Wynthrope Ryland fue durante años un hábil y resbaladizo ladrón conocido como “El Fantasma“. Nunca logró ser apresado por Bow Street, aunque el secreto de su identidad tuvo repercusiones para su hermano North. Sin embargo, pese a que ha tratado de dejar el pasado atrás y olvidar los errores que cometió en su juventud, por confiar en la persona equivocada, la vida parece querer devolverle el golpe cuando creía haber escapado de él. Conocer a la viuda Moira Tyndale trae luz a su vida, pero también sombras, las que rodean a su pasado.
Moira Tyndale se aventuró muy joven en un matrimonio de conveniencia. Con el deseo de huir de la asfixiante y autoritaria atmósfera familiar, aceptó la propuesta de matrimonio de Tony Tyndale, un hombre con un secreto que debe ocultar a ojos de la sociedad londinense: su homosexualidad. La relación entre el matrimonio es plácida, grata y reconfortante: una profunda amistad y comprensión nace entre ellos.
Tras la muerte de Tony, Moira no desea volver a casarse: no es que su matrimonio fuese traumático, sino que adquirida la libertad de vivir a su antojo, sin tener que preocuparse por el que dirán, es muy reconfortante. Aunque también siente la soledad que la muerte de su querido amigo ha dejado en su vida. Tras una largo matrimonio, Moira continúa siendo virgen, algo que le dificulta encontrar un amante, si lo desease: si se descubriese ese detalle de su vida, podría perder todas las comodidades y ventajas con que Tony la dejó y se vería obligada a regresar con su enfermiza y desquiciante familia, algo que no desea que suceda de ninguna manera. Si su matrimonio fuese anulado, su vida se convertiría en un infierno. Con motivo de la presentación de sociedad de su hermana Minnie, Moira se reincorpora a la vida social. Es una de esas reuniones y bailes que se encuentra con Wyn Ryland, quien para sorpresa de todos y de la misma Moira, muestra interés en ella en lugar de su casadera hermana.
Wyn empieza a sentirse más y más atraído por la viuda Tyndale. Su apariencia frágil y melancólica lo hechizan y junto a ella desaparecen las tinieblas que rodean su vida. Moira descubre junto a Wyn el significado de la pasión, algo que no ha podido conocer en su matrimonio. Cuando la relación entre ellos parece irse haciéndose más sólida, las sombras del pasado resurgen. El hombre que arrastró a Wyn a la vida como ladrón reaparece y le chantajea: debe robar para él una diadema de brillantes que está en posesión de la propia Moira. Entran entonces en conflicto varios sentimientos: la lealtad a su familia que se vería empujada al escándalo si se conociera su secreto o engañar a Moira, la única mujer que ha logrado interesarle y de la que, de ser posible, se enamoraría. En mitad de esa tesitura, Wyn debe decidir si robar o no a Moira. Pero cuando cree hallar la respuesta a sus dudas, ésta descubre su engaño. A partir de ese momento, Wyn luchará por recuperar la confianza y, tal vez, el amor de Moira.
En la oscuridad es el tercer libro de la saga de los hermanos Ryland. Aunque los dos anteriores no han sido publicados, a través de esta novela podemos avistar algunos retazos sobre los hermanos North y Devlin. Además conocemos a Brahm, el mayor de todos ellos, cuyo libro también será publicado en breve. Partiendo del hecho que tenía puestas unas muy altas expectativas en esta novela, tal vez por ello he quedado algo desilusionada. No es que la novela no me haya gustado, sino que esperaba un matiz más intenso en la trama y una historia más compleja. La idea de que su protagonista sea un noble con un pasado secreto como ladrón, hace presagiar una trama repleta de suspense y emoción, pero el ritmo decae un poco. Quizá, a mi parecer, el punto más débil de la novela es el carácter de sus protagonistas: son demasiado inseguros, están demasiado anclados en sus pasados y los sinsabores de estos.
Pero obviando este detalle, En la oscuridad es una novela interesante y amena. La relación entre Wyn y Moira es un poco lenta al principio. La sucesivas escenas en las que van conociéndose y fraguando su amistad son un poco lentas. Una vez se destapa el secreto de Wyn, la trama adquiere un ritmo mayor. Pero es necesario pasar por esa etapa anterior de proximidad entre la pareja. La narración es muy fluida y ágil de leer, los diferentes personajes que aparecen son atrayentes: desde Wyn y sus hermanos, sobre todo Brahm, el hermano mayor y ex-alcohólico, pasando por Nathaniel, el amigo homosexual de Moira, hasta la caprichosa Minnie. El plantel de personajes es amplio y variado y nos adentra en una ambientación diferente de la novela de la Regencia. Pese a que la novela me ha parecido lenta en algunas partes, me ha gustado la manera de narrar de Kathryn Smith y la caracterización de sus personajes. La autora introduje temas muy interesantes como es el de la homosexualidad en épocas pasadas o el alcoholismo. Sin duda el personaje que más me ha atrapado ha sido el de Brahm, cuyo libro espero con ansias. Transmite un carácter fuerte, hosco y nos insinúa un hombre amargado que ha cometido errores muy graves en su vida.
En cuanto a la relación entre Wyn y Moira, una vez que se descubre el secreto de él, la novela mejora en cuanto a ritmo y agilidad. El desenlace me ha gustado especialmente y pese a todo, me ha dejado con un buen sabor de boca. Y otro aspecto muy entrañable es la relación fraternal entre los Ryland, sobre todo entre Wyn y Brahm, quienes nunca se han llevado demasiado bien.
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