La familia de Harriet Ward está al borde de la ruina. Tras la muerte del padre, las deudas que éste adquiriera con el banco pasan a ser obligación de sus descendientes y esposa. Pero la familia Ward es tan sólo una familia de granjeros, cuyo sustento para vivir lo constituyen sus tierras y la cría de animales. Año tras año han ido capeando el temporal como mejor han podido. Ese año se enfrascan en una nueva estratagema ideada por parte de Harriet, que al ser la mayor de los cinco hermanos, actúa como cabeza de familia. Todas sus esperanzas han sido depositadas en varias remesas de ovejas que han conseguido adquirir. Con la venta de la lana de éstas, esperan lograr finiquitar la deuda contraída con el banco.
Chase St. John es el hijo menor de la acaudalada familia St. John, cuyo nombre y título son unos de los más importantes de todo Londres e incluso de Inglaterra. Durante el último año su vida ha ido sumiéndose paulatinamente en una espiral de decadencia y autodestrucción. Tras el desafortunado incidente, acontecido un año atrás, en el que a resultas de una borrachera arroyó a una mujer con su carruaje, dejándola por muerte, su conciencia le ha estado atormentando. La situación se vuelve completamente insostenible al descubrir que Harry Annesley, a quien conociera poco antes del accidente y que supuestamente es su amigo, a resultas del hecho no ha dejado de pedirle exorbitadas cantidades de dinero. Para Chase esto empieza a ser más que sospechoso y llega a la conclusión de que está siendo chantajeado por su fingido amigo.
Para evitar sumir a su ilustre familia en un escándalo de las proporciones que un crimen puede serlo, decide romper todo contacto con Annesley, negándose a ceder a sus pretensiones, y decide abandonar el continente.
Mientras viaja para zarpar rumbo a otras tierras, es asaltado por unos salteadores, que aprovechándose de su estado de embriaguez, lo golpean y desproveen de sus pertenecientes.
Un carro repleto de ovejas, con tres chicas a bordo, Harriet y sus hermanas Ophelia y Sophia, dan con él, lo recogen y llevan a su casa, Garrett Park.
Tras despertar con un beso, como si del príncipe encantado se tratara, se encuentra con una muchacha sencilla, una granjera, a quien en principio toma por una simple sirvienta. Pese a su aspecto normal, ya que no es una joven excesivamente hermosa, se siente inmediatamente atraído por sus enormes ojos marrones y sus sensuales labios.
Incitada por sus hermanas, y la curiosidad, Harriet cede a la tentación de besar al desconocido encontrado en el camino. Su sorpresa es mayúscula cuando éste no sólo despierta sino que, al parecer envalentonado por su atrevimiento, la rodea con sus brazos y la besa profundamente.
La primera impresión de Harriet sobre el extraño es clara: es un arrogante y un vanidoso. Además desconfía de él, ya que éste jura que a consecuencia del ataque sufrido ha perdido la memoria y no recuerda su identidad.
Claramente, Chase no está desmemoriado. Sabe perfectamente quién es y a dónde pertenece, pero también está convencido de que si sus hermanos descubren su paradero irán en su búsqueda y lo obligarán a regresar a Londres. Esto supondría que su secreto quedara al descubierto, así que idea la farsa de fingirse amnésico.
La situación se vuelve aún más enrevesada cuando Elviria Ward, la madre de los cinco hermanos, “engaña” a Chase haciéndole creer que su nombre es John Frakenham, el prometido ficticio de Harriet.
Y es que Elviria, para evitar ser presionada y embargada por el banco, ha hecho creer a todos que el capitán Frakenham, un hombre con suficientes fondos para pagar las deudas, es el futuro marido de su hija mayor. De ese modo ha logrado aplacar temporalmente la presión del banco sobre ellos, pero en el proceso ha logrado que la pequeña población donde viven, cuchichee y haga cábalas sobre el capitán.
Aunque Chase es perfectamente consciente de que toda esa cháchara no es más que una triquiñuela por parte de los Ward, aprovecha la confusión para beneficiarse de su nombre de prometido de Harriet, y avergonzarla y tomarse ciertas libertades con ella. Pero también Harriet aprovecha la ocasión para “recordarle” a él su predisposición a ayudarles con la esquila de las ovejas.
Así que de la noche a la mañana, el elegante Chase St. John, un hombre acostumbrado a las prendas suaves, a la vida cómoda y acomodada, se encuentra ataviado con las desgastadas vestimentas de un granjero, levantándose al amanecer y trabajando con las manos desnudas en las tareas del campo para evitar que la familia Ward pierda su granja.
La vida de los Ward va cambiando y adaptándose a la presencia de Chase, hasta el punto que empiezan a verlo realmente como el prometido de Harriet. Simultáneamente, la sencillez y valor de la familia va adentrándose en el corazón de St. John, conmoviéndolo profundamente y haciendo agitar los principios y costumbres que han regido hasta entonces su vida.
Mientras en Londres, los hermanos St. John, preocupados por la desaparición de Chase y sospechando de las palabras de Annesley, que jura ante toda la sociedad londinense que éste le debe una desorbitada cantidad de dinero, inician sus propias investigaciones para averiguar el paradero de su hermano.
How to treat a lady forma parte de la serie Talisman Ring. Es el tercer libro de la serie, donde en esta ocación, Hawkins narra la historia de Chase St. John. La serie gira en torno a los cinco hermanos, cuyos rasgos más destacados son el cabello negro y los ojos azules, aunque Anthony (uno de los hermanos) rompe este tópico. Además existe la figura del anillo de la madre de los hermanos, al que se le atribuye cierto poder: aquél que lo tenga en su poder, encontrará el amor verdadero. Creencia ésta en la que ninguno de los hermanos parece confiar, pero libro tras libro esto va cumpliéndose.
El estilo de escribir de Karen Hawkins me parece ágil, fluido y contiene mucho humor.
La novela, ambientada en la época de la regencia, presenta una historia fresca, atractiva y divertida. Aunque Chase St. John, el protagonista, sigue ese cliché del típico caballero de la regencia, la trama, al tener lugar en el campo, es muy entretenida y los tira y afloja entre Harriet y Chase son habituales y fuente de gran interés y diversión.
Existen ciertos paralelismos entre el cuento de la Cenicienta y How to treat a lady: el origen humilde de Harriet, la figura de los zapatos y el baile… y cómo una mujer de cuna sencilla despierta el interés de uno de los mejores partidos de Londres.
La novela pese a su sencillez, se hace muy amena de leer. Sus diálogos chispeantes, el tira y afloja entre Harriet y Chase, la profundidad de la relación entre la familia Ward, entretejen una historia simplemente bonita y dulce.
Como aspectos negativos, destacar que el final es algo precipitado. La resolución de los conflictos queda solventado en muy pocas páginas, los protagonistas se confiesan su sentimientos de un modo muy rápido, pero en conjunto es un libro muy dulce y entretenido.
Chase St. John es el hijo menor de la acaudalada familia St. John, cuyo nombre y título son unos de los más importantes de todo Londres e incluso de Inglaterra. Durante el último año su vida ha ido sumiéndose paulatinamente en una espiral de decadencia y autodestrucción. Tras el desafortunado incidente, acontecido un año atrás, en el que a resultas de una borrachera arroyó a una mujer con su carruaje, dejándola por muerte, su conciencia le ha estado atormentando. La situación se vuelve completamente insostenible al descubrir que Harry Annesley, a quien conociera poco antes del accidente y que supuestamente es su amigo, a resultas del hecho no ha dejado de pedirle exorbitadas cantidades de dinero. Para Chase esto empieza a ser más que sospechoso y llega a la conclusión de que está siendo chantajeado por su fingido amigo.
Para evitar sumir a su ilustre familia en un escándalo de las proporciones que un crimen puede serlo, decide romper todo contacto con Annesley, negándose a ceder a sus pretensiones, y decide abandonar el continente.
Mientras viaja para zarpar rumbo a otras tierras, es asaltado por unos salteadores, que aprovechándose de su estado de embriaguez, lo golpean y desproveen de sus pertenecientes.
Un carro repleto de ovejas, con tres chicas a bordo, Harriet y sus hermanas Ophelia y Sophia, dan con él, lo recogen y llevan a su casa, Garrett Park.
Tras despertar con un beso, como si del príncipe encantado se tratara, se encuentra con una muchacha sencilla, una granjera, a quien en principio toma por una simple sirvienta. Pese a su aspecto normal, ya que no es una joven excesivamente hermosa, se siente inmediatamente atraído por sus enormes ojos marrones y sus sensuales labios.
Incitada por sus hermanas, y la curiosidad, Harriet cede a la tentación de besar al desconocido encontrado en el camino. Su sorpresa es mayúscula cuando éste no sólo despierta sino que, al parecer envalentonado por su atrevimiento, la rodea con sus brazos y la besa profundamente.
La primera impresión de Harriet sobre el extraño es clara: es un arrogante y un vanidoso. Además desconfía de él, ya que éste jura que a consecuencia del ataque sufrido ha perdido la memoria y no recuerda su identidad.
Claramente, Chase no está desmemoriado. Sabe perfectamente quién es y a dónde pertenece, pero también está convencido de que si sus hermanos descubren su paradero irán en su búsqueda y lo obligarán a regresar a Londres. Esto supondría que su secreto quedara al descubierto, así que idea la farsa de fingirse amnésico.
La situación se vuelve aún más enrevesada cuando Elviria Ward, la madre de los cinco hermanos, “engaña” a Chase haciéndole creer que su nombre es John Frakenham, el prometido ficticio de Harriet.
Y es que Elviria, para evitar ser presionada y embargada por el banco, ha hecho creer a todos que el capitán Frakenham, un hombre con suficientes fondos para pagar las deudas, es el futuro marido de su hija mayor. De ese modo ha logrado aplacar temporalmente la presión del banco sobre ellos, pero en el proceso ha logrado que la pequeña población donde viven, cuchichee y haga cábalas sobre el capitán.
Aunque Chase es perfectamente consciente de que toda esa cháchara no es más que una triquiñuela por parte de los Ward, aprovecha la confusión para beneficiarse de su nombre de prometido de Harriet, y avergonzarla y tomarse ciertas libertades con ella. Pero también Harriet aprovecha la ocasión para “recordarle” a él su predisposición a ayudarles con la esquila de las ovejas.
Así que de la noche a la mañana, el elegante Chase St. John, un hombre acostumbrado a las prendas suaves, a la vida cómoda y acomodada, se encuentra ataviado con las desgastadas vestimentas de un granjero, levantándose al amanecer y trabajando con las manos desnudas en las tareas del campo para evitar que la familia Ward pierda su granja.
La vida de los Ward va cambiando y adaptándose a la presencia de Chase, hasta el punto que empiezan a verlo realmente como el prometido de Harriet. Simultáneamente, la sencillez y valor de la familia va adentrándose en el corazón de St. John, conmoviéndolo profundamente y haciendo agitar los principios y costumbres que han regido hasta entonces su vida.
Mientras en Londres, los hermanos St. John, preocupados por la desaparición de Chase y sospechando de las palabras de Annesley, que jura ante toda la sociedad londinense que éste le debe una desorbitada cantidad de dinero, inician sus propias investigaciones para averiguar el paradero de su hermano.
How to treat a lady forma parte de la serie Talisman Ring. Es el tercer libro de la serie, donde en esta ocación, Hawkins narra la historia de Chase St. John. La serie gira en torno a los cinco hermanos, cuyos rasgos más destacados son el cabello negro y los ojos azules, aunque Anthony (uno de los hermanos) rompe este tópico. Además existe la figura del anillo de la madre de los hermanos, al que se le atribuye cierto poder: aquél que lo tenga en su poder, encontrará el amor verdadero. Creencia ésta en la que ninguno de los hermanos parece confiar, pero libro tras libro esto va cumpliéndose.
El estilo de escribir de Karen Hawkins me parece ágil, fluido y contiene mucho humor.
La novela, ambientada en la época de la regencia, presenta una historia fresca, atractiva y divertida. Aunque Chase St. John, el protagonista, sigue ese cliché del típico caballero de la regencia, la trama, al tener lugar en el campo, es muy entretenida y los tira y afloja entre Harriet y Chase son habituales y fuente de gran interés y diversión.
Existen ciertos paralelismos entre el cuento de la Cenicienta y How to treat a lady: el origen humilde de Harriet, la figura de los zapatos y el baile… y cómo una mujer de cuna sencilla despierta el interés de uno de los mejores partidos de Londres.
La novela pese a su sencillez, se hace muy amena de leer. Sus diálogos chispeantes, el tira y afloja entre Harriet y Chase, la profundidad de la relación entre la familia Ward, entretejen una historia simplemente bonita y dulce.
Como aspectos negativos, destacar que el final es algo precipitado. La resolución de los conflictos queda solventado en muy pocas páginas, los protagonistas se confiesan su sentimientos de un modo muy rápido, pero en conjunto es un libro muy dulce y entretenido.
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