Argumento
PRIMERO ÉL LE DIO UN BESO MALVADO…
Alanis, con sus ojos azul celeste, era con mucho el tesoro más exquisito jamás reclamado por el malvado pirata conocido como la Víbora, pero sus motivos se volvieron más profundos que su promesa de raptar a la enérgica heredera de Yorkshire. Controlar las aguas del Caribe era el medio para conseguir su objetivo: reclamar su patrimonio… y su deuda de sangre contra quienes lo habían traicionado.
LUEGO LE DIO NOCHES DE MALVADO PLACER…
Cómodamente prometida en matrimonio con un noble, Alanis nunca imaginó las embriagadoras emociones implicadas en el verdadero juego de la seducción, juego que este rufián parecía disfrutar muchísimo con ella. Arrastrada hacia una aventura que pronto puso al descubierto a un caballero y a un alma gemela bajo la cruel apariencia de un corsario, Alanis comenzó a ablandarse con su enigmático captor, mientras su orgullo y su corazón caían bajo su erótico hechizo
Opinión
Mi pirata malvado es una de las novelas mas completas que he leído en mucho tiempo, fruto sin duda de una labor de documentación ardua y de la construcción de una trama sin tacha.
Su comienzo es trepidante y la presentación del protagonista masculino demoledora. Si la cicatriz en forma de media luna que recorre su rostro desde la sien a la mejilla no te seduce, a lo mejor te pierdes por el diamante y la argolla de oro que perforan su lóbulo izquierdo, aunque si os soy sincera, ni esto, ni su cuerpo de infarto, ni su lustrosa y larga melena negra me ha cautivado tanto, como el descubrimiento de una sonrisa con hoyuelos. Perdonarme que ante semejante despliegue de atributos masculinos, la imponderable belleza de Alanis me haya pasado casi desapercibida.
Comienza su aventura en Jamaica con lo mejor del género de piratas, rapto, invitación a una sutil seducción, malentendidos, duelo sobre un tablón en alta mar y herido al que ayudar a sanar y a escapar. Recreas tu imaginación con camisas de lino que ondean al viento, con la brisa de mar que salpica tu cara, con el dulce acento italiano que parece susurrarte historias, retos, requiebros. Anticipas una lectura placentera y vas descubriendo el carácter y las motivaciones que harán que viajes con ellos por medio mundo. De Occidente a oriente surcaras los mares, cabalgaras por el desierto, recorrerás las catacumbas de Roma, disfrutarás de la Toscana, bailaras en Versalles, serás huésped en la Bastilla, aspiraras el aroma de la campiña inglesa y vibraras en las calles de Milán.
¿Quien es entonces tu compañero de viaje? ¿El corsario? ¿El esclavo? ¿El emir? ¿El príncipe italiano? ¿El amigo divertido de un rey? ¿El obstáculo de una ambición? ¿El que perdona o mata? O quizá el que mata perdonando.
Alanis por el contrario no sorprende, no facilita su rendición, pero cuando se produce se mantiene fiel a sus sentimientos, y lucha, disfruta, sufre y espera. Tendrá su recompensa pero esta es la historia de un amor ganada a pulso.
Conociendo un poco a los personajes y la ambientación en general, decir que tendréis que sufrir casi trescientas páginas para que el recuerdo del prometedor comienzo no se quede en espejismo y retome la trama romántica, aunque no abandone nunca la de aventuras. Decir que se me hicieron eternas es poco, tanto que ya pasaba de intentar aclararme con los personajes secundarios, me sobraban las maravillosas citas a los clásicos, me estorbaba la descripción de las escenas paralelas. Quería, necesitaba y exigía pasión con lo que cada hoja era un calvario de expectación siempre arruinada. Menos mal que se cumplió “el pide y se te concederá” con ese aliciente y la agilidad que recobra la autora en el relato, superas el atragantón y disfrutas devorando páginas.
Para mí es una gran novela pero sé a ciencia cierta que no es de tan fácil lectura como aparenta. No sé cuantas almas caritativas superaran la difícil prueba de esas agotadoras páginas, pero en mi caso al final mereció la pena. Soy consciente que poco o nada desvelo de la trama o de los personajes secundarios que enriquecen la historia y ciertamente la sinopsis, una vez que has leído el libro, es casi de risa, pero quizá como el que la ideo, prefiero no desvelar su verdadero misterio.
Solo queda decir que el que avisa no es traidor. Con lo que si no estas por la labor de ejercitar la paciencia casi mejor que no te acerques a este libro, pero si lo haces, no dudes que Eros es un buen compañero de viaje.
PRIMERO ÉL LE DIO UN BESO MALVADO…
Alanis, con sus ojos azul celeste, era con mucho el tesoro más exquisito jamás reclamado por el malvado pirata conocido como la Víbora, pero sus motivos se volvieron más profundos que su promesa de raptar a la enérgica heredera de Yorkshire. Controlar las aguas del Caribe era el medio para conseguir su objetivo: reclamar su patrimonio… y su deuda de sangre contra quienes lo habían traicionado.
LUEGO LE DIO NOCHES DE MALVADO PLACER…
Cómodamente prometida en matrimonio con un noble, Alanis nunca imaginó las embriagadoras emociones implicadas en el verdadero juego de la seducción, juego que este rufián parecía disfrutar muchísimo con ella. Arrastrada hacia una aventura que pronto puso al descubierto a un caballero y a un alma gemela bajo la cruel apariencia de un corsario, Alanis comenzó a ablandarse con su enigmático captor, mientras su orgullo y su corazón caían bajo su erótico hechizo
Opinión
Mi pirata malvado es una de las novelas mas completas que he leído en mucho tiempo, fruto sin duda de una labor de documentación ardua y de la construcción de una trama sin tacha.
Su comienzo es trepidante y la presentación del protagonista masculino demoledora. Si la cicatriz en forma de media luna que recorre su rostro desde la sien a la mejilla no te seduce, a lo mejor te pierdes por el diamante y la argolla de oro que perforan su lóbulo izquierdo, aunque si os soy sincera, ni esto, ni su cuerpo de infarto, ni su lustrosa y larga melena negra me ha cautivado tanto, como el descubrimiento de una sonrisa con hoyuelos. Perdonarme que ante semejante despliegue de atributos masculinos, la imponderable belleza de Alanis me haya pasado casi desapercibida.
Comienza su aventura en Jamaica con lo mejor del género de piratas, rapto, invitación a una sutil seducción, malentendidos, duelo sobre un tablón en alta mar y herido al que ayudar a sanar y a escapar. Recreas tu imaginación con camisas de lino que ondean al viento, con la brisa de mar que salpica tu cara, con el dulce acento italiano que parece susurrarte historias, retos, requiebros. Anticipas una lectura placentera y vas descubriendo el carácter y las motivaciones que harán que viajes con ellos por medio mundo. De Occidente a oriente surcaras los mares, cabalgaras por el desierto, recorrerás las catacumbas de Roma, disfrutarás de la Toscana, bailaras en Versalles, serás huésped en la Bastilla, aspiraras el aroma de la campiña inglesa y vibraras en las calles de Milán.
¿Quien es entonces tu compañero de viaje? ¿El corsario? ¿El esclavo? ¿El emir? ¿El príncipe italiano? ¿El amigo divertido de un rey? ¿El obstáculo de una ambición? ¿El que perdona o mata? O quizá el que mata perdonando.
Alanis por el contrario no sorprende, no facilita su rendición, pero cuando se produce se mantiene fiel a sus sentimientos, y lucha, disfruta, sufre y espera. Tendrá su recompensa pero esta es la historia de un amor ganada a pulso.
Conociendo un poco a los personajes y la ambientación en general, decir que tendréis que sufrir casi trescientas páginas para que el recuerdo del prometedor comienzo no se quede en espejismo y retome la trama romántica, aunque no abandone nunca la de aventuras. Decir que se me hicieron eternas es poco, tanto que ya pasaba de intentar aclararme con los personajes secundarios, me sobraban las maravillosas citas a los clásicos, me estorbaba la descripción de las escenas paralelas. Quería, necesitaba y exigía pasión con lo que cada hoja era un calvario de expectación siempre arruinada. Menos mal que se cumplió “el pide y se te concederá” con ese aliciente y la agilidad que recobra la autora en el relato, superas el atragantón y disfrutas devorando páginas.
Para mí es una gran novela pero sé a ciencia cierta que no es de tan fácil lectura como aparenta. No sé cuantas almas caritativas superaran la difícil prueba de esas agotadoras páginas, pero en mi caso al final mereció la pena. Soy consciente que poco o nada desvelo de la trama o de los personajes secundarios que enriquecen la historia y ciertamente la sinopsis, una vez que has leído el libro, es casi de risa, pero quizá como el que la ideo, prefiero no desvelar su verdadero misterio.
Solo queda decir que el que avisa no es traidor. Con lo que si no estas por la labor de ejercitar la paciencia casi mejor que no te acerques a este libro, pero si lo haces, no dudes que Eros es un buen compañero de viaje.
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