Durante los últimos doce años, la vida de Abigail McKenzie se ha centrado en el cuidado de su padre enfermo. Tras la muerte de éste, queda en una situación económica nada halagüeña, con lo que necesita encontrar un trabajo cuanto antes. Con este objetivo en mente, la remilgada y siempre correcta señorita Mckenzie piensa en la única opción que se le presenta que es la de trabajar en el humilde restaurante de Culpepper.
Sin embargo cuando se acerca al pueblo para solicitar el empleo se entera que se ha producido un intento de robo en el tren, a consecuencia del que dos hombres han resultado heridos: uno no corre peligro pero el otro está herido de gravedad.
Dado que la enfermera que ayuda al doctor de Stuart's Junction, Dougherty, no se encuentra en la ciudad, éste busca entre sus vecinos un voluntario al que la empresa de ferrocarriles recompensará por su trabajo. El problema radica en que nadie quiere hacerse cargo del ladrón, con lo que Abigail no duda en ofrecerse. Después de todo tiene experiencia en cuidar enfermos, el trabajo no puede ser peor que servir mesas y el dinero que le paguen también será mayor. Ése es su mayor aliciente.
Así que para la consternación de todos, la solterona de Stuart's Junction, la señoria Mckenzie, mete en su casa a dos hombres heridos, uno de ellos un peligroso delincuente.
Mientras que David Melcher, el joven que resultó herido tratando de evitar el robo al tren, es un hombre encantador, atento, educado y respetuoso, Jesse Dufrayne es todo lo contrario. Tras luchar denodadamente por arrancarlo de las garras de la muerte, Abbie se encuentra ante un hombre hosco, grosero, malhumorado y desagradecido que no sólo no valora el gran esfuerzo que ha hecho por salvarle la vida, sino que se permite criticarla en todo. La animadversión no tarda en saltar entre ambos.
Sin embargo, en David descubre la que considera es la última oportunidad para enamorarse y formar una pareja que le queda en la vida. A la edad de treinta y tres años, la señorita Abigail Mckenzie es consciente que pocas oportunidades le restan. En realidad ha renunciado a casarse cuando trece años atrás se hizo cargo, como se esperaba de una dama bien educada, de su padre. Su prometido por aquel entonces la abandonó a apenas unas semanas del enlace.
Pero en David encuentra un igual a ella, alguien con sus mismos valores morales, compasión, educación y afinidad. No obstante, a causa de su otro paciente, Jesse, David abandona la casa acabando con las frágiles esperanzas de Abigail.
A partir de eso momento la convivencia con Jesse Dufrayne se vuelve más complicada. Pero, para la sorpresa de ambos, tras la antipatía mutua, nace una atracción para la que ninguno de los dos está preparado.
Abigail sabe que en Jesse no encontrará nunca una propuesta de matrimonio, tampoco la espera, pero ¿qué otra clase de relación puede haber entre ellos?
Jesse por su parte se muestra como un auténtico misterio para Abigail, quien lo sorprende más cada día que pasa, quien siempre está dispuesta a creer lo peor de él, a pesar que éste intenta hacerle ver que no es lo que piensa. Pero aún y la atracción y los sentimientos que Abigail despierta en él, Jesse sabe que son tan opuestos como el día y la noche, viven en mundos diferentes, quieren cosas de diferentes de la vida. Entonces... ¿por qué la idea de que verla junto a David Melcher lo enfurece tanto?
Hummingbird de Lavyrle Spencer ha sido una gran sorpresa para mí, ya que me ha parecido una novela un tanto diferente de las anteriores que he leído de esta autora. La manera de desarrolla la trama e ir presentando a los personajes me ha sido de sobra conocida, pero no así el carácter de esta historia. En Hummingbird he descubierto tanto una historia cargada de sensibilidad, dilemas morales, dudas y amor, como un toque desenfadado en algunas ocasiones.
Parte de la historia está impregnada de soledad, de tristeza, más cuando nos describe el pasado de Abigail, cuando eres testigo de su vida, de sus sueños rotos y del triste futuro que cree le aguarda, pero la relación entre ella y Jesse está repleta de tiras y afloja, de enfrentamientos, duelos verbales y en ocasiones me he descubierto con una sonrisa en los labios. Razón por la que no me ha parecido una novela con una carga dramática tan pronunciada como otras.
En mi opinión la riqueza de esta historia reside en la personalidad de sus protagonistas.
Abigail es a primera vista una joven extremadamente severa y remilgada, hasta el punto que nunca ha sido parte de Stuart's Junction. Sus vecinos la ven distante, altanera, aunque en realidad enseguida te percatas que no es así, sino que se esconde tras una rigurosa educación moral y que levanta un muro que no sabe destruir.
David es amable, respetuoso, casi encantador diría y a primera vista parece el hombre idóneo para Abigail.
Jesse en cambio es tosco, grosero, autoritario y le resulta amenazador pero le da la llave para liberarse de su prisión.
David es el hombre perfecto para ella pero... ¿acaso eso es lo mejor?
Para mí uno de los puntos más importantes de la novela es el momento en que Abigail empieza a rebelarse contra sus principios, contra las convenciones, cuando se ha resignado a ser una solterona porque siente que se abre ante ella un camino y una oportunidad de vivir. Creo que al margen de la historia de amor de la protagonista, de sus dudas con respecto a David y Jesse, es la evolución de este personaje uno de los momentos más esperados e importantes.
De la historia de amor en sí, no quisiera desvelar nada, creo que es más bonito y más interesante descubrirla con la lectura, pero evidentemente Abigail se siente dividida entre los dos, aunque son las circunstancias que los rodean y las propias dudas de los protagonistas los que se alzan como obstáculos.
Como pasa en estos casos, creo que siempre es bastante evidente cuál será el resultado de sus dudas, cómo acabará la cosa... pero para mí es ver a Abigail renacer, ir conociendo cómo son en realidad tanto Daniel como Jesse los pilares de la historia de amor.
Como es habitual en esta autora, la narración está llena de matices, de sentimientos, desgranándote página a página lo que esconden los diferentes personajes, esbozándonos Stuart's Junction y sus habitantes, desde Abigail, pasando por el doctor Dougherty hasta el silencioso Bones, un personaje que a mí me ha atraído especialmente por algunos detalles.
Creo que Hummingbird no es otra cosa que la historia de dos almas que se buscan sin saberlo, es la historia de un amor inesperado e inoportuno, lo que no lo hace menos intenso y valioso, conducido por la conmovedora pluma de Lavyrle Spencer consigue, al menos a mí, conmoverme y hasta soltar alguna lagrimilla, hacerme reír y acabar la lectura con la sonrisa que te dejan esas novelas que te han calado hondo. Para mí es sin duda una novela preciosa que, como digo antes, me ha sorprendido por el tono divertido de algunas escenas.
Sin embargo cuando se acerca al pueblo para solicitar el empleo se entera que se ha producido un intento de robo en el tren, a consecuencia del que dos hombres han resultado heridos: uno no corre peligro pero el otro está herido de gravedad.
Dado que la enfermera que ayuda al doctor de Stuart's Junction, Dougherty, no se encuentra en la ciudad, éste busca entre sus vecinos un voluntario al que la empresa de ferrocarriles recompensará por su trabajo. El problema radica en que nadie quiere hacerse cargo del ladrón, con lo que Abigail no duda en ofrecerse. Después de todo tiene experiencia en cuidar enfermos, el trabajo no puede ser peor que servir mesas y el dinero que le paguen también será mayor. Ése es su mayor aliciente.
Así que para la consternación de todos, la solterona de Stuart's Junction, la señoria Mckenzie, mete en su casa a dos hombres heridos, uno de ellos un peligroso delincuente.
Mientras que David Melcher, el joven que resultó herido tratando de evitar el robo al tren, es un hombre encantador, atento, educado y respetuoso, Jesse Dufrayne es todo lo contrario. Tras luchar denodadamente por arrancarlo de las garras de la muerte, Abbie se encuentra ante un hombre hosco, grosero, malhumorado y desagradecido que no sólo no valora el gran esfuerzo que ha hecho por salvarle la vida, sino que se permite criticarla en todo. La animadversión no tarda en saltar entre ambos.
Sin embargo, en David descubre la que considera es la última oportunidad para enamorarse y formar una pareja que le queda en la vida. A la edad de treinta y tres años, la señorita Abigail Mckenzie es consciente que pocas oportunidades le restan. En realidad ha renunciado a casarse cuando trece años atrás se hizo cargo, como se esperaba de una dama bien educada, de su padre. Su prometido por aquel entonces la abandonó a apenas unas semanas del enlace.
Pero en David encuentra un igual a ella, alguien con sus mismos valores morales, compasión, educación y afinidad. No obstante, a causa de su otro paciente, Jesse, David abandona la casa acabando con las frágiles esperanzas de Abigail.
A partir de eso momento la convivencia con Jesse Dufrayne se vuelve más complicada. Pero, para la sorpresa de ambos, tras la antipatía mutua, nace una atracción para la que ninguno de los dos está preparado.
Abigail sabe que en Jesse no encontrará nunca una propuesta de matrimonio, tampoco la espera, pero ¿qué otra clase de relación puede haber entre ellos?
Jesse por su parte se muestra como un auténtico misterio para Abigail, quien lo sorprende más cada día que pasa, quien siempre está dispuesta a creer lo peor de él, a pesar que éste intenta hacerle ver que no es lo que piensa. Pero aún y la atracción y los sentimientos que Abigail despierta en él, Jesse sabe que son tan opuestos como el día y la noche, viven en mundos diferentes, quieren cosas de diferentes de la vida. Entonces... ¿por qué la idea de que verla junto a David Melcher lo enfurece tanto?
Hummingbird de Lavyrle Spencer ha sido una gran sorpresa para mí, ya que me ha parecido una novela un tanto diferente de las anteriores que he leído de esta autora. La manera de desarrolla la trama e ir presentando a los personajes me ha sido de sobra conocida, pero no así el carácter de esta historia. En Hummingbird he descubierto tanto una historia cargada de sensibilidad, dilemas morales, dudas y amor, como un toque desenfadado en algunas ocasiones.
Parte de la historia está impregnada de soledad, de tristeza, más cuando nos describe el pasado de Abigail, cuando eres testigo de su vida, de sus sueños rotos y del triste futuro que cree le aguarda, pero la relación entre ella y Jesse está repleta de tiras y afloja, de enfrentamientos, duelos verbales y en ocasiones me he descubierto con una sonrisa en los labios. Razón por la que no me ha parecido una novela con una carga dramática tan pronunciada como otras.
En mi opinión la riqueza de esta historia reside en la personalidad de sus protagonistas.
Abigail es a primera vista una joven extremadamente severa y remilgada, hasta el punto que nunca ha sido parte de Stuart's Junction. Sus vecinos la ven distante, altanera, aunque en realidad enseguida te percatas que no es así, sino que se esconde tras una rigurosa educación moral y que levanta un muro que no sabe destruir.
David es amable, respetuoso, casi encantador diría y a primera vista parece el hombre idóneo para Abigail.
Jesse en cambio es tosco, grosero, autoritario y le resulta amenazador pero le da la llave para liberarse de su prisión.
David es el hombre perfecto para ella pero... ¿acaso eso es lo mejor?
Para mí uno de los puntos más importantes de la novela es el momento en que Abigail empieza a rebelarse contra sus principios, contra las convenciones, cuando se ha resignado a ser una solterona porque siente que se abre ante ella un camino y una oportunidad de vivir. Creo que al margen de la historia de amor de la protagonista, de sus dudas con respecto a David y Jesse, es la evolución de este personaje uno de los momentos más esperados e importantes.
De la historia de amor en sí, no quisiera desvelar nada, creo que es más bonito y más interesante descubrirla con la lectura, pero evidentemente Abigail se siente dividida entre los dos, aunque son las circunstancias que los rodean y las propias dudas de los protagonistas los que se alzan como obstáculos.
Como pasa en estos casos, creo que siempre es bastante evidente cuál será el resultado de sus dudas, cómo acabará la cosa... pero para mí es ver a Abigail renacer, ir conociendo cómo son en realidad tanto Daniel como Jesse los pilares de la historia de amor.
Como es habitual en esta autora, la narración está llena de matices, de sentimientos, desgranándote página a página lo que esconden los diferentes personajes, esbozándonos Stuart's Junction y sus habitantes, desde Abigail, pasando por el doctor Dougherty hasta el silencioso Bones, un personaje que a mí me ha atraído especialmente por algunos detalles.
Creo que Hummingbird no es otra cosa que la historia de dos almas que se buscan sin saberlo, es la historia de un amor inesperado e inoportuno, lo que no lo hace menos intenso y valioso, conducido por la conmovedora pluma de Lavyrle Spencer consigue, al menos a mí, conmoverme y hasta soltar alguna lagrimilla, hacerme reír y acabar la lectura con la sonrisa que te dejan esas novelas que te han calado hondo. Para mí es sin duda una novela preciosa que, como digo antes, me ha sorprendido por el tono divertido de algunas escenas.
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