principio está dispuesta a luchar por Nick, pese al miedo a volver a resultar herida. Nick ha vivido rodeado de gritos, golpes, alcohol y miserias. La muerte de su madre truncó su infancia feliz. El alcoholismo de su padre y la trampa de Ash contra John, destrozaron su futuro. Sólo es capaz de mostrar cariño hacia Davy, un hombre que es como un niño grande. Alguien a quien es imposible no querer.
La aparición de Lauren en su vida trastoca sus planes. Poco a poco, sin darse cuenta se va envolviendo en una relación, no sólo sexual, sino también sentimental con ella y llega al punto de desnudar su alma.
Un personaje muy entrañable es el de Davy Armstrong. El joven discapacitado psíquico es realmente dulce y uno de esos protagonistas que se hacen querer. Hasta la aparición de Lauren, es el único que nos muestra que Nick es humano, que siente y padece como todos. Davy posee una sensibilidad especial. Es el único capaz de ver que bajo el rostro huraño de Nick se esconde soledad y tristeza. La relación entre los hermanos es preciosa, así como la naciente atracción entre Davy y Daisy, una joven con espina bífida. La pena es que apenas se dan las primeras puntadas de esta relación, pero es muy bonito verla a través de los ojos de Davy y su visión especial; ver cómo va enamorándose de ella.
Tal vez la concepción preconcebida que se pueda tener del libro es que es muy físico, muy erótico. Ciertamente abundan las escenas de sexo, pero son abordadas con sensualidad y belleza. Transmiten sensibilidad, erotismo e insinúan en todo momento que está naciendo un sentimiento más profundo entre los protagonistas, Lauren y Nick. Creo que es una novela que puede hacer las delicias de las lectoras apasionadas por novelas de tinte más erótico. A mí, sin ser una apasionada del género, me ha sorprendido muy gratamente.
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